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El rey del Jazz

Musical Una revista que gira en torno al director de orquesta Paul Whiteman, además de demostrar en su número de clausura que la música popular europea se halla en las raíces de la música popular norteamericana, es decir, el jazz. (FILMAFFINITY)
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
25 de marzo de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Espectáculo musical sin pausa y sin excusas argumentales que rueda en color la Universal en los inicios del sonoro, entregando el estrellato al líder de banda jazzística entonces de moda Paul Whiteman. Salpicado de sketches cómicos y de divertidos dibujos animados, se nos presentan varios números del music hall de la época y entre ellos, una escenificación de la Rapsody in Blue de Gershwin, con un piano en el que cabe una orquesta al completo. El número más dinámico es el de la canción que más perdura, Happy Feet, iniciada por el trío The Rhythm Boys (con un jovencísimo Bing Crosby entre ellos), continuado entre otros por un bailarín llamado Piernas de Goma (después de verlo, nadie se preguntará por qué le llaman así) y concluido por el propio Whiteman. Otra de las coreografías contiene una fantasía escenográfica donde los trajes de las coristas se unen en una cola común, como si todas ellas llevaran el mismo vestido. En el número final, se suceden versiones music hall de ritmos de toda Europa, incluyendo Rusia, España e Italia. Si los viejos fonógrafos soltaran imágenes, seria esto lo que veríamos.
Capitan Ahab
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30 de septiembre de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un gran musical. 2 millones de dólares de la época, gastados en este musical, meses después del famoso crack de 1929, y eso influyó en que la gente ya no se gastaba tanto dinero en el cine, y no llegó a ser éxito de taquilla por este motivo.

También, gracias al "El cantor de jazz" de 1927 que fue la primera película sonora (o semi sonora), se inundó de musicales y la gente estaba un poco ya cansada de este género.

Y aún siendo una de las primeras películas en color (o semicolor, ya que sólo se ve rojos y verdes), no hace que su resultado en taquilla mejore.

Lo dicho antes, un gran musical, porque hay grandes escenarios, una imaginación bastante alocada, al estilo "Fantasía" de Disney.

El número final, donde hay pequeños guiños a diferentes países que emigraban a EEUU, hay un trozo que suena el himno español modificado, y hacen un baile típico español (que les faltaba salero latino) y acaban todos en una gran cazuela donde se meten dentro. Y justo en ese momento me parece oir una sardana. ¿Casualidad?

Al final, de ese caldero, salen los nuevos americanos al son del jazz. Un jazz poco reconocible a día de hoy que estamos acostumbrados a otro tipo de jazz.

Dicho todo esto, no me ha acabado de entusiasmar. Muy empalagoso todo. Lo mejor los escenarios y algunos números musicales.
edugrn
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9 de noviembre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para acercarse a estas películas, ya no puede hacerse de otra forma que bajo la mirada curiosa de quien se acerca a un documento histórico, a la plasmación de un mundo que se fue y que dio origen a gran parte de las cosas que disfrutamos hoy.
Estamos ante uno de los ostentosos musicales que vio la luz a inicios del sonoro, alentado por el éxito rotundo que significó "El cantor de jazz" y que acercó Broadway al público de a pie, aquel que rara vez podía permitirse el dispendio de un espectáculo de semejante calibre en directo.
Producida por La Universal, entonces un estudio modesto, se gastó la friolera de dos millones de dólares, la casa por la ventana, !cuántos monstruos tuvieron que hincar los codos y trabajar a destajo porque sus jefes eran unos derrochones!
Aun así, esta película fracasó en taquilla pero de ningún modo es de extrañar. Estrenada tan sólo meses después del crack del 29, la gente no estaría para soltar la gallina en lujos y frivolidades.
Pero verla hoy en día produce esa extraña sensación de estar viendo un espectáculo deliciosamente Kitsch y al mismo tiempo apabullante. Primero, porque se encuentra en color, algo raro que haya podido conservarse lo que nos produce una sensación de irrealidad. Ustedes perdonarán pero yo había llegado a creer que nuestros abuelos realmente eran en blanco y negro.
Este musical no está pergeñado al estilo de otros, con cierto hilo argumental ni se basa en ninguna historia.
Parece más bien orquestado con el fin de experimentar con las nuevas técnicas que el cine podría ofrecer al mundo del espectáculo y, por tanto, toda la película es una sucesión de números musicales y sketchs vodevilescos que aprovechan de buena manera para introducir hallazgos tipo, la utilización del color, sonido, trucos visuales, de cámara, de fotografía, utilización de las sombras...
Da la impresión de que nuestros abuelos estaban entusiasmados con el nuevo juguete y lo exprimían en todo su jugo.
Como musical, pues...Tiene sus luces y sombras.
Un jovencísimo Bing Crosby nos aparece aquí aunque formando parte de un trío. Va a ser un placer contemplarle y escucharle y nos hará comprender la futura estrella en ciernes que nacía.
Las hermanas G también tienen su hueco y nos gustará oírlas. El llamado "hombre de goma", que me ha hecho flipar a colorines. Una bailarina también fantástica nos va a recrear con espléndidos números musicales. El boato de grandes decorados, deliciosas orquestas que surgen de diminutos bolsos. Pianos gigantes. Vestuario impresionante, el número con la melodía de Rapshodie in blue, algunos números estilo Bugsy Berkeley...Lo cierto es que esta película tiene muchas virtudes mirándolo por separado.
No me gusta...Pues, algunos números cantados que me resultan aburridos, melosos, muy de la época, yo no sé apreciarlos.
Los pequeños sketchs de chistes y teatrillos que para nosotros ya no tienen ninguna gracia. Es más, algunas conversaciones no había por dónde pillarlas. Si la ven constatarán que tenían un sentido del humor muy raro e incluso absurdo.

Pero, en conjunto, estoy contento de haberla visto. Estas miradas al pasado siempre resultan atractivas para mi y considero que estas cintas no deberían perderse. Curiosa y recomendable.

He dejado para el final la mención del número animado que aparece aquí. Otra cuestión por la cual a los curiosos puede apetecerles verla. No podemos olvidar que estamos en 1930.

Pd: Cabe destacar también que en una película que se supone que habla de la música jazz faltan, precisamente, los imprescindibles, los negros. Pero a Norteamérica todavía le faltaban unos cuantos años para ello. La censura no permitía reconocer, al parecer, que la cultura musical popular había surgido de la influencia de ellos, ya veis vosotros, y pretendía obviarlo (aunque sí comienza un número dedicado a los ritmos de África). En ese aspecto me parece humillante que dedique un número, el último, a homenajear la música de muchos países europeos a los que define como influyentes en el origen del jazz y guarde ese ominoso silencio por los que fueron sus verdaderos padres.
A pesar de ello, una sola niñita negra aparece en el film durante uno de los números, sentada en el regazo de Whiteman, el director de orquesta. He leído que fue un intento de los responsables de mandar el mensaje de su influencia al público sin que los censores pudieran apercibirlo. Bien pudiera ser.
Izeta
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