Mentira blanca

Moraleja: Las mentiras te llevan a más mentiras, y si continúas en el tiempo, el desenlace tiene todas las papeletas para que la consecuencia sea trágica.
No sabemos muy bien el porqué la chica hace lo que hace, se nos enseña que ya mintió desde la muerte de su madre, quizás trauma, rabia o simplemente porque es así. Tampoco es que vayan por ahí los tiros, realmente quieren hacernos mostrar y meditar lo que sucede si te vas por esos derroteros, sin explicar motivos o explicaciones argumentales que se conecten desde atrás.
Vemos cómo se va desmoronando el mundo que le rodea, desde la gente que le da donaciones hasta familia, padre, novia y amigos, incluso su colega que le hace de camello la deja tirada cuando éste le decía que la esperaría en el coche.
Su final no es resolutivo, pero tampoco hace falta pensar mucho. La chica le confiesa sutilmente que miente a su novia, una vez que entra en la sala de radio, vemos a su pareja que la mira, y ésta es la parte más importante, ya que la novia al mirarla se da cuenta de cómo cambia de registro, hacía 30 segundos que estaba llorando, declarándose hacia ella y al poco está sonriendo decida a mentir otra vez, su decisión... Se levanta y se marcha sin que la prota se entere. Mientras ella sigue mintiendo en la radio, su pareja la acaba de dejar.
También me parece un poco forzado eso de que no sabía que podría tener consecuencias legales, si ganas tanto dinero, es una estafa, tampoco hace falta ser abogado.

Las cosas comienzan a complicarse cuando las autoridades de la universidad le piden que remita su historia clínica, que debe estar avalada por un médico. White Lie se inicia cuando Katie ya está en medio de su engañoso plan por lo que no se sabe qué hizo antes o con qué recursos cuenta. Una cosa es sacarse selfies para postear en las redes sociales con cara de compungida y otra más difícil es obtener documentos que prueben algo que no existe, su cáncer.

El segundo golpe que recibe Katie se lo propina su padre Doug (Martin Donovan), quien no cree en lo que su hija dice padecer. Allí se introduce algún tipo de antecedente para lo que hace la joven protagonista. Su madre se suicidó cuando ella era una estudiante de secundaria y Katie durante algún tiempo fingió una enfermedad para no tener que ir al colegio.

Mientras tiene que realizar varias peripecias para conseguir documentos falsos que prueben el mal que no tiene, Katie además comienza a ver como su armazón de mentiras es amenazado y su entorno más cercano comienza a desconfiar de ella. Su novia Jennifer (Amber Anderson) es su relación más preciada y cuando empiece a desconfiar el mundo de Katie entrará verdaderamente en crisis.

White Lie está bien actuada y correctamente filmada. Su comentario social, a partir de la historia que presenta, es problemático. No queda claro si se trata de exponer la levedad con la que las causas supuestamente solidarias se tratan en tiempos de redes sociales, la victimización como un derivado de la mitomanía, un poco de las dos cuestiones o quizás alguna otra que escape a estas líneas. La película está construida de manera tal para que en algún momento el espectador quiera que Katie, al menos, zafe.

Al no haber prácticamente ninguna referencia sobre la vida anterior de la protagonista no es posible establecer una comparación. En el presente del relato Katie es socialmente exitosa y muy querida. ¿Es solo por el cáncer que finge? ¿Todo se basa en la lástima? ¿De qué manera fracasó la muchacha para hacer eso que está haciendo? ¿Lo hace por algún otro motivo?

En definitiva, White Lie, más allá de algunos méritos cinematográficos, es un largo retrato de una actitud vil y fraudulenta que parece pensada como una provocación, solo para llamar la atención e incomodar con un tema sensible. En parte es similar a lo que hace la protagonista del film.

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