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Voto de Isaac Paskual:
10
Drama Chiron es un joven afroamericano con una difícil infancia y adolescencia, que crece en una zona conflictiva de Miami. A medida que pasan los años, el joven se descubre a sí mismo intentando sobrevivir en diferentes situaciones. Durante todo ese tiempo, Chiron tendrá que hacer frente a la drogadicción de su madre y al violento ambiente de su colegio y su barrio. (FILMAFFINITY)
21 de febrero de 2017
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
A finales del 2016, en mitad de una charla informal con colegas cinéfilos, surgió una pregunta que revoloteo el ambiente largo rato. ¿Qué director iba a convertirse en la verdadera sorpresa de la temporada de premios que se avecinaba?... Un nombre salió por nuestras bocas al unísono, el de Kenneth Lonergan. Supongo que el tiempo pone a cada uno en su sitio. Si ahora me volviesen a formular esa misma pregunta mi respuesta cambiaría totalmente, el nombre que gritaría sería el de Barry Jenkins. Este es quien sale más reforzado de la joya que es “Moonlight”.
En “Moonlight” el realizador de Miami nos narra una historia durísima y cruda, pero nunca despojada de belleza, sobre lo complejo, confuso y difícil que resulta la búsqueda de la identidad. Y lo hace sin colorantes ni conservantes, y derrochando verdadero mimo y amor por lo narrado.
La amalgama de temas peliagudos sobre los que sobrevuela el film es tan amplia como el profundo y persistente poso que deja la historia en el espectador. “Moonlight” no deja indiferente gracias a un Barry Jenkins que controla a la perfección cada centímetro cuadrado de la obra para acabar convirtiendo este, su segundo largometraje, en una película absolutamente redonda.
“Moonlight” es una cinta que, de forma acertada, renuncia a esconderse en la trinchera del reparto de renombre, lugar bajo el que suelen ocultarse muchas de las películas nominadas a premios importantes. El casting del film, que a excepción de Naomie Harris podría tildarse de amateur, está soberbio, del primero al último, y la mayoría de ellos construyendo personajes arriesgados y casi al límite.
Otro de los grandes aciertos de “Moonlight”, y por consiguiente de su realizador, es el conseguir que, narrando lo que narra la película, esta no derive ni en el melodrama lacrimógeno ni en el sensacionalismo barato de telebasura. El film es puro sentimiento, optando narrativamente, y de forma muy acertada, por hacer que el espectador vaya descubriendo sensaciones al mismo tiempo que las descubre el protagonista de nuestra historia. Se le agradece a Jenkins que no nos lo de todo mascado, práctica demasiado habitual en los tiempos que corren. Fruto de esto habrá muchos espectadores que acusen a “Moonlight” de ser excesivamente seca. A mí particularmente, lejos de parecerme un problema, me ha parecido una virtud; pero allá cada uno.
En definitiva, “Moonlight” es un lujo en todos los aspectos. Siendo como soy un devoto de “La ciudad de las estrellas (La La Land)” (Damien Chazelle, 2016), si hay una película frente a la que no me importaría que mordiese el polvo en la temporada de premios esa sería la de Barry Jenkins.
Isaac Paskual
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