Mr. Selfridge (Serie de TV)

Las series al igual que las películas tienen o no esa aureola de magia que las hace especiales, y esta serie es una de ellas. A pesar de no ser de la BBC podría pasar perfectamente como tal, pues el cuidado de los detalles es perfecto (vestimentas, decorados...). Los almacenes que salen en la serie han sido recreados en plató exactamente iguales que los originales, mientras que la fachada es una real en Manchester.

Empieza en 1909 con la llegada de un americano, el señor Selfridge, con la idea de crear los primeros grandes almacenes en la capital londinense. Basada en hechos reales pues los almacenes aún existen, siendo los segundos mas importantes del país, nos narra distintas historias que giran alrededor de los almacenes con un buen desarrollo de los personajes que van desde la dirección hasta dependientas y camareros. Es una serie de diálogos a la usanza inglesa realzados con una buena música.

Si te gustan las series de época y te gusta la primera temporada de "downton abbey" te gustar Mr. Selfridge.

Como dicen en la primera la apasionante historia de Harry Gordon Selfridge, el americano que trajo la idea de los grandes almacenes a Inglaterra y sus principios aún perduran: Colocar los artículos de belleza a las puertas del establecimiento con la intención de que el olor a perfume invitara a entrar a la gente al interior en comparación con el olor a mierda de caballo de principios de siglos XX o el viejo lema: "El cliente siempre tiene la razón". Ahora no se ve ni un caballo por las calles, pero entonces era más que habitual, y lo del lema, a veces, no le queda tan claro a algunos dependientes, pero no hay duda que sentó unas bases. Este hombre revolucionó el mercado y fue una celebridad. Aún continúan sus grandes almacenes en Inglaterra siendo éstos los segundos más relevantes después de "Harrods" de Al- Fayed. La cadena pública ha realizado una buena compra al traerse a esta exitosa serie que seguro, al menos para mí, se convertirá en la mejor del verano. Cada semana la espero porque me encanta.

Ese ambiente de principios de siglo, los caballeros, las damas, las presentaciones en sociedad, la lucha de los derechos de la mujer, el "artisteo", etc. Me gusta esa época y me gusta esta ficción. Me recuerda, engrandecida, claro, a "Velvet" (2013) pues ambas suceden en unas tiendas. Sin embargo, me gusta más este aire anglosajón de "Mr. Selfridge" sin desmerecer la buena serie que es "Velvet", que me gusta mucho y pienso seguir viendo en la siguiente temporada si puedo... Y me dejan, jajaj. Por otra parte, las actuaciones de Piven, O´Connor, Tapper son realmente buenas y la ambientación de la época es genial. Es de los fuertes de esta serie que espero sea aquí un éxito de público ya que tiene cierto nivel. De decir algo malo diría que Katherine Kelly (Lady Loxley) parece tan refinada y artificial que me produce cierta risa, pero también hay que decir que actrices que no conozco de nada como Aisling Loftus hacen un trabajo muy verosímil como chica de clase baja empleada para el gran empresario con aspecto de no haber roto un plato en su vida... Te la recomiendo y espero que disfrutes lo que yo con esta genial serie.

Si habéis seguido la serie Velvet en Antena tres, y después os habéis encontrado con Mr. Selfridge, la primera impresión habrá sido que aún tenemos mucho que aprender a la hora de producir series.

Una misma idea: La vida cotidiana en unos grandes almacenes en una época pasada, se puede convertir en un culebrón pseudo-romántico con decorados de baratillo, o en un estudio de costumbres que, como es habitual en las series británicas cuidan los detalles al máximo.

Aunque los elementos y personajes puedan parecer similares (el jefe de dependientes, la severa gobernanta, la joven dependienta [antes costurera], el escaparatista [antes modisto] ), se nota que la historia va por otros derroteros, centrándose en el protagonista y su ambicioso proyecto.

Para ello sigue los pasos de otras grandes series de hoy como Dowton Abbey y de siempre como Arriba y Abajo.

Tampoco hay que olvidar la reciente producción francesa Galerías Paradiso de tema similar.

Prácticamente de forma paralela, ambas son del 2013, nos llegaron dos series de época sobre grandes almacenes, la británica "Mr. Selfrige" y la española "Velvet". Ni que decir tiene que la primera, que recrea la figura real del empresario norteamericano Harry Gordon Selfridge (Jeremy Piven), fundador de los populares almacenes Selfridge's en el Londres eduardiano, es anterior pero sobre todo de mayor calidad. En cualquier caso, sólo he visto y os puedo hablar de la primera de las cuatro temporadas de esta ficción, diez capítulos de un total de cuarenta, entre otras razones porque fueron los únicos que emitió La 1 de Televisión Española y ahora va a ser que no van a continuarla, y segundo porque da unos saltos temporales que le resta alicientes, pues de hecho prescinde de toda la época de la Primera Guerra Mundial, que es de las que más me gusta.

Como toda buena serie británica, la ambientación, el vestuario y la forma de reflejar el pasado son estupendos, así que si nos chiflan los productos de época en general y de principios del siglo XX en particular, como es mi caso, es una buena opción. Para más señas, la primera temporada se ubica en 1909, la segunda en 1914, la tercera en 1919 y la cuarta en 1928-1929. "Mr. Selfridge" está bien realizada e interpretada aunque la trama acaba derivando en el folletín romántico convencional con algunas referencias empresariales, que tampoco es que sean muy atractivas, y una pizca del contexto cultural, social y política, del que esperaba mayor desarrollo. Además, por si fuera poco las historias amorosas son mayormente feas así que no hay demasiado para rascar. Eso sí, recuerdo gratamente a las ascensoristas, con el uniforme que llevan y esas botas.

Serie que narra las visicitudes del señor Selfridge en su apertura del gran centro comercial que aún lleva su nombre y las de sus empleados en la empresa y en su vida personal.
Se unen así unas actuaciones rápidas, resueltas, que cuentan el problema que tienen y no se quedan estancadas en un guión inconsistente o ñoño.

Lo que más llama la atención de esta serie son dos cualidades: su dinamismo y su realismo. Todo se lleva a cabo de una manera civilizada, intentando sacar el lado más optimista posible en cualquier caso por horripilante que sea. Jeremy Piven hace una gran labor, aportando a su personaje una energía innata. La Inglaterra de principios de siglo XX está muy bien retratada, así como las historias personajes, las sociales y el comportamiento humano en todo su esplendor. La serie no peca de un falso idealismo, ni tampoco de serán las historias de mostrador-cliente aburridas, sino todo lo contrario.

Los actores hacen un gran trabajo, pero las actuaciones hacen de esta serie algo que tener en cuenta. Gran vestuario y fotografía. Sólamente algunos secundarios innecesarios y molestos constituyen el punto más débil de la historia.