Casa de juego

Un film que arranca con las graves consecuencias de un tiroteo y habrá que ir enterándose del asunto sobre la marcha. Los hechos finalmente son que Victor Mature, nacido italiano, es un tipo mal encarado, un indeseable, y lo quieren de vuelta para su lugar de origen. Esto dará lugar a contemplar a un Victor Mature pletórico y le tocará dar los discursos más convincentes de toda su vida, cada vez soy más fan de este tío. Diremos que aunque las leyes son las de aquellos tiempos, la película sirve para ponerse en antecedentes sobre lo que fue la emigración de europeos a los EEUU, su llegada al país y los problemas lógicos con los que se encontraban, pero todo en un ambiente paralelo al cine negro en el típico caso de ajuste de cuentas, la vida es un continuo ajuste de cuentas. Nos encontraremos también con la mujer de entonces que es la de hoy día, colaboradora desinteresada con los recién llegados, la típica alma entregada a ayudar a los más desfavorecidos.
En total, tiros, romance y deportaciones a la vista de una manera bien contada e interesante.

Victor Mature jugador de dados profesional va a ser deportado del país. William Bendix "el blanquito" de Envuelto en la sobra está al margen de la ley y le han robado un libro. El que le robó el libro es el que va a ser deportado. Terry Moore trabaja en un departamento de inmigración con cara de chica mona y hace de chica mona resentida con el futuro inmigrante. Gambling House pasa por ser una peli modesta y moralista sobre la redención por amor. Menos es nada.

Se advierte desde el primer minuto que el argumento no ofrece tregua y que en su recorrido no vacila en ocupar ninguno de los ámbitos propios que el cine negro reclama para sí.
El acoso, la intriga, la persecución, la pistola amenazante, la huida, NuevaYork vista por la noche desde la isla de Ellis o la sentencia de un tribunal aportan su grano de arena para que todo cobre sentido.
No falta ningún ingrediente.

T. Tetzlaff ofrece un brillante ejercicio de dirección y V. Mature contribuye con un rostro que parece cincelado para la película y con una magnífica interpretación.

Mira que me gusta el cine negro, pero a mí esta peli se me queda un poco justita. La sensación es que está como mal ensamblada. Hay que recordar que Tetzlaff era un director un poco raro, que empezó su carrera en fotografía y que se retiró en los 50, y que tampoco dejó una huella tremenda. Aún así, empecemos por las partes buenas: el rostro a cincel de Victor Mature siempre cuadra bien en estas atmósferas negras, pese a que no sea un actor especialmente expresivo. Su parlamento al final de la peli no está mal, y algún momento anterior tampoco. Pero es que hay poco más. La película mezcla una parte gangsteril de ajuste de cuentas con otra relacionada con la inmigración y los problemas legales y dramas sociales que conlleva, y no me acaban de casar bien. Además es una película un poco demasiado moralista en sus mensajes. Y para terminar, el resto del reparto tampoco aporta mucho más, empezando por una jovencísima Terry Moore y siguiendo por un característico William Bendix que aquí tiene ratos que parece que se aburre.

En fin, tampoco quiero dar la impresión de que la película es una castaña, no está mal, se deja ver, pero desde luego no pasa a la historia. Interesante para los muy amantes del género.

Cine negro seco, duro, sin concesiones. En este caso con perspectiva de expatriación, derecho de residencia y redención por el amor.
Del director he visto otra película. Fue actor y director, de no demasiadas cintas, todas en estos años. Johnny Allegro (1949) es la otra que vi, con George Raff.
Victor Mature, Terry Moore es la chica, William Bendix haciendo de policía, y Zachary Charles.
No sé por qué Victor Mature no se considera un buen actor. Obviamente no es un crac, pero puede servir para películas de este tipo. Más allá de lo bíblico, que parece que es su terrero natural.