Las mujeres gato de la luna

Arranca mostrándonos el interior de una nave rumbo a la Luna, en la que vemos a cuatro tipos y una mujer en un habitáculo decorado al estilo Ikea camp (unas curvilíneas y realmente bonitas hamacas adosadas a los laterales de la nave) con un toque de oficina (armarios y escritorios con sus correspondientes sillas ad hoc ), mostrándonos primero los efectos de la gravedad sobre ellos, después su recuperación y actitud al recuperar su capacidad de movilidad y lucidez y los nombres y particularidades de cada uno de los miembros de la tripulación tras una conversación con el centro de mando terrestre (6 impagables minutos en los que es inevitable el esbozo de una sonrisa y la entrega total a lo que venga después).
Tras aterrizar en una zona determinada de la luna escogida por Helen y dirigirse a una cueva donde aparte de encontrar oxigeno topan, primero con 2 gigantescas arañas y finalmente con una civilización compuesta exclusivamente de mujeres, las cuales habían usado sus poderes telepáticos para desde la luna formar a Helen como astronauta y guiarla hacia sus dominios con vista a usar la nave para viajar a la Tierra y así abandonar la mala vida lunar a la que están condenadas y apoderándose de la mente de las mujeres de la tierra llegar a dominar esta.
Entretenida, divertida e imposible película de ciencia ficción, rodada para ser exhibida en 3D, cuyo mayor hallazgo son las líneas de dialogo (la seducción que emplean las selenitas para hacerse con la voluntad de los astronautas y la jerga pseudo científica), el triangulo amoroso entre Helen y dos miembros de la tripulación y el encanto de los pobres y voluntariosos “efectos especiales”, todo lo cual sumado a su corto metraje, hacen, si no imprescindible, sumamente recomendable su visionado.

Siempre he estado de acuerdo con la bienintencionada afirmación que señala que hay que ser comprensivo con el cine que se hacía hace muchas décadas ya que formamos parte de otra realidad y otra generación. Sobre todo en lo que respecta a la ciencia ficción el contraste es enorme, de manera que ver alguna película de serie B de los años cincuenta del pasado siglo exige tomar una distancia por el bien del espectador actual. Es mejor tomar una actitud tolerante o condescendiente.

Pues bien, esa buena voluntad aquí no sirve de nada porque "Las mujeres gato de la luna" es sin duda una de las peores películas que uno puede ver, lo mismo ahora que en 1953, el bochorno es tan enorme que se hace imposible una descripción justa de lo que supone una película tan horrorosa. No son sólo los efectos (más bien defectos), es más bien que todo, absolutamente todo, es desastroso. Los interiores de la nave espacial son poco más que una oficina cualquiera de los años 50 con archivadores, sillas con ruedas y unas hamacas para dormir. Pero ese derroche de escenificación va a más, desde los trajes de los astronautas a los de las mujeres gata, que bien podrían ser otro animal, simplemente van maquilladas y con mallas negras.

En cuanto al contenido, a la trama, a la historia... Es tan ridículo todo, los diálogos son tan delirantes y las explicaciones son tan absurdas que hay que verlo... no me queda otra que seguir diciendo que no se puede describir de lo malo que es todo.

Es imposible tragarse algo así salvo por el amor que uno pueda sentir por el cine en general, porque nos guste el cine sea cual sea su origen, su género o su contenido. Pero es que lo de "Las mujeres gato de la luna" sencillamente no tiene nombre, insisto, es tan mala que hay que verla.

Si no te ríes con esto, tierno, curdo, al dente, estás muerto, de veras, con el alma, con los cojones, míratelo, tienes un problemo, gordo, serio. Estás acabado, para el arrastre, escombro.
Fábula, para variar, feminista avant la lettre en la que se habla de la lucha inveterada eterna o guerra de sexos que se traslada más allá de la Tierra pero se reproduce el modelo, infinito, ellos contra ellas y lo que te rondaré morena, no pasarán, o sí, quién ganará, qué misterio habrá, puede ser mi gran noche, de Avignon las señoritas mariliendres, las selenitas felinas o los hombres perro de (tan poco) pelo en pecho mariconsones, hagan apuestas, there will be blood.
Impagable. Necesaria. Esta sí. De verdad. Mejora la sociedad.