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Han matado a un hombre blanco

Drama. Cine negro Tras el asesinato de un hombre blanco, los vecinos del pueblo culpan de ello a un hombre negro, basándose únicamente en vagas hipótesis. Pero de entre la irracional masa que quiere linchar al sospechoso, surgen un abogado, una anciana y un muchacho que estan dispuestos a aliarse y a arriesgar sus vidas para evitar el linchamiento. (FILMAFFINITY)
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Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
17 de junio de 2014
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Durante larrrrrgos y vergonzosos años, el sentir de los estadounidenses más racistas, discriminadores y resentidos, era de este talante: “¡Si tu piel es negra, te colgaremos… nos da lo mismo si eres culpable o inocente!” Bastaba que respondiera a la afrenta física o verbal de un blanco… era suficiente con que estuviera cerca de donde acababa de ocurrir un delito… o incluso que pasara por lugares por donde “no debía pasar”… para que cualquier afrodescendiente, por íntegro que fuera, se viera a riesgo de perder su vida ante un supremacista blanco, una turba enloquecida o una pandilla salvaje sin tolerancia alguna.

Fueron muchas generaciones de terror físico y psicológico para las minorías raciales, a manos de una “raza superior” cuya superioridad sólo se sustentaba en las armas, en su agresividad montonera, y en su capacidad para ejercer la crueldad sin el menor reparo... y lo más deplorable, era que muchos de quienes fomentaban tales atrocidades, estaban en las clases altas, detentaban “el poder” y eran de aquellos que más pregonaban ser dignos y respetables. Asiduos hombres de iglesia.

Publicada en 1948, “Intruder in the Dust”, es una novela del Premio Nobel de Literatura, William Faulkner, que cuenta la historia (inspirada en hechos reales) de un honrado y orgulloso granjero de raza negra llamado, Lucas Beauchamp, quien, por estar en el lugar equivocado, resulta acusado de asesinar a uno de los gemelos Gowrie. Los hechos transcurren en Oxford, Mississippi, ciudad donde naciera el ilustre escritor, y allí mismo se rodaría la sobresaliente versión cinematográfica que hiciera el director, Clarence Brown, quien se sintió siempre orgulloso de que, Faulkner, hubiera quedado muy a gusto con su realización.

El guion de, Ben Maddow, preserva el equilibrio de la novela, y toda la historia es tratada con gran altura exaltando a ese sector blanco en el que sobresalen un adolescente, una anciana solterona y un -en principio- escéptico abogado, como gestores de un justo y decisivo acto de solidaridad... y deja también muy bien caracterizada la fuerte personalidad y la alta dignidad de ese granjero que, a sabiendas de la rancia ideología que lo segrega, jamás pide favores a los blancos -prefiere hacérselos- y se muestra siempre dispuesto a pagar el favor que alguien pueda prestarle.

<<HAN MATADO A UN HOMBRE BLANCO>>, no cuenta con grandes estrellas, pero a cambio nos ofrece a un sólido grupo de actores que incluye a, Juano Hernández (a quien luego veríamos en, “The Breaking Point” y “Young man with a horn”, entre otras notables actuaciones) como el hombre al que los blancos pretenden colgar sin esperar a un juicio justo. Claude Jarman Jr. -el chico que recibiera un Oscar Especial por su actuación en otro estupendo filme de Brown, “The Yearling”-, como Chick Mallison, el joven que cree con certeza en la inocencia de su viejo amigo. Will Geer, el comisario que no da un peso por la vida de Beauchamp, pero está dispuesto a defender la justicia con su propia vida; y la encantadora Elizabeth Patterson, la anciana que hará alarde de una sensatez de la que muchos aún podrían aprender.

Clarence Brown, ha hecho un filme que nos hurgará la conciencia y quizás nos lleve a entender que, el peor temor que puede sentir el hombre, es aquel que siente de sí mismo.

Título para Latinoamérica: RENCOR
Luis Guillermo Cardona
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23 de mayo de 2014
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Largometraje por ser unos de los primeros en abordar la temática del racismo de una manera tan cruda.

Supongo que en su momento sería un film valiente y comprometido.

Sin embargo el tiempo no le viene bien al largometraje de Mr. Brown. Como casi toda su filmografía es añeja en la narrativa, cosa que no sucede con obras de la misma época de Ford o King Vidor.

En cualquier caso, valiente.
Conrado82
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28 de agosto de 2018
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sencilla. agradable, acertada y sumamente interesante producción que consigue tocar el tema del racismo de una forma inteligente, logrando plasmar como se vivían algunos casos en los que se veía involucrado una persona de color, en una sociedad marcada por una forma de pensamiento muy cerrada a la libertad y el tratamiento por la igualdad.

Puede que presente y desarrolle cosas que en la actualidad, pleno siglo XXI, puedan resultar absurdas e incomprensibles, pero que en otro tiempo estuvieron muy vigentes.

La trama gira en torno al asesinato de un hombre blanco a manos de un hombre negro y como todo el pueblo da por hecho su culpabilidad y pretende acabar con su vida. Unos pocos personajes intentaran profundizar en el caso y paulatinamente intentan ayudar en la defensa del principal sospechoso, un hombre negro.

Los personajes principales resultan entrañables y consiguen abrir la puerta de la esperanza hacía una mentalidad que luche por la igualdad.

Los responsables de la película consiguen darle fluidez a una trama que desde un comienzo resulta atractiva e interesante, logrando ofrecer un trabajo muy acertado e interesante. Toda una presentación de una época en la que las mentes no estaban abiertas a la igualdad.
Jon
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9 de mayo de 2014
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Supongo que tiene cierta valentía en su época el mostrar una crítica al racismo y también a la injusticia que supone un pueblo enfurecido que pretende tomarse la justicia por su mano contra el acusado de asesinato.
Eso sí, ya vimos este tipo de tramas bastante mejor hechas anteriormente ("Furia", de Fritz Lang, 1936) y posteriormente ("Matar a un ruiseñor", de Robert Mulligan, 1962).

La pega que le pongo es que no explica muy bien por qué ciertos personajes actúan así, sobre todos algunos que le pretenden ayudar y aclarar toda la verdad.

Recordemos que la trama trata de un hombre negro al que acusan de haber matado a un blanco con su pistola y por la espalda, y el acusado pide a un chico que le ayude.

Aparte, me resulta un fallo muy gordo algo que comento en el spoiler y que tiene que ver con el final.

Pero bueno, se puede ver perfectamente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Roceanu
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27 de diciembre de 2023
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“Han matado a un hombre blanco” es una más de esas fantásticas películas pertenecientes al siempre fascinante cine americano de los años cuarenta, esos años en los que el séptimo arte estadounidense era el principal productor de sueños cinéfilos. La base de por sí resulta prometedora, puesto que parte de un relato corto de William Faulkner, pero la clave está en el enfoque tan fidedigno que le dio Clarence Brown. No se habla lo suficiente de este gran cineasta, condenado durante mucho tiempo a cierto ostracismo por ser uno de esos clásicos directores asociados de por vida a un estudio (la Metro concretamente), y que no tenía unas marcas de estilo o temáticas apreciables que le conviertan en un autor, ese concepto tan sobreutilizado hasta el punto de que algunos lo usan por sistema como sinónimo de buen director, puede que Brown no fuera un autor pero sí un magnífico cineasta que, aunque asociado a películas elegantes y glamourosas marca Metro, aquí optó por un estilo totalmente distinto que sorprendería a más de uno.

Ambientada en un pueblo del sur de Estados Unidos, su protagonista es Chick, un adolescente que asiste a la detención de un hombre negro llamado Lucas acusado de haber disparado por la espalda a un blanco, uno de los miembros del clan Gowrie, justo antes de entrar en la comisaría, Lucas le pide al muchacho que su tío John sea su abogado para ese caso, pero cuando acude a la cárcel a ayudarle no encuentra en Lucas el apoyo que esperaba, éste simplemente le da a entender secamente que él no cometió el crimen dando como pista que la bala que encontrarán en el cadáver no es la de su arma, pero se resiste a dar mucha más información.

Clarence Brown, como sureño que era, se esmeró en lograr que la película tuviera una ambientación auténtica, y para ello insistió en filmar la mayor parte del metraje en exteriores reales, más concretamente en el pueblo de donde era originario Faulkner, esta es ya de entrada una de las grandes bazas de la película, que no parece una correcta recreación hollywoodiense del sur de Estados Unidos sino que desprende autenticidad, no solo en los espacios donde sucede, sino en la forma de hablar de los personajes, en sus rostros y en su comportamiento. El film huye explícitamente de la tentación de convertirse en una diatriba antisureña o de mostrar una imagen simplista de esos ambientes, el racismo está más que patente en toda la cinta, no solo en los paletos pueblerinos sino en la breve escena en que vemos a la familia de Chick, aparentemente más civilizada pero que no esconde esa actitud de superioridad implícita hacia sus sirvientes negros, la forma como trata la cinta la segregación racial no pasa pues por grandes escenas exaltadas, sino que lo encara en un nivel más complejo, sobre todo en lo que se refiere al personaje de Chick.

Una maravilla desde su arranque hasta su minuto final, uno de esos magníficos productos rodados con una aparente sencillez pero que esconden en su fuero interior un complejo compendio que almacena una osada llama de denuncia social narrada a través de una propuesta temporal moderna en virtud de un montaje que engarza con elegancia varios flashback que alumbran pasajes acontecidos en el pasado conectados íntimamente con el presente, dando lugar así a una cinta que hace gala de un ritmo trepidante y contundente a la que no le sobra ni le falta un solo segundo de metraje. Una de esas películas inclasificables que partiendo de un drama sureño de tintes judiciales, acabará convirtiéndose en una emocionante intriga tiznada de elementos noir, pero que igualmente derivará hacia una de esas historias de alumbramiento de la madurez de ese adolescente que perderá esa virginidad que el mundo de la infancia encierra en su territorio.
Juan Marey
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