Una Venus en visón

Aunque esta película ha sido denostada por muchos críticos y gente de cine en general (empezando por la misma Liz Taylor que dice que siempre ha odiado esta película a pesar de haber ganado su primer Oscar con la misma), vista hoy ha resistido bien el paso del tiempo y resulta un acertado retrato de un tipo muy determinado de mujer que ejerce en ámbitos muy concretos de hombres adinerados pero que en su vida privada se siente desdichada y aspira a lo que todo ser humano; amar y ser amada. Liz taylor luce soberbia, interpreta su papel convincentemente, al igual que el resto del reparto, destacando a Eddie Fisher (con quien había tenido un affaire y posterior matrimonio) y a Laurence Harvey. El resto de secundarios no desmerecen en absoluto. En cambio sería de agradecer una remasterización y sobre todo puesta al día de las voces del doblaje (al menos el español) ya que ese punto de la película HA ENVEJECIDO MUY MAL. Por demás recomiendo su visionado.

La mayoría de las películas de Daniel Mann fueron adaptaciones de teatro (Come Back Little Sheba, Rose Tattoo, Teahouse of August Moon) y de literatura (Butterfield 8, Last Angry Man).
En mi opinión, ninguna de sus adaptaciones resulta conmovedora. A pesar de contar en dichas producciones con personalidades como las de Ana Magnani, Marlon Brando, Burt Lancaster o la propia Elisabeth Taylor. Este film parece un encargo para el lucimiento de una Elisabeth Taylor denostada en aquel momento, por la puritana sociedad americana. Eran los años en que la actriz le robó el marido a la "novia" de Norteamérica, Debbie Reynolds. El producto no deja de ser un drama correcto, pero sin mayor trascendencia. El actor principal Laurence Harvey, interpreta con académica solidez británica, el papel de un acomodado pero infeliz industrial millonario. Un hombre que sólo encuentra sentido a su banal existencia, cuando conoce a la "modelo de lujo" Butterfield 8. Papel interpretado a regañadientes por la actriz de nacionalidad anglosajona.
Lo mejor de la historia son las dos impagables Mildred Dunnock y Betty Field, ambas en papeles secundarios. El resto puede pasar sin pena ni gloria. En las múltiples biografías de Elisabeth Taylor, se menciona que ella detestó este papel desde un principio. Inexplicablemente y contra todo pronóstico ganó un oscar. Lamentablemnte Shirley Maclaine estaba nominada el mismo año por la sublime película de Billy Wilder "el apartamento". Injusticías inexplicables de la Academia.
Eddie fischer -por aquel entonces-marido de la acriz. interpreta en el film, el mejor amigo de Butterfield 8. Papel que pudo realizar gracias a las influencias de su esposa. Cabe mencionar que la siguiente interpretación de Taylor sería la magistral Cleopatra de Mankiewcz. Empezaba el declive de los estudios de Hollywood.
En definitiva, una película para el disfrute de los fans de la estrella. La actriz de ojos violeta nos ofreció seis grandes interpretaciones a lo largo de cincuenta años de carrera: "Un lugar en el sol", "Gigante", "La gata sobre el tejado de Cinc caliente", "De repente el último verano", "Cleopatra" y "Quién teme a Virginia Woolf". A pesar de su enorme popularidad, jamás consiguió estar a la altura de Ingrid Bergman, Bette Davis, Katherine Hepburn o Audrey Hepburn. Posiblemente se deba a que la actiz se declinó más por el estrellato, que por la calidad de sus trabajos. Fue estrella, antes que actriz. Su personaje mediático eclipsó sin duda alguna a la artista.

Drama realizado por Daniel Mann (1912-1991) (“La rosa tatuada”, 1955) y escrito por Charles Schnee (“Cautivos del mal”, Minnelli, 1952) y John Michael Hayes (“La ventana indiscreta”, 1954). Se basa en la novela “Butterfield 8” (1935), de John O’Hara, inspirada en hechos reales ocurridos en 1931 a la modelo Starr Faithfull, de 25 años. Se rueda en exteriores de NYC (Manhattan, Bronx…) y en los platós de Filmways Studios (NYC), con un presupuesto de 2,5 millones USD. Nominado a 2 Oscar, gana uno (actriz, Elizabeth Taylor). Producido por Pandro S. Berman para MGM, se estrena el 4-XI-1960 (EEUU). La acción principal tiene lugar en NYC a lo largo de varias semanas del invierno de 1960.

La protagonista principal, Gloria Wondrous (E. Taylor), es modelo de alta costura y prostituta de lujo de la agencia de contactos Butterfield 8. Tiene 25 años y es atractiva, de ojos seductores y sensuales. Oculta algunos traumas del pasado que la llevan a asistir a la consulta de un psicoanalista y disimula un espíritu atormentado del que intenta huir con ayuda del alcohol, una vida disipada y de lujo y su afición a la velocidad. Dispone de un coche deportivo Sunbean Alpine, de color rojo y capota negra, que paga a plazos. Desde la infancia tiene gran amistad con el antiguo compañero de clase Steve Carpenter (Fisher), músico, arreglista y compositor, que está enamorado de Norma (Oliver). Weston Ligget (Harvey), licenciado en derecho, es alto ejecutivo de una próspera empresa química, propiedad del padre de su mujer, Emily (Merril).

El guión, escrito por dos autores acreditados, desarrolla una historia bastante convencional y un tanto previsible. Se presenta como trabajo de encargo que los autores resuelven con el empeño propio de un asunto de trámite. La imaginación, agudeza e inventiva que los guionistas demuestran en trabajos anteriores y posteriores no se hace presente en el caso que nos ocupa. Con todo, su trabajo contiene destellos de interés, como los que enriquecen el texto con referencias a marcas históricas de alta costura (Reiss and Fabrizio), la denuncia del culto a las apariencias de la presumida alta sociedad neoyorquina, expresiones chocantes (“Soy el padre de Pulgarcito”), referencias cultas (“Sic transit gloria mundi”) y de arte (Van Gogh y Rubens), la exploración visual del mundo para ricos de la noche neoyorquina, escenas singulares (tiro al plato) y toques aislados de humor. Es interesante, pese a su posición marginal en el conjunto del relato, la reflexión que se establece sobre los problemas emocionales y económicos de las estrellas del espectáculo que por razones de edad o de moda caen en el olvido.

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A pesar de los años transcurridos desde su estreno, esta película tiene ingredientes muy aptos para considerarla recomendable, especialmente por la interpretación de Elizabet Taylor. La historia es interesante y dramática, lo que hace mantener el interés del espectador en esta clase de cine clásico, como se le llama hoy día, y que aunque envejece en algunos aspectos, todavía nos hace soñar a los que pertenecemos a la época gloriosa del cine.
Rodada en Cinemascope, cuando todavía se estaba bajo la influencia del nuevo sistema, se nota esto último en las distribución acertada de los actores a lo ancho de los encuadres para resaltar el mayor ángulo de captación de imágenes.
Como ya cita otro usuario en este espacio de críticas, no es de gran calidad la versión española (doblaje), lo cual hace echar de menos en este tipo de films, donde el diálogo es lo más importante, un doblaje más actualizado especialmente en calidad de sonido, pues se pierden muchos finales de frases, aunque hay doblajes nuevos de películas antiguas que da pena oírlos por su deficiente calidad intepretativa.

José Antonio ZG

Realmente muy alejada del supuesto peliculón que uno piensa o pensaba antes de verla. La historia no es más que la de una modelo que sucumbe a los amores de un millonario, quien únicamente la ve y trata como a una prostituta. Y, obviamente, ella no se resigna a eso.

Probablemente no habría pasado de ser un melodrama más de no ser porque se cuidaron muy mucho de que la estrella principal fuera Liz Taylor, y eso son palabras mayores. Ella y sólo ella es la culpable de que esta cinta no haya pasado sin pena ni gloria. Su presencia escénica y lógicamente su belleza dan para eso y más, pero tampoco pueden hacer milagros.

En suma, sólo encandilará a sus fans.