Recuerdos de Hollywood

"Postales desde el filo” puede verse de dos maneras: como una película sobre una actriz, hija de estrella, con sus penurias y dificultades, o como la biografía de Carrie Fisher. En spoiler cuento algunos pasajes sobre la agitada vida de Carrie, sin contar nada de la película, para los que estén interesados o se hayan quedado con ganas de saber algo más.

La película es interesante ya que muestra sin tapujos, sobre todo el estado anímico en que se encontraba Carrie Fisher, la actriz protagonista de "La guerra de las Galaxias" e hija de Debbie Reynolds, estrella de "Cantando bajo la lluvia".
Hay que decir que Meryl Streep consigue una interpretación como es habitual en ella, notable, aunque tengo reservas en cuanto a su elección para el papel, no por su calidad como actriz, indiscutible, sino por su edad. Según las fechas de su libro, Carrie tendría unos 28 años. Esto se nota en la relación entre madre e hija y Streep no puede ocultar sus 41 años; algo mayor, lo cual le resta credibilidad a la hora de su dependencia o sumisión.
Aparte de esta salvedad sobre la edad, la actuación de ambas roza lo sobresaliente. Desde que vi “La calumnia”, a Shirley McLaine, sólo puedo tenerle admiración. Aquí, desde luego, no es una excepción y borda su papel como Debbie Reynolds. Tiene un magnífico número musical en el que, como siempre, hace sombra a su hija, en su fiesta.
Otra parte destacada son los diálogos, con frases muy elaboradas y envenenadas ("Quieres que lo haga bien, pero nunca como tú").

Mike Nichols consigue un buen retrato del backstage hollywoodiense, con ingeniosas muestras de cine-dentro-de-cine, y aunque es incisivo con el star-system, no llega a hacer sangre. Es lo suficientemente crítico, pero abordado con elegancia. Posiblemente, se ciñe bastante al guión y a las consignas de Carrie Fisher.
El reparto es notable y la película es buena en su conjunto, especialmente el duelo interpretativo Streep-Mclaine, dos grandes, aunque con un tono más incisivo, la película podría haber ganado bastante.
Gene Hackman interpreta a un director inspirado en Richard Donner (“Arma letal”). Simplemente borda su papel. Serio cuando tiene que serlo en el set de rodaje y cercano y comprensivo cuando se trata de la persona necesitada más que de la estrella.
La pequeña intervención de Annette Benning tuvo un rendimiento inmejorable.

De todas maneras, Carrie Fisher fue muy valiente al atreverse a escribir sobre su agitada vida, adaptando su novela autobiográfica, y más aún, estando todavía en activo; el año anterior había rodado “No matarás al vecino”.
En definitiva, interesante pasaje de una famosa actriz con problemas de todo tipo, con muy buenas interpretaciones.

Me molesta ver una película que cuenta con una historia tan tópica, me molesta ver que la dirección no es demasiado destacable y es algo plana, me molesta Dennis Quaid en todos los sentidos debido a su papel en un personaje que da asco (que es lo que se pretende con su personaje por otra parte), me molesta que se desaproveche tan insultantemente a un actor de la talla de Mr. Hackman, puesto que ese tipo en su papel de director de cine podría haberse lucido, pero Nichols no le da la oportunidad. Gene acaba saliendo muy poco y no con apariciones de esas memorables sino normalitas.

Pero la interpretación de la señorita Meryl Streep, inmensa interpretación la suya pese a todos los tópicos, y la presencia de una eficaz Shirley MacLaine más un par de escenas sueltas hacen que acabe aguantando la película hasta su conclusión y que la acabe aprobando. Y es que la historia que cuenta, pese a ser algo previsible y tópica, también tiene su interés aunque podía haber dado mucho más de sí de lo que nos acaba ofreciendo la señorita Carrie Fisher como guionista.

No es una maravilla, pero conseguí pasar un rato medianamente entretenido con la película que no es poco. Pero me lamento ya que ese rato podría haber sido mucho mejor si se hubieran cuidado más algunas cosas.

Película nominada a dos premios de la academia en las categorías de Mejor actriz principal para Meryl Streep y Mejor canción original para Shel Silverstein por la canción "I`m Checkin`Out".

Nada le puede gustar más y salirle tan bien a Hollywood como hablar de sí mismo, del negocio del cine, de sus gentes, alegrías y miserias. “Postales desde el filo”, que está basada en la novela de Carrie Fisher, juega a eso, a hablar de la meca del cine desde el punto de vista de una actriz sumida en un profunda crisis a la que ha llegado por la fama, el alcohol y las drogas. Así fue la vida de Carrie Fisher, una actriz todavía en activo que se atrevió a hablar claro en su novela autobiográfica, que ella mismo se encargó de convertir en guión. Meryl Streep y Shirley MacLaine forman la pareja protagonista, son la actriz en plena fase de autodestrucción y su madre, un ser consumido por la bebida y con la amarga nostalgia por haber saboreado la fama en el pasado. Resulta curioso que Debbie Reynolds, en quien se basa este personaje, inistiera al director en que ella podría representar ese papel, basado lejanamente en su propia experiencia, pero éste dijo que no, que quería a la MacLaine, como así fue finalmente. Mike Nichols, que conoce como nadie los intestinos y las cloacas de Hollywood, quizá porque maneja al dedillo las claves del esplendor de aquella ciudad de frágiles sueños y poderosos mecanismos industriales, consigue con “Postales desde el filo” salirse de la línea recta, huir de la narrativa tradicional y meterse de lleno en el uso de una puntuación que, de puro fragmentario, acaba siendo frenética. Película cruel, sólo en su tercera o cuarta capa se adivinan algunos atisbos de ternura, de velado cariño por unos personajes que lo tienen todo tanto para resultar despreciables como para inspirar, aun a pesar de ello, algún tipo de compasión. “Postales desde el filo” sirve, aparte de para entretener sin blandenguerías, para redescubrir a Meryl Streep, aquí desmelenada y turbulenta, capaz de cantar sin que nadie la doble y en condiciones de sorprender a quienes siguen pensando que sólo sirve para llorar en África, Madison o en condición de mujer del teniente francés. Nuevamente, merecida nominación al oscar para la galardonada actriz.

1 punto por Meryl. Que hasta canta. Pelín granaíta para hacer de hija veinteañera de MacLaine, pero bueno, el mundo del cine es así. Haremos como que no nos hemos dado cuenta.

1 punto por Shirley. Que siempre hace el mismo papel de vieja gruñona pero que ya es casi como de la familia.

1 punto por Gene. Gene es Gene, haga lo que haga y salga en la peli que salga. Se lo perdono todo, porque puede. Aprovecho para declararle mi amor.

Y 1 punto más porque siempre me gusta dejar propina.

Joder, qué coñazo de película! No sé si es que pretenden eliminar competencia haciendo ver que la vida de estrella es tan horrorosa, por si habíamos pensado dedicarnos a lo mismo. A mí desde luego se me han quitado las ganas. Qué necesidad tengo de voverme alcohólica perdida, drogadicta y gilipollas a estas alturas. Anda ya, to pa ellas.

Un sólido reparto, para el desarrollo de esas relaciones que con frecuencia establecemos, complejas e inquietantes; flota en el metraje un cierto cansancio vital, como si a Mike Nichols le faltase energía para envolver a sus actrices y actores en ese vigor tan necesario para una narración visual que elevaría la historia que nos llega.
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Meryl Streep brillante, sutil, entregada... Quizá ya entonces se evidenciaba que nos encontrábamos ante una de las últimas estrellas de ese gran Hollywood, sustituido en la actualidad por otro mucho más gregario y prosaico.

Dispone de algunos elementos y situaciones honestos pero nunca deslumbrantes,