Tampopo

Extraña comedia de la que es fácil empaparse, llena de elementos curiosos y con un tono desenfadado que invita a una comodidad que sencillamente me ha parecido un regalo. No es una comedia de risas, de chistes o gags, se trata más bien de una película repleta de personajes simpáticos que no hacen daño a nadie y en la que nos vamos a encontrar una historia que a menudo se desvía para recorrer senderos sorprendentes. La idea básica es que una mujer, dueña de un restaurante, persigue la receta maestra para hacer los mejores tallarines. A partir de ahí la trama se desvía a menudo en subtramas más o menos curiosas, todas con la comida como el ingrediente común. Parece fácil y sin embargo no creo que lo sea, "Tampopo" va desde la manera de comerse los tallarines, cómo beberse la sopa, los ingredientes, vegetales y cárnicos, y poco a poco va abarcando todo lo que tiene que ver con la gastronomía específica japonesa de unos tallarines, pasta, mezclados con agua condimentada, sopa.... Confieso que me lo he pasado teta, no sé por qué.

En "Tampopo" no hay cocinas occidentales, nuestra protagonista trabaja en dos metros cuadrados. Estoy convencido que no se parece en nada a una cocina de grandes chefs europeos, pero tiene un encanto humano del que me he empapado. Y digo empapado en sentido figurado y real, porque es curioso observar la cantidad de escenas en las que aparece la lluvia.

Hay que ver de todo, incluso cine japonés exento de katanas o los típicos maníacos de su especial género de terror oriental. Recomiendo "Tampopo" porque es diferente, al que haya llegado aquí le pediría que la recomiende igual que lo hago yo, vale mucho la pena.

288/24(28/11/08) Sabrosa cinta a mayor gloria de los tallarines o como los llaman los nipones, los ramen. El argumento es casi uno de western, en el que un pistolero, que en este caso es un camionero (Goro) debe ayudar a una viuda joven, Tampopo, a defenderse en el salvaje oeste que es su restaurante de los malvados, que son los comensales, enseñándole a cocinar riquísimos ramen para “dispararles” con ellos y dejarlos fuera de combate, y para rematarla tiene un final puro del género (spoiler). La película está trufada de intrahistorias, donde van desfilando pintorescos personajes que le imprimen un clima bastante optimista, todo ello con el telón de fondo del amor platónico entre el maestro y la alumna, una historia de amor de miradas dulces y entrañables. Recomendable a los que gusten de films optimistas y que te dejan un poso de satisfacción. Fuerza y honor!!!

Comedia japonesa sobre una joven cuya obsesión es preparar los mejores tallarines en su restaurant, para ello se hace asesorar.
El argumento puede sonar inusual, lo es. Yo destaco su originalidad, pues consigue numerosas situaciones hilarantes casi siempre vinculadas a cuestiones culinarias. Al respecto, no tiene casi puntos de comparación. No obstante tiene sus vaivenes al no ser su humor igualmente eficaz en todo el largo de la historia, resulta un film claramente recomendable.

Original comedia nipona que gira en torno a la cultura culinaria japonesa, en particular a los tallarines o como le dicen allá, al ramen. Está cargada de momentos atrevidos y desenfadados donde la narrativa, aparte de contar la historia principal, no tiene miedo de irse por las ramas y mostrarte alguna situación particular de secundarios que lo único que tienen en común con la trama es la comida.

En el argumento principal tenemos a Tampopo, la dueña de un restaurante al costado de la carretera. Al lugar llegan (al mejor estilo western) dos camioneros, Goro y su ayudante, que decidieron entrar a comerse un plato de fideos. Dentro defenderán a la dueña de unos vándalos locales y terminarán haciendo un trato con ella para perfeccionarla y lograr la mejor manera de cocinar ramen. Junto a este objetivo se ira tejiendo de fondo una historia de amor y en paralelo el director va mechando pequeños pasajes, más o menos logrados, de personajes extravagantes con la comida como vinculo. Así tenemos a un gánster y su novia fetichistas por la comida, los cuales tienen diversas escenas erótico-gastronómicas o en su inicio en el cine donde parece romper la cuarta pared y dirigirse a nosotros. Situaciones de humor negro como la de un hombre desesperado que pide a su mujer que sufre de karoshi un último deseo, que le cocine. Una mujer con la manía de apretar la comida o un grupo de señoras vestida al estilo occidental que comen al estilo oriental, ósea haciendo ruido con la boca. De esto vamos a tener mucho, pero mucho ruido de personas sorbiendo fideos.

A lo largo de la cinta iremos conociendo de la mano de Tampopo y Goro todos los secretos de un buen ramen. Aprenderemos como prepararlo, a sorberlo y comerlo, los ingredientes, los tiempos de cocción o la temperatura del agua. El director nos mete de lleno con primeros planos de los platos y su preparación. Un ritmo adecuado que en pocos momentos se resiente y una variedad de personajes a cada uno más curioso. Comedia extraña, atrevida y amable que como buena sopa mezcla gran variedad de condimentos, así tenemos una pizca de romance, un poco de drama y humor, fetichismos y mucho optimismo. Recomendable para aquel que busque una comedia diferente.

La película me estaba gustando, sin exagerar, estaba siendo entretenida, pero más o menos a mitad de la historia ( que conste que lo cuento aquí porque no es spoiler, ya que saberlo no tiene mayor importancia en la trama ), resulta que hay una escena, muy gratuita y que según parece cuando la estás viendo, pretendía ser graciosa, y es una escena en la que, literalmente, sin trampa ni cartón, se ve claramente que es real, matan a una tortuga. Esa escena de menos de un minuto, me sacó por completo de la película y dejé de prestarle atención.

Una escena completamente innecesaria que no aporta comedia ni trasfondo ninguno, sólo asco por la gente que tuvo la estúpida idea de matar un animal en una película por el simple hecho de que podían. Especie que además estaba en vías de extinción.

Ninguna película tiene justificación para matar deliberadamente ningún animal y menos aún si está por extinguirse. Sin tener en cuenta esa escena, tampoco se pierden gran cosa si no la ven nunca, entretiene lo justo y poco más. Muy lejos de estar entre lo mejor del cine japonés.