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Padre no hay más que dos

Comedia. Musical Florencio y Amalio son dos artistas de cabaret que se divorcian de sus mujeres y se quedan con la custodia de sus hijos. Un desaprensivo los estafa alquilándoles una ruinosa casona. Los dos tratan de salir adelante con un espectáculo de magia que resulta ser un fracaso. Pero gracias a las ideas de sus hijos, los dos artistas forman una pareja cómico-musical que resulta ser un éxito. Al mismo tiempo, los dos amigos intentan ligar con ... [+]
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
19 de junio de 2020
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una costumbre muy arraigada a nuestro cine clásico el introducir a estrellas de la canción en películas que no pasan de ser vehículos para aumentar su fama, y no sólo ha sucedido con los adultos (Pedro "Peret" Pubill, Manolo Escobar, Rocío Dúrcal...), sino también con los más pequeños.

Tales como "Joselito" Jiménez Fernández o Pepa "Marisol" Flores, cuyas obras solían ser verdaderamente populares en la época (aunque el tiempo no le sienta bien a ninguna de ellas, para qué mentir). Esta tendencia se iría extendiendo, y si antes aparecía el artista como protagonista con la eclosión de las bandas infantiles había de aparecer todo el conjunto, y el mejor ejemplo lo tenemos sin duda en el grupo Parchís, quienes comenzarían sus andaduras en 1.980 con "La Guerra de los Niños" y hasta Argentina se irían para filmar sus peripecias, o los conocidos Regaliz, que aparecieron en "La Rebelión de los Pájaros" o "Buenas Noches, señor Monstruo".
El mismo año que se estrenan estas simpáticas e insoportables obras, Mariano Ozores disfruta de un éxito tremendo gracias a sus colaboraciones con Andrés Pajares y Fernando Esteso, quienes ya cuentan seis juntos, algunas verdaderos tesoros del cine patrio ("Yo Hice a Roque III", "Los Bingueros", "Los Chulos"); entonces la pareja decide reunirse con el director para proponerle una interesante idea. Y ésta es la de hacer una película directamente enfocada al público infantil, para que su fama no fuera sólo conocida por adultos (y dar más salida a sus anteriores títulos, todo sea dicho).

El momento era perfecto para una producción como "Padre no hay Más que Dos", que Ozores sitúa en el mundo del espectáculo y las variedades para ayudar a un guión en el que se iban a introducir números musicales y canciones a tutiplén; en esta ocasión Pajares y Esteso dan vida nuevamente a dos personajes, Amalio y Florencio, muy en la línea de "La Extraña Pareja", dedicados al espectáculo, uno a la danza, otro a la magia. No obstante, aunque tienen sus diferencias ambos coinciden en una cosa: son igual de desastrosos, pánfilos y cazurros, y ambos se encuentran de la noche a la mañana pidiendo el divorcio acompañados de sus esposas, viéndose obligados a marcharse del hogar junto a sus hijos.
El primer tramo (pese a que algo indigesto es ver a Esteso vestido de mago chino del siglo XVI y a Pajares de bailarín) resulta ameno y simpático de ver, con un humor al que el director quita hierro a toneladas sin olvidar su típico vodevil de enredos y engaños amorosos. Tras la separación de los padres y la mudanza a la ruinosa mansión la historia cambiará de tercio; porque por supuesto es previsible que ambas familias coincidirán en la casa y tendrán que dejar las diferencias a un lado y poner de su parte para convivir en armonía; pero como el director hace una película sobre niños y para niños, tema que jamás había tocado anteriormente, hace recaer el peso de la trama en los hijos y su papel es vital, pues serán éstos quienes con su ingenio y desparpajo ayuden a sus descerebrados y ridículos padres, que causan más problemas que soluciones.

Aquí se hace hincapié en la importancia de los niños y la fuerza y sensatez que poseen para reparar las destrozadas vidas de sus progenitores. Esto dará pie a que se erijan como los maestros de ceremonias del argumento, el cual irá acumulando una serie de situaciones supuestamente graciosas donde ellos y nadie más tendrán el protagonismo, aumentando así la carga de melodrama y ñoñería como en ninguna otra obra de Ozores, quien por su parte llena de espectáculo y música la historia y elimina todo rastro del erotismo al que se ha acostumbrado el espectador asiduo a su cine (así, en la secuencia en que Amalio y Florencio están con sus respectivas parejas en la casa, se interrumpen los desnudos, que sí podrían haberse visto en otra de sus comedias, con la repentina llegada de los pequeños).
A todo esto añadimos el gusto por el tradicionalismo, las buenas costumbres y el obligatorio "happy end", pues como es lógico los hijos tienen que hacer lo posible para que sus padres también vuelvan a estar juntos. Pero el humor del cual hace gala el cineasta, mucho más ligero y desenfadado que en otras ocasiones, no cuenta precisamente con la misma chispa e ingenio (momentos como el espectáculo de magia del principio, la parodia del monstruo de Frankenstein o cuando los protagonistas han de disfrazarse para echar a los nuevos inquilinos (momento que Ozores tomó prestado de la clásica "Mother Carey's Chickens") producen más vergüenza ajena que risa).

Y nada ayuda los números musicales que mete Ozores de por medio, donde la cursilería y la idiotez se elevan al paroxismo. Esteso y Pajares se adecúan a un texto más "light", pero afortunadamente siguen resultando simpáticos aunque haya momentos en lo que se hagan desquiciantes; son lo mejor de un reparto completado por Beatriz Carvajal, Paloma Hurtado, Luisa Armenteros, María Casanova, Emilio Fornet, Ricardo Merino y, cómo no, los niños, donde tenemos a Carmen Pascual (la Annie española), la genial M.ª Ángeles Fernández (que volvería a ser hija de Pajares en "El Currante"), el pequeño Alberto Rincón y los famosos Tito y "Piraña" de "Verano Azul", Miguel Joven y Miguel Ángel Valero (quien más tarde estaría al mando del cineasta en "El Rollo de Septiembre").
Sencilla y alocada comedia familiar, agradable a veces y con un par de "gags" divertidos, pero demasiado empalagosa y mojigata como para poder aguantarla en más de un visionado y realmente mediocre en comparación con otras colaboraciones del binomio. Los adultos no lograron encajarles bien en una película de estas características y los jóvenes se sintieron decepcionados pues ya conocían las anteriores, donde había más chicas guapas y menos ropa tapándolas.

Pese a todo el director afirmó que funcionó igual de bien en taquilla.
Chris Jiménez
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23 de marzo de 2021
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película que vi en mi infancia de marcado carácter infantil, en la que aparecen Tito y Piraña de Verano Azul, en pleno auge de su fama, aprovechando también que, de forma incomprensible (porque sus películas eran de destape), Pajares y Esteso se hicieron muy populares entre los niños de aquella época, entre los que me incluyo.

La película carece de la frescura cómica de las que la preceden, siendo un humor muy encorsetado, destacando la escena de Frankenstein (grabada en mi memoria). Pajares era un excelente actor, capaz de llegar a varios registros y ser más versátil de lo que pudo ser Esteso, aunque ambos eran cómicos y procedían del teatro y variedades.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
CHIRU
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6 de febrero de 2023
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Diga lo que diga el amiguete y revientataquillas del cine español de este siglo (y parte del anterior), padres sí hay más de uno, pese a no ser tantos como géneros (aunque no lo parezca) han desfilado en la filmografía de don Mariano Ozores, desde la distopía catastrofista, el musical, el cine de acción, histórico, western... y sí, no siendo tampoco ésta su primera vez, el cine infantil.
Para sus dos estrellas principales, pese a tratarse de su colaboración menos ortodoxa y ceñida a sus cánones habituales -picaresca y chavalas despelotadas- se trata paradójicamente del vehículo conjunto en que más y mejor se desenvuelven en el arte que han mamado potencialmente desde sus comienzos cabareteros: los chistes, el music hall y el transformismo carnavalero.
Y puestos a compartir enredos junto a un selecto grupo de renacuajos que se empeñan en desbaratarles los ligues (no, no hay desprendimiento de tela ni bajadas de pantalones quedándose en calzoncillos) y montarla en el escenario en un inmejorable colofón, mejor pillar tajada de la popularidad de la réplica infantil de sus protagonistas popularizados por la mítica (y repetida hasta que dejen de existir el verano o la televisión) 'Verano Azul': Miguel Joven "Tito" y Miguel Ángel Valero "Piraña" (que hizo su doblete arrimando, el mismo año, a Paul Naschy al territorio del cine infantil en 'Buenas noches, señor monstruo' de Antonio Merceró).
Aportando sus gorgoritos, más afinados, se une a la troupe MariCarmen Pascual ('Annie' en el teatro y cointerprete de la sintonía española de la archiconocida 'Marco'). Me da apuro reconocerlo pero no me suenan el resto de niños cantores, aunque a uno lo tengo fichado del anterior episodio ozoriano de atracos.
Enredos de ligoteo soft y "varietés" en un pastiche bastante majo que consigue meter en el mismo saco a 'Tuyos, Míos y Nuestros' (1968, Melville Shavelson) y 'La Extraña Pareja' (1968, Gene Saks). O en resumidas cuentas, un Esteso y Pajares para todos los públicos cuyo más imborrable recuerdo en mi infancia se lo adjudico al gag de Igor (Esteso) y El monstruo de Frankenstein (Pajares) que terminaba electrocutándose con bombillas hasta quedarse como Miguel Ríos con colitis.
María Casanova es la primera de las dos musas de José Luis Garci que se dió un respiro de diversión y ligereza probando con Mariano Ozores justo antes de Fiorella Faltoyano en... bueno, son palabras mayores: eso aún no toca.
Lo de Beatriz Carvajal y Esteso hablando con jerga pasota de música de Los Pegamoides y Mecano para parecer enrollaos me da que pensar en las lagunas de Mariano Ozores sobre lo que escuchaban "los macarras" de 1982: puede que los parches y chapas en las chupas de Miguel Ángel Valero vayan mejor encaminados.
Un clasicazo. Otro más.
antonio lopez herraiz
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28 de diciembre de 2012
7 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sorprendente cinta de Esteso y Pajares, para todos los públicos, que hará las delicias de los más pequeños con algunas de las travesuras de los niños y de los no tan niños.

Dos padres, Pajares y Esteso, del mundo del espectáculo, que por distintos motivos terminan compartiendo casa e hijos.
Cairo
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30 de octubre de 2018
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me ha gustado mucho esta comedia musical, su argumento daría para una serie de televisión. Es una película que acusa el éxito popular, a principios de la década de los años 80, del cine infantil y de los grupos musicales infantiles como "Parchís", y la presencia estelar de Miguel Ángel Valero y Miguel Joven, que saltaron a la fama con la serie de televisión "Verano azul" (1981-1982), así lo corrobora. De hecho, Miguel Ángel Valero y Miguel Joven reproducen, en versión infantil, la pareja cómica formada por Andrés Pajares y Fernando Esteso. A ellos hay que sumar a la "Annie española", Carmen López Pascual, junto a caras muy conocidas como Paloma Hurtado, Beatriz Carvajal, María Casanova, Alfonso del Real, etc., lo que contribuye a formar un reparto muy simpático.

El carácter de cine familiar de esta película hace que no haya mujeres desnudas, o ligeras de ropa, pero te ríes tanto o más que en "Los bingueros" (1979), o en "Yo hice a Roque III" (1980). Esteso y Pajares encarnan a dos personajes completamente opuestos pero totalmente complementarios, y tal vez por eso acaban formando una pareja cómica. Sus números, juntos o por separado, son impagables, y destacaría el número del monstruo de Frankenstein y el jorobado. La idea de separar el espacio doméstico con una cinta blanca, haciendo como si vivieran en dos casas distintas, es sencillamente genial, y los actores la emplean con maestría. Las referencias a distintos aspectos de la vida española del momento, desde las muñecas "Jesmar" a Adolfo Suárez, también contribuyen a dar aún más chispa a los diálogos. La sucesión de disfraces, bailes y canciones, dan a la historia un tono realmente optimista y positivo. Si se juzga a una película por el placer que proporciona al verla, a ésta de Mariano Ozores hay que darle, siendo honestos, una puntuación alta. Se lo merece.
Pedro Triguero_Lizana
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