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Everest

Aventuras. Drama Inspirada en los hechos que tuvieron lugar durante un intento por alcanzar el techo del mundo en 1996, narra las peripecias de dos expediciones que se enfrentaron a la peor tormenta de nieve conocida. En un desesperado esfuerzo por sobrevivir, el temple de los alpinistas se ve puesto a prueba al tener que enfrentarse a la furia desatada de los elementos y a obstáculos casi insuperables. (FILMAFFINITY)
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Críticas 136
Críticas ordenadas por utilidad
23 de septiembre de 2015
139 de 163 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesantísima película. Fascinante en su imagen. Pero lo mejor es lo informativa que resulta. Una verdadera crónica con buenos actores y un argumente que te deja pegado a la butaca y lamentas cuando termina. En ningún momento me pareció confusa la trama como se dice en alguna crítica. Precísamente lo que trata es el atasco en la falda de turistas ávidos de poder decir a su regreso en su entorno social que escalaron hasta la cima del Everest.

Yo no sabia que estas “excursiones” las preparaban para cualquier aficionado que se considera en forma. Llama la atención que casi todos estos turistas que pagan 65.000$, o mas, por ser guiados hasta la cumbre de una montaña de estas proporciones son cincuentones. Edad en que quizas se pueda pagar el precio de esa “excursión”, pero en la que las probabilidades de regresar muerto o maltrecho no son despreciables. En esto el film es extremadamente didáctico.

Señalando lo interesantísima que es, cada cual sacará sus propias conclusiones a la pregunta central que hace el film: ¿Por qué subes alli?. La mia es que el film muestra una enorme falta de glamour en semejante escalada. En realidad la subida hasta la cumbre se exhibe como un paseo, a veces a cuatro patas, pero sin prácticamente escalada de paredes, o sea por caminos trazados previamente por los sherpas (que son los que ralmente se la juegan), que ademas ponen a los que pagan las cordadas ya colocadas en disposición de simplemente amarrarse a ellas y caminar. El “excursionista” no escala ninguna pared, ni duerme en absoluto colgado porque hoy dia los campamentos llegan hasta cer ca de la cima. Asi que todo lo que tiene que hacerse es ponerse en marcha con el guia de madrugada y por la tarde se está de vuelta si no hay accidentes.

Sin embargo, lo que el film muestra es que a pesar de ello, con lo que realmente el turista (y los guias) lidian es con la falta de oxígeno a 8.000 m, o sea con su propio estado de salud y resistencia física, luego vienen factores circunstanciales como el de tormentas, ventiscas, etc, que pueden hacer la ascensión y/o descenso tarea imposible a pesar de las cordadas; y finalmente el frío que es el que a la postre remata al que pierde las energías para seguir adelante.

Con todo ello, el film me ha enseñado lo absurdo de jugarse el tipo en algo tan trivial como seguir por un camino marcado con un guia, jugándotela con tu propio estado físico. Nada de profesionales subiendo por paredes verticales y pernoctando colgados de ellas. Es todo mucho mas trivial , falto de glamour y absurdo. Demostrando como encrucijadas de índole: guía que se ve presionado a satisfacer a cliente incapaz pone en riesgo la vida de todos los demás.
Norbert
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17 de septiembre de 2015
68 de 88 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recientemente decidí ver Contraband del señor Baltasar Kormákur para comprobar si por lo menos veía algo de calidad y talento ya que 2 guns me gustó pero me dejó más bien frío. Y lo único que vi fue un aburrimiento que se me hizo eterno sin sorpresa alguna en un guión que remakeó de su primer film islandés. Con críticas más positivas que negativas me presento a ver Everest con unas expectativas más de pasar un buen rato que de pasar algo intenso y emocionante. Efectivamente, he pasado un rato agradable, momentos de tensión y calidad pero se queda en eso. Impecable en su factura visual y en cuanto a sonido se refiere. Banda sonora casi inexistente en los momentos de carga emocional que intenta transmitir la cinta ya que solo luce bien en los créditos finales y actuaciones más bien justitas a excepción de unos notables Josh Brolin y Keira Knightley que son los que más emotividad transmiten ya que sufren bastante a lo largo del metraje.
Por lo demás vemos a muchos, demasiados personajes faltos de interés, unidimensionales y muy planos como en el caso de Jake Gyllenhaal que a diferencia de Southpaw donde se marca un papelón, aquí queda como un secundario más que forma parte de la historia real como complemento. Jason Clarke no termina de ser un actor con una capacidad expresiva memorable sino más bien apagado y falto de carisma y aquí no termina de encandilarme y eso que es el protagonista de la cinta tanto por los minutos como por la subtrama que conlleva bastantes minutos alternándola en el montaje que corta en algunos momentos en seco y queda bastante mal.
En definitiva, Everest comienza bien, es interesante y entretenida por momentos, pero el ritmo es atropellado, los personajes no se quedan en la memoria aunque si diría que la historia al menos arriesga en comparación con otras historias de supervivencia donde abunda la felicidad y las fantasmadas, aquí vemos algo más y eso es digno de admirar. Por lo demás es mucho ruido y pocas nueces porque Kormákur no transmite con firmeza en la narración la emotividad y lo conmovedora que podría haber sido y únicamente se queda en un intento de llegar a la cima del buen cine.
StarNine27
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27 de septiembre de 2015
45 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mas que hacer una crítica de la película en si como ente cinematográfico, comento algo que vi durante el transcurso de la misma como critica en si a la parte histórica del asunto en cuestión el cual se basa en un hecho real y verídico partir de este momento paso la información como spoiler. Como película, me parece que merece la pena verla, para ver como repercute la preparación mental y sicológica, y también ver lo que pasa en los cuerpos y las cabezas de las personas que deciden hacer un viaje por una zona prohibida para el hombre, a partir de los 8000M ,sin experiencia , y previo pago por caja. hay gente que, simplemente no debería ir ahí. sigo más abajo
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jose
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19 de septiembre de 2015
34 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acabo de ver esta película, sin saber casi nada de los hechos en los que se inspira, y me ha parecido muy interesante. Mantiene la emoción, sin recurrir a gratuitas escenas de efectos especiales.

Los personajes son unos seres humanos muy hábiles y resistentes solo por intentar subir al Everest, pero no actúan como superhéroes como aparece por ejemplo en "Límite vertical".

Los paisajes del Himalaya son grandiosos, y los efectos digitales y del sonido están muy bien empleados, al servicio de la historia y no al revés.

Creo que gustará a todos los amantes del alpinismo, y de las historias humanas (dos escenas casi me hacen llorar, bueno sin el casi).

Un par de consejos: conviene consultar algún dibujo del Everest para enterarse cuáles son los sitios por donde van los alpinistas. Y quedarse con los nombres y las ropas de los personajes, porque en muchas escenas, con gorros y gafas, no se les ve la cara.
billythekid
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17 de septiembre de 2015
28 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Por qué escalar el Everest? ¿Por qué correr olas? ¿Por qué arrojarse en bicicleta por una montaña rocosa, o de un avión a mil kilómetros de altura, hacer canotaje o embarcarse en una expedición por la jungla? ¿Adrenalina? ¿Reconocimiento? Al salir de la sala me dicen que existen dos tipos de personas que realizan esta clase de actividades extremas: o profesionales talentosos o locos en busca de una hazaña. Es posible que combinar ambos garantice el impacto que una película sobre alpinismo necesita para captar la atención del público.

En Everest, Rob Hall es un alpinista profesional que dirige una empresa de aventuras y promete a sus clientes ser el guía que los llevará a la cima del monte más alto del mundo –o al menos, eso es lo que intentará–. Es 1996, la sociedad todavía no confía en los pronósticos del tiempo, la telefonía celular está en sus inicios, el Internet es todavía una herramienta incipiente e incluso los equipos de alpinismo no son los de ahora. Si escalar el Everest hasta hoy cobra en promedio diez víctimas cada año, a mitad de los 90s aún suponía un reto solo apto para valientes emprendedores.

Everest cuenta la travesía de un grupo conformado por profesionales y locos que intenta subir a la cumbre, y de los pocos que lograrán regresar. En ese sentido, la película demuestra menos intención de contar los pormenores del alpinismo y evade profundizar sobre la preparación, el entrenamiento, la aclimatación, los riesgos de la zona. Los profesionales parecen demasiado calmados frente a los peligros, y todos están más interesados en la épica que supone conquistar la cima. Por lo tanto, las emociones se dirigen hacia los líos individuales de cada personaje.

El trabajo del director Baltasar Kormákur radica en darle trascendencia a este relato de hombre versus naturaleza. El Everest se transforma en el perfecto antagonista por su clima imprevisible, mientras que todos los demás son gente común que toma decisiones de vida o muerte bajo estas circunstancias imposibles. El éxito de la película es retratar a estos personajes comunes haciéndolos tan imprevisibles como la montaña: hombres en la crisis de la mediana edad, o que han desperdiciado su vida al servicio del sistema, o que buscan el éxito más grande de sus aburridas vidas, o que se enfrentan a sus propios retos profesionales.

El público se involucra con estos personajes porque es fácil identificarse con ellos; sin embargo, es posible que el exceso de gente desoriente el foco de atención. A ocho mil kilómetros de altura y con todas esas capas de ropa, la única manera de no perder el hilo de “qué le está pasando a quién” es ubicar la cámara muy cerca del personaje, y se pierde la perspectiva del lugar. El espectador sube y baja del Everest, con el impresionante sonido de fondo y la música de Dario Marianelli, pero el escenario terrorífico que plantea la historial real se vuelve un lugar sin miedos, demasiado cercano, conocido y hasta blando.

Kormákur propone interesarnos sobre si los personajes van a lograr regresar con vida de su riesgosa expedición. El público puede hasta llorar de manera genuina por la supervivencia del grupo completo, pues no se abusa del cliché y las emociones son sinceras. No obstante, ¿realmente lo que nos interesa es evitar que se congelen o se caigan del risco, o más bien lo que va a pasar con sus familias si es que no están de vuelta? Recuerdo el éxito de taquilla Apolo 13 (1995) donde Tom Hanks, Bill Paxton y Kevin Bacon van a la luna. A mitad de película nadie sabe si van a regresar. ¿Nos preocupó que la nave explote en el camino de regreso o que Kathleen Quinlan, esposa de Hanks, no abrazara a su esposo de vuelta? Y así tantas otras películas de catástrofes.

Cuidado con ser demasiado tibios (en una película que merecía estar congelada). Se pueden recoger las mismas emociones sin dejar de ser justos con el vértigo de las condiciones extremas y sin dejar de lado historias reales que deben ser contadas (como las de los sherpas, los acompañantes nativos cuya labor es brindar soporte a los alpinistas, un trabajo que ha cobrado la mayor cantidad de víctimas en el Everest y en esta película apenas aparecen). Si se deja de lado el realismo, puede que las motivaciones se vean afectadas. Entonces me pregunto, ¿por qué escalar el Everest? ¿No es ridículo decidir poner en riesgo la vida? Esta película demuestra bien cómo se escala el Everest, pero olvida contar por qué escalarlo.
Salvapantallas
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