Infielmente casada

Al servicio de Matthew Perry y Elizabeth Hurley, esta comedia romántica naufraga irremediablemente por varios motivos. La historia es muy típica, las características que se apuntan en los personajes son desaprovechadas –el cinismo de Perry o la crisis en que se encuentra, el despecho de Hurley, la enemistad entre los dos agentes de citaciones, que podía haber dado pie a situaciones mucho más logradas…-, los gags cómicos no logran dibujar la menor sonrisa, nadie se cree un amor que surge entre los protagonistas porque sí y, además, se emplea un recurso facilón para conseguir el happy end habitual en esta clase de películas, recurso que si la trama nos hubiera enganchado desde un principio, si hubiésemos sentido simpatía por los personajes, habríamos aceptado sin rechistar. Como no es así, nos quedamos tristemente con un largometraje de relleno de programación en las sobremesas del fin de semana. Lástima.

La película, absurda totalmente desde el inicio, solo puede salvarse por la interpretación de Matthew Perry. Si el no apareciese la película se merecería un 2 a lo sumo.

El principio de la película se muestra prometedor, algo absurdo, pero es una comedia al fin y al cabo. Cuando pasan los 15 primero minutos todas las esperanzas desaparecen. Algún comentario irónico del personaje de Perry hizo que me quedase a verla hasta el final. Un error sin duda alguna.

Confieso que la ví porque me encanta Matthew Perry y me rio mogollón con él, pero por el amor de Dios... Es mala de cojones. No me hizo ni puñetera gracia. Que guión más absurdo, más mal llevado, que secundarios tan poco acertados, que falta de química entre los actores, que soberbia estupidez, que patochada, que... Ni siquiera le gustó a mi mujer, y ella se ríe hasta de Los Morancos y Chiquito de la Calzada.

No le doy un 1 porque tiene un par de detalles graciosos, y porque Matthew también tiene derecho a hacer alguna mierda de vez en cuando.

Otra película mal llamada "comedia".

Creo que el cine americano debería erradicar esa categoría a la mayoría de sus películas, porque ni son comedia ni son románticas.

Propongo que directamente las etiqueten como "bodríos". Seguro que seguirán teniendo su público y así los demás no vamos a verlas engañados por falsas esperanzas de ver una comedia.

La historia daba más de sí, ya que tiene un punto original, pero no hay química entre los personajes, las situaciones son absurdas y la música es espantosa y estridente.

Sólo es apta para incondicionales de Mathew Perry.

Coge la trama más absurda que se te pase por la cabeza, contrata a un chico que esté de moda y a una tía buena para acompañarlo, elige la forma en la que quieres que se enamoren, viste a la chica lo más sexy que puedas, saca el talonario para pagar a los actores, entrégale un pósit a los monos con tus decisiones y que estos escriban el guión.

Resultado: Colgado de Sara (y millones de películas más).