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El caso Pinochet

7,0
256
Documental Documental sobre la situación legal del caso Pinochet en relación a los secuestrados de la dictadura chilena. (FILMAFFINITY)
Críticas 2
Críticas ordenadas por utilidad
26 de septiembre de 2006
21 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
El caso Pinochet, desde su detención en Londres hasta la disolución burocrática y política de su proceso en Chile, ha acaparado la atención de la prensa, no sólo la chilena. La cantidad de información al respecto es, por lo tanto, copiosa. ¿Por qué habría de interesar, entonces, un documental sobre un tema revisado hasta el cansancio? Pues porque al discurso efímero de la prensa, se opone la mirada testimonial, personal, el relato infrahistórico.
Patricio Guzmán logra una obra cabal, que intercala datos periodísticos del caso Pinochet con testimonios de víctimas de torturas durante la dictadura chilena. Al igual que en otras de sus obras (Chile: una memoria obstinada, Salvador Allende), el tratamiento estético, la construcción del relato y el uso de los recursos audiovisuales transforman el documental en algo más que un producto periodístico. Sin duda, Guzmán era el más indicado para inmortalizar en el celuloide este proceso político e histórico de la lucha por la justicia.
Alex
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7 de marzo de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el año 1989, según lo dictaba la Constitución de la República de Chile, debía elegirse un nuevo mandatario y el dictador Augusto Pinochet no podía ser candidato a no ser que, mediante un plebiscito, la ciudadanía lo aprobara. Si lo ganaba, podía ser reelegido por 8 años más para gobernar al país. Pero, un espacio televisivo de 15 minutos que se abrió diariamente para que la oposición pudiera dirigirse al pueblo, fue debidamente utilizado por ésta… y ganó el “No” con el 55.99 % de los votos. Pinochet se sintió tentado a dar un autogolpe para preservarse en el poder, debiendo desistir cuando los oficialistas aceptaron su derrota.

Terminaron así, 17 años de férrea y temible dictadura, y el 14 de diciembre de 1989, el país tuvo por fin nuevas elecciones presidenciales que significaban un regreso a la “democracia”. El democratacristiano, Patricio Alwyn, fue elegido presidente; se llevaron a cabo elecciones parlamentarias… y el pueblo chileno sintió, por fin, que un poco de oxígeno podía respirarse.

Sin embargo, amparado en disposiciones de la Constitución de 1980, Augusto Pinochet, pudo seguir siendo el Comandante en Jefe del Ejército durante ¡ocho años más!... pero, en contra de la Ley de Amnistía que dejaba impunes a los militares acusados de violaciones a los Derechos Humanos entre 1973 y 1978, el presidente Alwyn creó la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, la cual, presidida por Raúl Rettig, se dedicó a investigar los incontados casos de torturas, desapariciones y asesinatos cometidos durante la dictadura.

Y aquí comienza, también, el largo proceso que se le seguirá al dictador, Augusto Pinochet, el cual se inicia cuando el abogado, Carlos Castresana Fernández, Fiscal del Tribunal de Cuentas de España, decide iniciarle un proceso por la muerte de ciudadanos españoles durante la dictadura. Considerando que hay crímenes de jurisdicción universal que pueden ser perseguidos y juzgados por los tribunales de cualquier parte del mundo, a su causa se suma el también juez, Baltazar Garzón… y así iniciaron las primeras querellas contra el escurridizo militar chileno.

Una anécdota muy valiosa de por qué decidieron estos jueces españoles solidarizarse con la causa del pueblo chileno, la cuenta el propio, Dr. Castresana: “Lo hicimos por solidaridad. Porque éstas cosas uno siente que las tiene que hacer… En el año 1939, al final de la Guerra Civil, medio millón de españoles salen en busca de refugio por la frontera francesa, y el gobierno francés los interna en campos de concentración. El cónsul de Chile en París, fleta un barco dispuesto a llevarse a cuantos españoles quepan en él, con el objeto de salvarlos. Son 2.500 refugiados los que consiguen escapar. El cónsul se llamaba, Ricardo Neftalí Reyes, a quien el mundo conocería como el poeta, Pablo Neruda. ¿Y quién los recibe en Chile? Un joven ministro de sanidad, llamado Salvador Allende”.

Lo logrado por el director, Patricio Guzmán, es de un valor enorme como documento histórico, pues, con el máximo rigor siguió los hechos desde Chile, pasando por España, Gran Bretaña y Bélgica. Además, contrasta debidamente las opiniones y sentires en pro y en contra del dirigente chileno; y consigue impactantes y conmovedores relatos de un buen número de víctimas de la fuerzas represivas del Estado… y la manera muy cuidada como contrasta estas narraciones con los logros -y también frustraciones-, del proceso que se le sigue al dictador, convierte a, <<EL CASO PINOCHET>>, en un documental imprescindible.
Luis Guillermo Cardona
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