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La Sra. Lowry e hijo

Drama L.S. Lowry fue una de las figuras artísticas más importantes del Reino Unido de mediados del siglo 20. Lowry era un pintor famoso por su visión única del noroeste industrial de Inglaterra. La película nos muestra la complicada relación que mantiene con su madre, una mujer empeñada en criticar cualquiera de los gustos de su hijo.
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Críticas 12
Críticas ordenadas por utilidad
11 de febrero de 2021
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Un hombre que pinta

Uno de los pintores más respetados de Reino Unido, durante el siglo XX, revive en la La Sra Lowry e Hijo. Adrian Noble aborda la figura de Lawrence Lowry desde una vertiente más hogareña y costumbrista. De esta manera, se introduce en la enfermiza relación que mantuvo con su madre, para quien dedicó enteramente su vida mientras estuvo viva. El guion marca perfectamente el desprecio y las humillaciones de su progenitora, poniendo mayor detalle en su frustración constante de una vida que no llega. Frente a esa atmósfera derrotista se asoma una mayor luminosidad en Lawrence, que, a través de su prima, plantea reflexiones sobre el significado de la belleza y la perfección artística. Sin embargo, flaquea este influjo reflexivo al darle siempre mayor importancia al efecto familiar, lo que no deja degustar el debate introspectivo.

A lo largo de la película se comprende a la perfección el tipo de toxicidad que unían a madre e hijo, pero se hace tanto hincapié en ello, que puede resultar algo reiterativo. Inclusive, el momento cumbre del film, donde se desarrolla más emoción y violencia, se consume ante una resolución más pausada. El espectador se queda con ganas de conocer más la propia visión del mundo de L.S. Lowry, por lo que se echa en falta un mayor equilibrio en la forma de abordar su vida. A pesar de especificarse las motivaciones del pintor, no profundiza más en él y no se obtiene ese viaje vital que le marcó. Aun así, es una historia interesante, que permite vislumbrar detalles que hacen el relato sincero y tierno. El final cierra con cierto edulcorante, resolviendo demasiado fácil el conflicto principal.

*Solos madre e hijo

Uno de los puntos más fuerte de La Sra Lowry e Hijo es la elección actoral protagonista. Para comenzar, Vanessa Redgrave esta pletórica, en ese arranque amargado y en esa forma de transmitir la ensoñación y el desgaste personal que pasa por su personaje. Hay escenas en las que se convierte en un auténtico cóctel de malas sensaciones, lo que indica el gran trabajo realizado por la actriz. En alguna parte, se puede echar algo en falta una mayor humanidad y cercanía, dado que se mantiene en un perfil antagonista en todo momento. Por ende, no permite que oxigene como debiera. No obstante, se valora la naturalidad y verosimilitud con la que impregna la pantalla, ya que pese a la naturaleza de su personaje, no se excede en el dramatismo o exageración que pudiera caer.

Luego, Timothy Spall controla a la perfección ese mundo interior no tan fácil de entender, a través de un lenguaje no verbal muy bien llevado. Además, su interpretación va evolucionando a lo largo de todo el film, lo que le permite explotar más los distintos estados por los que pasa su personaje. En algunos momentos, se echa en falta que dé más potencia, pero lo compensa con aquellas secuencias con las que ilumina la película. Tiene muy buen feeling con el elenco infantil, que aunque no tiene una gran presencia en escena, le permite a Spall disfrutarlo. Después, el duelo junto a Redgrave tiene una sinergia muy realista, en ese juego de dominación psicológica. Por último, Wendy Morgan se convierte en un leitmotiv que se consume en una interpretación elegante, sutil y con energía, que contrasta con la de sus protagonistas.

*La mente del artista

Un biopic es una pieza que permite conocer mejor a la figura de la que se está hablando. Sin embargo, cada vez es más complicado encontrar autenticidad en la forma de elaborar la identidad visual de este tipo de proyectos. En La Sra Lowry e Hijo se ha apostado más por una visión específica, alejándose de figuraciones o simbologías. Por lo cual, la propuesta no es tan artística, algo que podría haber encauzado más el proyecto para aportar mayor innovación. Dicho de otra manera, visualmente no se propone un imaginario o una realización plástica más allá de lo ya conocido de forma estándar. Aun así, se utiliza positivamente el uso del color y cómo se juega con las percepciones para embriagar al público en esta tormentosa situación. La balanza entre el ahogo y la liberación se plasma de una forma interesante.

Para obtener ese Ying y Yang artístico, el punto de vista parte con una buena resolución de los espacios abiertos y una estupenda concreción espacial del hábitat natural de L.S. Lowry. Gracias a ello, el público puede llegar a entender, mediante sus ojos, lo que se explica con las palabras, o la felicidad callada del pintor. También hay que aplaudir la dirección de fotografía, que sabe moverse entre tonos más oscuros y de pesadumbre y aquellos más claros. Después, el ritmo es ameno, tranquilo, lo que deja una sensación llevadera y es un buen entretenimiento para el espectador. No hay fuegos artificiales, ni un dinamismo pronunciado, pero mantiene la ligereza. El final es un bonito homenaje a su figura, con sus respectivas referencias, lo que deja un buen sabor de boca.

*Conclusión

La Sra Lowry e Hijo muestra una visión más cercana y costumbrista de la vida del pintor Lawrence Stephen Lowry, a través de la tormentosa relación que mantenía con su madre. El guion explora las inquietudes del artista, pero se ven opacadas por la reiteración del conflicto principal. Vanessa Redgrave y Timothy Spall realizan una labor estupenda, que podría haberse aprovechado con algo más de potencia. Asimismo, a nivel visual, no arriesga pero obtiene un resultado entretenido y ligero, que causa interés en el espectador. La historia de un hombre que pinta, donde se explora más su vida familiar y no tanto su mundo interior.

Escrito por Diego Da Costa
Cinemagavia
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21 de febrero de 2021
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La Sra. Lowry e Hijo (2019).
"Soy un hombre que pinta. Nada más, nada menos."
En la línea de la reciente “El Padre” (con el gran Anthony Hopkins), llega con cierto retraso -está rodada en 2018- el biopic del pintor británico L.S. Lowry, tan conocido en Inglaterra.

"-No les culpes por ser pobres, madre. No tienen la culpa.
-Claro que sí. Somos de clase media."
Timothy Spall (saga Harry Potter, “El Último Samurai”) encarna al célebre pintor impresionista inglés de la primera mitad del pasado siglo. Por su parte, la considerada en el mundo anglosajón como una de «las actrices más grandes de su generación», Vanessa Redgrave, interpreta a la dependiente madre del pintor. Una anciana clasista, conservadora, aporofóbica y egoísta venida a menos, que sufre y hace sufrir a su propio hijo por su infelicidad debida, entre otras cosas, a su declive económico, moral y físico.

“La esperanza mueve el mundo, madre.”
La película, dirigida por un habitual del teatro británico, aburre sobremanera a pesar de contar con dos extraordinarios actores de método; dos veteranos de primera -Redgrave está fantástica- y de compartir con el espectador la crítica que hace al floreciente sistema industrial británico (floreciente para los ricos y la burguesía, desde luego).

"Tú siempre ves belleza donde nadie la ve.”
Aún habiendo sido educado por una mujer absolutamente nada empática con el más desfavorecido, Lowry rechazó cinco honores durante su vida, incluyendo el título de caballero (Sir) en 1968, y por lo tanto, tiene el récord de los honores británicos más rechazados. Era, sin duda, un hombre sencillo que solo quería mostrar la vida tal y cómo la veía denunciando a través de su obra la pobreza que le rodeaba (pintó más de 9000 cuadros y dibujos).

Raúl Cabral.
Puntuación personal: 5,5
https://www.filmaffinity.com/es/film475632.html
Raúl
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10 de septiembre de 2021
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Preciosa biografía de Stephen Lowry, el pintor que amaba el Londres industrial y para quien su madre, la señora Lowry era como parte de su propio alma, pensamiento. Los dos solos, a salvo. Y la gente saliendo de la fábrica en ese barrio que era una prisión para ella. La descripción humana de este pintor es tratada en esta película de un modo sobresaliente no apartando al artista del hombre. Su cuadro de el mismo mirando al cielo sobre un muro era quien él era. Lowry veía la belleza en el gris industrial e incluso en las duras críticas de su madre, con una memorable interpretación de Vanessa Redgrave, y la mejor de Spall. Maravillosa.
barbara12
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16 de febrero de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El tercer largometraje dirigido por Adrian Noble es una historia dramática familiar que se desarrolla en la década de los 30 del siglo XX, y que está basada en la historia del pintor L.S. Lowry, el personaje protagonista de la película que nos cuenta unos años en su vida personal y profesional.
Se nota que el director es un experto en el mundo del teatro, ya que la película, aunque tiene muchas escenas de exteriores, se desarrolla en gran parte en el interior de la casa familiar situada en Lancashire, ya que casi toda su carrera profesional la ha dedicado a las artes escénicas, tanto dirigiendo proyectos teatrales como en la faceta de director artístico, además de haber sido el director ejecutivo de la Royal Shakespeare Company entre 1990 a 2003.

La película tarda en arrancar y va de menos a más, y tiene sus mejores momentos en el tercio final, cuando se van conociendo los enigmas de los personajes centrales, el pintor y su madre Elizabeth.
La propuesta tiene todos los elementos positivos a nivel artístico y técnico del cine británico, entre los que destacan una gran recreación de la época, un diseño de vestuario muy bien trabajado, y una banda sonora que encaja muy bien en las diferentes situaciones (aunque es bastante monótona y repetitiva). Pero sobre todo cuenta con unas grandes interpretaciones, demostrando el gran nivel de las actrices y actores británicos.

Para el papel del pintor el elegido ha sido Timothy Spall, uno de los intérpretes más versátiles de su país, que filmó esta película antes de "Nieva en Benidorm" de Isabel Coixet. El actor vuelve a interpretar a un pintor, 5 años después de su excelente trabajo en "Mr. Turner (2014)", y se mueve como pez en el agua en las escenas en las que está pintando, aunque en esta película no son muchas, y al mismo tiempo expresa perfectamente los sentimientos dramáticos de tener que convivir con una madre posesiva, y la frustración por los continuos fracasos profesionales.

La película se centra en esa época, cuando el pintor vivía con su madre, y que después del fallecimiento de esta es cuando comenzó a tener éxito hasta convertirse en unos de los artistas más apreciados de su país, lo que conocemos en los textos de los títulos de crédito finales, que nos dan a conocer su carrera profesional a partir del momento en el que se termina la recreación cinematográfica.

La veterana Vanessa Redgrave es la encargada de interpretar a Elizabeth, la madre de L. S. Lowry, que no sale de casa, y se pasa casi todo el tiempo en la cama, y que no soporta el éxito de su hijo, ya que eso puede significar que tenga que abandonar esa pequeña localidad para ir a trabajar a Londres u otro lugar alejado del hogar familiar. La actriz británica está excelente, con unas grandes escenas dando la réplica al personaje interpretado por Timothy Spall.

Los aspectos más negativos de la película, que hacen que durante la primera parte el proyecto se estanque, son unas situaciones bastante repetitivas, unos flashbacks que no aportan nada sobre la infancia de la madre tocando el piano, y que durante esa parte inicial se centra en exceso en los traumas familiares dejando de lado la vida profesional del protagonista.
Una película que puede tener su público, en especial los que disfrutan con las películas de época que cuentan una historia real, con grandes interpretaciones y un gran trabajo a nivel artístico.

LO MEJOR: La recreación de la época. Las interpretaciones de Vanessa Redgrave y Timothy Spall.
LO PEOR: Los flashbacks no aportan nada. Se nota la inexperiencia de Adrian Nobel en la dirección cinematográfica.

Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en: http://www.filmdreams.net y https://www.estrenosdecine.online/
WILLY74
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8 de febrero de 2021
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un curioso guion sobre la figura del pintor LS Lowry (1887 - 1976), uno de los artistas más apreciados en Gran Bretaña, que lejos de mostrarnos su etapa de artista, se centra exclusivamente en la relación enfermiza que tuvo con su madre.  Sus cuadros hoy valen auténticas fortunas, mostrándonos en sus pinturas escenas de la vida de las zonas industriales de mediados de siglo pasado, en el norte de Inglaterra. Trabajó durante 40 años en Pendlebury, Lancashire, rodeado de chimeneas y fabricas. 

Vanessa Redgrave es la antipática madre anciana angustiada por vivir en un barrio obrero gracias a las deudas de su difunto marido. Sin tener ya una vida de privilegios a la que estaba acostumbrada vive recluida en su habitación como si fuera una inválida, llena de enfermedades difícilmente identificables junto a su hijo soltero Laurence Stephen "L.S." Lowry al que trata como a su criado. Lowry, que se gana la vida modestamente como cobrador de alquileres dedica todo su tiempo al cuidado de su madre y cuando se duerme, sube al ático a pintar. Los desprecios de su madre hacia su arte y su persona son continuos, pero él está metido en una dependencia difícilmente explicable.

Timothy Spall interpreta nuevamente a un pintor, (cinco años antes fue "Turner" con la que gano la Palma de oro en Cannes al mejor actor) y Vanessa Redgrave es la tiránica madre. Dirige muy teatralmente Adrian Noble, ya que todo ocurre en 1936 prácticamente en interiores y con solo estos dos personajes. 

Un film un poco desigual, con buenas interpretaciones y conmovedora en algunas situaciones. Pero en otros momentos resulta cargante y muy repetitiva la relación con su madre. Nos hubiera gustado saber algo más de la vida de este enigmático pintor que realizo más de 1000 pinturas (alguna de ellas se llegó a vender por más de 5 millones de libras) y que rechazo varias veces  premios honoríficos por parte de la reina de Inglaterra. 
Destino Arrakis.com
videorecord
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