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Doce hombres sin piedad: Veredicto final (TV)

Drama Tras escuchar todos los testimonios y valorar las pruebas presentadas en un juicio, un jurado popular compuesto por doce hombres debe decidir, por unanimidad, si absolver o condenar a un joven acusado de haber matado a su padre. Al principio, once se muestran absolutamente convencidos de su culpabilidad y se inclinan por la condena, pero el que discrepa empieza a plantear dudas razonables que, poco a poco, van resquebrajando la inicial ... [+]
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Críticas 10
Críticas ordenadas por utilidad
9 de febrero de 2009
94 de 96 usuarios han encontrado esta crítica útil
1. Porque disfrutará de un estratosférico George C. Scott, ganador del Globo de Oro por esta interpretación, el que ha sido uno de los mejores actores norteamericanos de la historia.

2. Porque podrá apreciar el mejor trabajo desde “El exorcista” de un director sin suerte como William Friedkin, que recupera aquí su mejor nivel.

3. Porque sale Jack Lemmon, el hombre por enésima vez bueno, que nos hace ser mejores con el prójimo.

4. Porque comprobará que la televisión, cuando quiere, puede ser no sólo el hermano pobre del cine, sino su alumno aventajado.

5. Porque sale Armin Mueller-Stahl, un señor que nació en un país que ya no existe, pero que siempre existirán en cambio sus personajes, en una filmografía envidiable y formidable.

6. Porque veremos una vez más la historia original de Reginald Rose, un hombre que demostró que el guión es el pilar esencial de todo buen cine.

7. Porque te servirá de excusa para volver a visionar la obra maestra de Sidney Lumet y comparar.

9. Porque homenajea a Descartes y a su duda metódica, y nos demuestra que hay que dudar de los sentidos, de la razón y de la misma duda.

8. Porque nos recuerda que un hombre puede cambiar a los demás de parecer, no venciendo, sino convenciendo.

10. Porque te ayudará infinitamente cuando en tu vida te toque ser jurado sin llegase el caso.

11. Porque durante dos horas no querrás acordarte del teléfono móvil, ni de los políticos, ni de las facturas, ni del jefe, ni siquiera de bajar al estanco; porque estarás más pendiente de la suerte de un chico hispano al que no conoces, al que unos hombres tienen en sus manos.

12 Porque cuando oigas a alguien que critica de forma global los “remakes”, usted pueda decirle que conoce uno y muy bueno.

Nota: 8,3.
vircenguetorix
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13 de agosto de 2008
13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
A veces me sorprende cuando tildan a este señor de fascista como si ser de derecha o conservador fueran sinónimos, como he dicho en otras críticas sobre sus films, Friedkin no utiliza ni recursos de montaje o sonidos (ejemplo: música) para decirnos qué debemos pensar de sus personajes a diferencia del film de Lumet. Friedkin nos cuenta la historia con distancia a medida que la progresión dramática va creciendo. Si en “Cruising” utilizaba travelling, paneos, cámara en mano, con constantes cortes en movimientos, para utilizarlo a través del montaje como ojo voyeur, en este film utiliza muchos planos largos (en cámara en mano) y lo montó con tal sencillez que acrecienta el tono documental de la obra, dando la sensación que el material está en crudo y la narración es tan distanciada de sus personajes que pareciera que no hubiera intermediarios entre el público y los personajes. Esa es la gran diferencia entre la original y la remake. La de Lumet es manipuladora, constantemente busca guiar al público y decirnos qué está bien y qué está mal. La gran película de Lumet tiene el problema que sus personajes parecen títeres de la estructura, como por ejemplo cuando todos le dan la espalda al racista, mientras que los de Friedkin son más naturales, más humanos. Un film debe ser juzgado por sus intenciones y resultados, no me molesta que en una obra haya cierta artificialidad en cuanto al relato y los personajes que los componen, pero creo que Lumet buscaba decirnos la verdad de las cosas, pero la cuestión es cómo nos dice Friedkin en su remake, nadie es dueño de ella.
Nick
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10 de enero de 2016
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
210/12(20/12/15) Interesante telefilm de William Friedkin, una nueva versión del clásico de Sidney Lumet de 1957, cinta que tiene el hándicap de contar un argumento ya muy conocido, y lo que es peor con mínimos aportes que no dan para hacerla relevante, si acaso su gran atractivo es ver a dos Titánes de la interpretación como Jack Lemmon y George C. Scott, el resto es un cuasi-calco de la referida, actores que repatrían juntos otra vez dos años después, en 1999 (año de la muerte de George C. Scott), en otro remake televisivo, en este caso en “La herencia del viento”. Y es que cuando se hace una versión de un film, y más aún cuando este es un icono del Séptimo Arte, habría que preguntarse si era necesario, francamente en este caso, salvo por los dos actores nombrados, lo demás poco. Hay que decir que ya el clásico de Lumet era una versión de un telefilm, perteneciente a la serie “Studio One” de 1954, en este caso dirigido por Franklin J. Shaftner, serie con un único escenario a modo de obra de teatro filmado de una hora de duración, a Henry Fonda le gustó tanto y le vio tantas posibilidades que decidió llevarla al cine, con el novel director Sidney Lumet, pero en este caso el director si aportaba, empezando por darle más metraje, con lo cual le dio más fondo a los jurados, pero Friedkin se atiene a seguir el mismo patrón que la de Sidney, de hecho el guionista es el mismo, Reginald Rose, es más, podría haberla puesto al día con un jurado más poliédrico con la sociedad de su tiempo, curioso es que no haya mujeres (error), introduce como variante a personas de color, pero lo retuerce al hacer el personaje racista a un hombre negro, opción cuando menos bastante discutible, otra novedad sin repercusión es que veamos al juez y al acusado, como también que veamos como los tiempos cambian, en la del 57 los jurados fumaban bastante, aquí esto brilla por su ausencia. La versión de Lumet es una Obra maestra, un Hito del Cine, no se puede copiar la “Mona Lisa” o “El Guernica”, nunca se aceptaría un remake de “Lo que el viento se llevó”, “Casablanca” o “Ciudadano Kane”, sería un tremendo error, pues eso pasa aquí.

La historia arranca en un caluroso día de verano, tras un juicio en Nueva York, con las palabras de la juez (Mary McDonnell) instruyendo al jurado sobre el proceso de deliberación, se acusa a un chico de 19 años (Douglas España) de haber asesinado a su padre, entonces un jurado de 12 hombres debe decidir si es inocente o culpable, la sentencia debe ser unánime, si no será declarado el juicio nulo, si es culpable será condenado muerte (esto al parecer ha cambiado con respecto al guión de la década de los 50). En contra del acusado hay varias pruebas que parecen acusarlo irremediablemente. Su culpabilidad parece clara para once de los jurados, pero uno de ellos duda, es el Nº8 (Jack Lemmon), comenzando una lucha entre los jurados defendiendo sus posturas, algunas más volubles y sugestionables que otras. A los jurados los conoceremos por un número.

El jurado:

Jurado Nº 1 (Courtney B. Vance): Es el presidente del jurado, es entrenador fútbol de alta escuela, trata como puede de mantener la compostura y el orden en este gallinero de jurado. El actor cumple sin estridencias.
Jurado Nº 2 (Ossie Davis): Cajero de banco, actor sin mucha presencia.
Jurado Nº 3 (George C. Scott): Hombre de negocios con fuerte temperamento, con fuertes prejuicios hacia el acusado asentados en una experiencia personal. El actor demuestra la “Bestia” (en el buen sentido de la palabra) de la actuación que está hecho, un coloso exponiendo gran gama de emociones, como premio obtuvo un Emy. Lee J. Cobb fue su emulo en la versión de Lumet, los dos extraordinarios.
Jurado Nº 4 (Armin Mueller-Stahl): Bróker de bolsa, tipo sereno y mesurado, que ve el caso con extrema objetividad. Excelente el actor alemán.
Jurado Nº 5 (Dorian Harewood): Trabaja de enfermero, se altera por los prejuicios sociales del jurado. El actor lo encarna con corrección.
Jurado Nº 6 (James Gandolfini): Es pintor de brocha gorda, tipo sereno y reflexivo ante las opiniones de los demás. El actor le da alma y peso.
Jurado Nº 7 (Tony Danza): Vendedor en una tienda de deportes. Tipo banal y despreocupado, no le importa lo que le pase al acusado, solo acabar cuanto antes para le dé tiempo ir a ver un partido de base-ball., gusta de hacer chascarrillos con todo. El actor palidece ante la comparación con el Jack Warden de la versión de Lumet, muy blandito.
Jurado Nº 8 (Jack Lemmon): Arquitecto imperturbable, la voz de la razón y de la duda razonable, una especie de Quijote que con las armas de su convicción intentará poner cordura en el jurado. Jack Lemmon lo interpreta con pasión, idealismo, personalidad, aunque para mí pierde en la comparación con el Henry Fonda de la versión del 57, aún así, una muy grata presencia que eleva el resultado final con su voz suave y sensata.
Jurado Nº 9 (Hume Cronyn): Hombre mayor con dificultades para andar, es la voz de la veteranía y la experiencia. El actor lo dota de carisma y carácter, muy bueno.
Jurado Nº 10 (Mykelti Williamson): Propietario de un lavadero de coches, ex miembro de la Nación del Islam, racista redomado (a pesar de ser negro), clasista, y muy intolerante con las opiniones de los demás. El actor lo interpreta de forma histriónica, pasado de vueltas, no te lo crees.
Jurado Nº 11 (Edward James Olmos): Relojero inmigrante, cree en la justicia de USA. Lacónico en sus palabras, pero fuerte en sus expresiones. El actor sabe darle forma a pesar de su poca presencia.
Jurado Nº 12 (William Petersen): Ejecutivo de publicidad, tipo voluble y muy sugestionable. El actor lo encarna corrección, sin más.

(continua en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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10 de febrero de 2007
12 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
El resultado de no leer las sinopsis de las películas que emiten en los canales de pago me ha llevado a ver este remake de la cinta de Sidney Lumet pensando que era ésta la que iban a emitir. Pero bueno, no me puedo quejar. Pese a que aún no he visto la cinta original de 1957, he de decir que este remake televisivo de William Friedkin es una forma magnífica de aprovechar una historia base, darle la vuelta y conseguir enganchar durante dos horas al espectador con doce personas en una habitación durante todo el metraje. Sí, supongo que TODO esto tiene el mérito en la original, pero como no la he visto, pues no puedo decir nada.

Únicamente y analizando "Doce hombres si piedad (TV)" como drama jurídico, sin tener en cuenta que se trata de un "remake-plagio-, he de decir que me ha encantado. La historia es simple a más no poder: Un joven hispano es condenado a muerte por asesinar a su padre. Y en manos del jurado queda decidir si es inocente o culpable. Las pruebas lo dejan todo muy claro, demasiado incluso, por lo que un solo miembro del jurado, compuesto por doce personas, vota a favor de su inocencia. A partir de ahí, todo es un elaborado guión donde se le da la vuelta a cada prueba y empieza el "juego".

Las interpretaciones son fantásticas. Empezando por el que lleva el peso de la función, un enorme Jack Lemmon y continuando por todo el resto del jurado, con actores como Ossie Davids, George C. Scoot o un recuperado William Petersen -ahora archiconocido por ser Grisom en CSI-. Todos exponen sus puntos de vista y opiniones de forma notable.

El guión es incluso mejor, aunque como es una adaptación del original, que a su vez es una obra de teatro de Reginald Rose, el mérito es de la cinta de Lumet. Sea como fuere, es impresionante. Hay algún monólogo que hiela la sangre, como el que se marca el miembro del jurado número 10 sobre la apología racista y xenofoba. Impresionante.

En fin, quizá cuando vea la cinta de Sidney Lumet cambie completamente de opinión. Pero a priori, el remake de William Friedkin me parece un drama notable, con un guión sin fisuras, buenas interpretaciones, cuidadísimo reparto y técnicamente intachable. Con un ritmo endiablado. Recomendada 100%, aunque doy por hecho -por décima vez- que la de Lumet será bastante mejor.
Caith_Sith
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27 de octubre de 2013
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nueva adaptación de uno de los grandes clásicos del teatro del pasado. siglo. A pesar de correr el riesgo de repetirme, volver a recomendar a los lectores/as, la mítica versión encabezada por Henry Fonda y, con aún más vehemencia si es posible, el maravilloso estudio 1 que se efectuó para la ocasión.

"Doce hombres sin piedad: Veredicto final" tiene el mérito de traernos al siempre excelente Jack Lemmon, bien acompañado por un sobrio y veterano reparto. La trama está correctamente llevada y se no se hace pesada la falta de escenarios. Friedkin juega sin riesgo y con coherencia sus cartas, sin salirse del libreto original.

Recomendable para todos los aficionados del género que ya conozcan los precedentes del remake, podrán comparar alguna leve diferencia y disfrutar de un correcto reparto aprovechando un texto delicioso.

Eso sí, quienes no hayan visto la original, que primero se empapen de ella, puestos a descubrir la sentencia... mejor que sea con la clásica.

Ya tendrán tiempo luego para remakes.
El Libanés
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