Como era de esperar, Nolan se las ingenió para acabar la saga como se merece: de una forma espectacular.

Han pasado ocho años desde que Batman (Christian Bale) desapareciera en la oscuridad, convirtiéndose de héroe en fugitivo. Al asumir la culpa por la muerte de Harvey Dent (Aaron Eckhart), el Caballero Oscuro lo sacrificó todo por lo que considera, al igual que el Comisario Gordon (Gary Oldman), un bien mayor. Todo parece ir bien durante un tiempo ya que gracias a la ley Dent la mayoría de criminales están entre rejas, pero todo cambia con la llegada de Bane (Tom Hardy), un terrorista enmascarado cuyos planes para la ciudad hacen que Bruce decida traer de vuelta a Batman.

Una de los puntos fuertes de la película es la banda sonora, echa por Hans Zimmer, responsable de las 2 primeras entregas de la saga y de films como El rey león, Gladiator y parte de la saga de Piratas del Caribe. Este gran compositor ha plasmado en su música la esencia de la cinta, consiguiendo que te estremezcas en ciertos momentos.

Como en la mayoría de pelis de Nolan, los efectos especiales son increíbles (sobretodo en la escena del campo de fútbol americano), aunque podrían haber sido muchísimo mejores si fuese en 3D. El reparto (la mayoría de Origen, otra película de Nolan) me parece muy acertado, con grandes actuaciones de Christian Bale, Joseph Gordon-Lewitt y Tom Hardy, por ejemplo.

Conclusión: esta es una gran película que no te la puedes perder.

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