Nunca había visto ninguna entrega de la Saga, y fue a finales de 2015 cuando decidí, antes de ir al cine a ver el capítulo VII, visionar todos los demás, empezando por "Una nueva esperanza", siguiendo el orden cronológico tal y como se había presentado al público. He de confesar, dadas las circunstancias, que ni iré al cine a ver la nueva entrega ni tengo el más mínimo interés en continuar con el resto de capítulos.

La película la analizaré como lo que es, una pieza cinematográfica independiente y con autonomía propia.

Desde un punto de vista técnico, la cinta es un desastre en casi todos sus extremos; un guión insípido, fácil, previsible e infantil, unas caracterizaciones inconsistentes y vacías, unas interpretaciones tanto de principales como de secundarios ciertamente deficientes y a veces lamentables, unos personajes planos, muchos ridículos, que no trasmiten nada, una trama previsible a más no poder repleta de situaciones surrealistas, incoherencias y contradicciones internas, y unos efectos especiales y visuales, incluido vestuario, incalificables a día de hoy y aceptables pero no rompedores para la época, siendo superados por largometrajes más longevos y contextos semejantes.

Entrando en un terreno más subjetivo es cierto que, existiendo películas técnicamente deficitarias, algunas de éstas despiertan en el espectador diferentes emociones o estados de ánimo capaces por sí sólos de de elevar la valoración subjetiva sobre las mismas en uno u otro grado en función de su intensidad. No ha sido el caso. Ni me he reído, ni me ha hecho llorar, ni me he emocionado, ni he sentido intriga o cualquier tipo de sensación análoga gratificante desde un punto de vista emocional. Antes al contrario, el estado de animo predominante ha sido el aburrimiento y la creciente decepción (debido, es posible, a unas expectativas más o menos generosas).

Nunca me ha pasado, pero tiene que haber una primera vez. Me refiero al hecho de considerar mediocre algo que el mercado considera bien de lujo. La realidad, que siempre hay que considerar y reconocer, es que ésta cinta obtiene valoraciones medias superiores a palabras mayores de la ciencia ficción como "El planeta de los simios", "2001, Una odisea del espacio", "Interstellar" o "Matrix". Digno de admirar por parte de la productora, en todo caso, es el haber logrado semejante recaudación, admiración y fanatismo a partir de un recurso, a mi juicio, técnicamente deficiente y emocionalmente plano. Todo ello, estando convencido de que la valoración de una gran cinta es independiente del momento en el que se haga, siendo éste uno de los requisitos indispensables para precisamente considerarla grande.

Hacía una noche estupenda. Eran las 22:15 de la noche y decidimos ir al cine. Pagamos 6 euros, compramos unas palomitas y nos metimos en la sala. Hasta entonces el día no había ido mal. El cartel era atractivo, el trailer interesante y actuaba Dustin Hoffman. Estaba convencido: iba a pasar un buen rato. 22:30 de la noche, comienza la película. Pregunto a mi novia, que estaba al lado ¿seguro que es esta la película? ¿No es un trailer? No, contestó. A los cinco minutos pensé: al principio todas las películas son aburridas, ten paciencia. A los diez minutos volví a pensar: no puede ser así toda la película, por supuesto que no, imposible, en unos momentos esto tiene que cambiar. Me la trague entera ¿que por qué? Curiosidad. El final es la mejor parte, cuando salen las letras, es como despertarse tras una pesadilla. Media sala abandonó el cine. Miré hacia atrás una vez: vi a unas cuantas personas durmiendo. Pensé en cambiarme de sala pero no me gusta ver una película empezada. De comedia, nada. De filosofía, tampoco. La película es quizás la más aburrida que haya visto nunca. Difícil es, en casi dos horas, no levantar una carcajada, aunque solo sea una, como en una película de terror. Difícil, pero no imposible.
La película es insípida, cutre y aburrida, repleta de comentarios hipócritas producto de un halo romántico pernicioso.
Lo mejor: los cuadraditos filosóficos y la manta existencial.
Si les gusta la filosofía, si les gusta reflexionar, si les gustan las comedias, si quieren pasar un buen rato, no vean esta película. Pierden el tiempo. Infumable.

Aburrida, argumento insípido y nada de terror. Si quiere perder el tiempo, esta es una opción más.

Hacía años que no veía una película en el cine de esta envergadura. Pese a que mis expectativas no eran bajas, se han visto inexorablemente superadas por una historia incapaz de dejar a nadie impasible.

Técnicamente colosal, interpretativamente insuperable e históricamente genial. Una idea brillante, una reflexión sobre la vida profunda y una ejecución letal. En definitiva, una obra maestra.

Los 100 minutos que dura la película sin parar de reír. Efectos especiales más que decentes comparándolos con la patraña de efectos del cine español. Una de las pocas películas españolas no subvencionadas por el Estado capaz de sobrevivir por sí misma. Sin duda será una de las películas más taquilleras del cine español, como lo fueron Torrente I y Torrente II. Parece contradictoria tanta crítica al mismo tiempo que se bate record en taquilla. Luego otras películas, que no se comén ni un colín y necesitan la ayuda de Papá Estado para sobrevivir, son mejor valoradas ¿Hipocresía? ¿Casualidad? ¿Fenómenos paranormales? Cualquiera sabe.
Los que dicen "no más Torrente" intentan imponer sus gustos a los demás. Sin embargo, Segura ha elegido un método mucho más democrático y admirable: "Haré Torrente 4 si ve un espectador más la película que en la entrega anterior" o lo qué es lo mismo: "Haré Torrente 4 si el público me pide a gritos que la haga". Dejen al pueblo hablar, dejen fluir a la opinión general.
En definitiva, la mejor película junto a Torrente I y Torrente II. Las taquillas no mienten.