El honor perdido de Christopher Jefferies (Miniserie de TV)

Qué fácil resulta para la policía, detener a una persona, solo porqué todos los indicios le hacen culpable del execrable asesinato de una de sus vecinas, si además la presión de los medios de comunicación en su intento de justicieros le hacen culpable, le señalan sin ningún reparo, solo por su aspecto estrafalario, introvertido y diferente, no les importa su intachable trayectoria, ya tienen al culpable, llevando al inocente Christopher Jefferies al más duro y letal escarnio público. Solo con su lucha incansable y su tenaz afán de defensa logrará superar todas las ignominias que se han vertido sobre él

Excelente film inglés sobre un caso real, en donde el director Roger Michell y el guionista Peter Morgan lideran la investigación que la policía se negó a realizar. Con una actuación magistral de Jason Watkins, un actor conocido en los escenarios ingleses, seleccionado para dicho papel. Una historia verdadera, que nos cuenta como ya hemos indicado, la inocencia despreciada de un hombre muy callado acusado por la prensa, la policía y el rumor.

Una muy buena película, merece ser recomendada.

Sobre un hecho acaecido en el Reino Unido hace pocos años, esta miniserie narra principalmente los excesos de la prensa y medios de comunicación en general respecto a temas que impactan en la sociedad y la interpretación personal de los mismos por parte del público. Es una miniserie que he contemplado de un tirón, pues así se presenta en TV.
El sabor británico impregna toda la producción atrayendo desde el principio con un buen guión, sin complicaciones narrativas que hagan estrujar la mente para comprenderla como últimamente viene siendo corriente en muchas películas. La interpretación de su principal protagonista, Jason Watkins, es muy notable y muy bien correspondida por el doblaje al castellano en su versión española. Posiblemente en versión original ganará más el arte de este actor.
Una sorpresa que no debe dejar de admirar todo buen aficionado al cine en general.

Excelente película, perfectamente relatada, que toca un tema serio sobre como se puede erróneamente culpar y difamar a alguien de una manera impune sin importar las consecuencias que todo ello puede acarrear.
El film este narrado de forma exquisita y detallada, con un guión simple y dinámico, y la actuación de Jason Watkins es impecable.
Esta basada en hechos reales y eso la hace mas interesante aun.
No tenia pensado verla porque pensé que iba a aburrirme, pero me atrapo desde el principio y me ha dejado mas que satisfecha.
Realmente recomendable, un lujo digno de verse.

Las películas inglesas suelen tener un toque especial de calidad. En ésta, en concreto, al principio quedas un poco desconcertado, porque te presentan a un protagonista extraño con el que difícilmente piensas que vas a congeniar. Es más, sus modales amanerados rayan en la parodia o en lo cómico. Realmente lo que piensas es que te has equivocado al elegir esta película y que no vas a ser capaz de verla hasta el final.

Pero esta sensación dura escasamente cinco o diez minutos. Enseguida, no sabes por qué, notas que la película te va atrapando y que empiezas a congeniar con el personaje. Lo curioso es que el argumento es muy simple y que no ocurre en la acción nada extraordinario. Incluso el resto de personajes está tratado con completa naturalidad, y ni siquiera "los malos" son excesivamente perversos.

Pero al final, a pesar de que la cinta se empieza a hacer un poco larga, te quedas con la sensación de que has visto una película muy digna en la que se retrata un problema humano con un desenlace aún mejor de lo que te esperabas.

Es terrible como la prensa, tanto escrita como los medios audiovisuales, pueden destrozar las vidas de los inocentes prejuzgando los juicios de cualquier tipo, y desgraciadamente no sólo se hace en Inglaterra, como es el caso del viejo y amanerado profesor británico, sino que se hace en prácticamente todo el mundo, y los españoles no somos ajenos a ello cuando nos desayunamos con una serie de juicios y prejuicios sensacionalistas en prácticamente todas las cadenas de televisión y en todos y cada uno de los periódicos, donde la información no sólo no se contrasta, sino que se premia a quien dice la burrada más gorda y le da pábulo.

La lucha de Christopher Jefferies es la lucha de todos nosotros que sin comerlo ni beberlo nos vemos salpicados por cualquier desgracia donde se pone en duda nuestro honor y donde no sólo nosotros somos los afectados, si no también nuestra familia, amigos y entorno.

Debería ser regulado legislativamente, y las penas deberían endurecerse, porque no todo vale dentro de la libertad de expresión y la libertad de prensa.

Gran trabajo de Jason Watkins, al que no conocía, que trabaja con las tablas que te da el trabajar para el teatro inglés y la pulcritud y elegancia de sus producciones.

Interesante, 6.