Teniendo en cuenta que del ínclito Álex de La Iglesia se puede esperar cualquier cosa menos convencionalidad, es una auténtica pena que este delirio de homenajes (por no hablar de plagios) de muchas escenas famosas de clásicos del cine pasados por el turmix del absurdo, decaiga ostensiblemente a partir de la segunda mitad del metraje cayendo en clichés. Si desde la hilarante primera escena (que recuerda a la obra de teatro "Arte") no se nos deja respirar y la frenética acción mental no nos da tiempo ni para pestañear, el déjà vu cinematográfico progresivo que va empañando el filme empieza a ser excesivo y estropea bastante el resultado final.

Por fortuna, tanto los actores actúan con relativa sobriedad (incluido el activista de lince de Toledo) y no se homenajea por ningún lado a los represaliados de la Guerra Civil, que no es poco. Aunque cada vez que oigo la voz de Fernando Tejero me lo imagino todavía en una portería haciendo el burro. Es lo que tiene el encasillamiento no buscado.

No os riáis, pero es que ya ví esta película hace un par de años, siendo olvidada tan rápidamente que, cuando la pusieron el otro día de nuevo por Antena3, hasta que no llegó el final no me di cuenta de que había perdido el tiempo dos veces con el mismo truño. Os explico:

Hay películas de serie B muy pasables para alguna aburrida tarde de sábado en la que no haya partida de ajedrez de torneo, excursión turística, paseo por centro comercial o quedada con los amigotes, pero en esta intentona canadiense de generar algo parecido al suspense para niños de teta o recién salidos del útero, en medio de las escenas más "impactantes" del filme me dio tiempo a:

- Instalar un antivirus nuevo en mi ordenador, con los típicos problemas técnicos habituales (nunca sale a la primera)
- Seguir el partido de semifinales de baloncesto del Eurobasket 2009 España - Grecia por Internet.
- Elaborar los planos de mi piso para unas reformas.
- Quejarme a los vecinos de medianera por el ruido. Hay gente que ama hacer ruido de noche.
- Escribir esta crítica de Filmaffinity, y de paso, otra en Tripadvisor, sobre el Café Gijón de Madrid.

En fin, yo creo que si ponéis las voces de la película dobladas en código Morse y sustituís a los actores protagonistas por los protagonistas de Gran Hermano (los de la primera edición, claro, no las putas mierdas de programas revenidos que siguieron después), igual la cosa podía subir un par de puntitos de nota.

Y encima ni una tía en el reparto que estuviese buena...

La única explicación que encuentro para que Clark Kent no se decida a perder su virginidad con uno de los dos bombones de la serie, Chloe Sullivan - mi favorita - o Lana Lang, más recatadita; es que tenga miedo con sus superpoderes de atravesarles el cuerpo en pleno acto sexual, y de paso, taladrarle el suelo a la casa de sus papis, que van justos para llegar a fin de mes y no están para pagar más reparaciones (recordemos la cantidad de coches y de tractores que se ha cargado Clark).

Clark, si nos terrícolas tratamos de aprender a follar medianamente bien y con arte, no me digas que tú, con tus poderes kriptonianos, no puedes meterles a todas las tías de Smallville un polvo intergaláctico como Dios manda. Déjate de mariconadas con Lana Lang, que no necesitas pedirle permiso a tu padre biológico Jo(de)r-el permiso para inmuscuir tu polla en la historia de los seres humanos. Puedes antes entrenarte a pajas a la interperie, eso sí, no apuntes al aire, que igual te pasas y derribas un avión en una de tus poluciones primerizas.

Y si al final prefieres el rollo sadomaso con tu amiguete Lex Luthor, pues deja a los demás camino libre, que Chloe Sullivan (Allison Mack) está...ufff... He de reconocer que si esta rubita pícara y superdotada con genes alemanes y estética de California no estuviese en la serie, igual no la seguiría con mediano interés, ya que el tufo es excesivamente juvenil, y uno a mi edad es más amigo de los misterios de los superhéroes que de los rolletes hormonales de instituto.

Una última pegunta: ¿Cómo pasó Lex Luthor de ser un joven con sentimientos duales y una extraordinaria carga de moralidad para con sus amigos, a ser el megalómano fantoche anti-Supermán de las películas (muy simpático, eso sí)? Guonistas, tenéis trabajo...

Yo confieso:

Me gustan mucho los perros porque los considero unos animales adorables y abnegados.

Me gasté unos 7 € en ir a ver semejante insulto a la inteligencia de un niño de dos años, cuando me esperaba encontrar alguna cosa como "Beethoven" o "Rex", productos de una cierta calidad.

Espero que, en el día del juicio final, no se me tenga en las altas esferas haber pagado para asistir a este desperdicio de película sobre un humano transmutado en un Don Pelanas a media jornada, ya que no tenía ni siquiera la disculpa de que "es que no echaban nada decente en los multicines de turno"...

Y, lo peor de todo: me tragué entero este truño sin salir a los veinte minutos de la sala de cine como quería... dos horas de mi vida perdidas para siempre. Ese maldito orgullo...¡una retirada a tiempo, siempre es una victoria!

Esta crítica la debo hacer desde el punto de vista tan particular de un trekkie. Si no entendéis ni papa de lo que escribo, al menos os habré picado la curiosidad y de rebote os podríais meter en el Universo Trek y no perder el tiempo con este pastelón de Pryca.

El mejor papel que ha realizado Catherine Hicks en su carrera es el "Star Trek IV", representando a la Dra. Gillian, especialista en cetáceos. Le acompaña como partenaire Stephen Collins, el Comandante Decker del Enterprise en "Star Trek, La Película". Sin embargo, "Siete en el paraíso" es tan, tan, tan almibarada, repleta de tópicos pasados de moda y costumbrista que harta a los diez minutos de verla. Inyección de azúcar puro en vena.

Por no hablar de escasa probabilidad de que la Doctora Gillian, repescada para la Flota Estelar, y el Comandante Decker, víctima de mobbing por parte de James T. Kirk; tuviesen tiempo para echar un kiki, uno abrazar la doctrina cristiana y la otra aprender cómo se hace un pastel de arándanos... Vamos, ¡que prefiero verles en la Flota Estelar!

Sólo destacaría al bombón de Jessica Biel, que ya apuntaba buenas curvas.