Firefly es la mejor serie de ciencia-ficción que he visto, y lo afirmo aún no sintiendo una especial atracción hacia este tipo de series. Y es la mejor por varias razones.

En primer lugar, no cae en el tópico de conducir el argumento de la serie a niveles super grandilocuentes y trascendentales como hacen otras series de ciencia-ficción (que por esto me acaban cansando), sino que es más bien humilde en este sentido, y esto hace que te impliques mucho más con los protagonistas. En segundo lugar, los capítulos son tramas bastantes simples pero muy cuidadas y, sin saber cómo, consiguen que los 40 y pico minutos de cada capítulo pasen volando. La consecuencia de esto es que cuando acabas de ver un capítulo tienes muchas ganas de ver el siguiente, no por resolver ningún enigma que el anterior deje en el aire (porque los capítulos acostumbran a ser independientes) sino por descubrir la nueva aventura en qué participarán los tripulantes de la nave Serenity.

Aunque quede un poco cutre dicho así, es una serie que funciona por la sencilla razón de que divierte, sin caer en el recurso de introducir trasfondos raros ni intepretaciones profundas respecto a todo lo que pasa. Personajes carismáticos, ambiente desenfadado y diálogos llenos de humor. Y, en general, un estilo western que se deja notar a lo largo de los capítulos q me parece muy atractivo. Los efectos especiales tienen momentos mejores y peores, pero en ningún momento "cantan" de forma exagerada y contribuyen a que verdaderamente te creas aquello que pasa.

A quién que haya visto la serie no le gustaría montarse en la Serenity y compartir un buen rato con el capitan Mal Reynolds y su tripulación...

Tras la asombrosa "El viaje de Chihiro", Hayao Miyazaki baja un peldaño con "El castillo ambulante". Si la primera era una película completa, tanto a nivel visual como narrativo, a ésta le falla claramente el segundo aspecto. Porque visualmente sigue siendo extraordinaria y la calidad de la animación es impresionante, pero cuando intentas comprender el hilo de la historia a medida que avanza, no resulta demasiado fácil. Parece como si se diera por hecho que los espectadores ya estamos familiarizados con la historia y por lo tanto decide no explicar el porqué de las diversas situaciones que tienen lugar ni nada que permita comprender qué es lo que vemos y porque ocurre así. Tienes la sensación de que te falta información. Por otro lado, el guión parece lleno de parches por todo por todas partes y algunos diálogos dejan bastante q desear. Por eso, creo que Miyazaki se ha quedado a medias con esta película.

Es una lástima que la historia acabe resultando un poco incoherente, porque no se puede negar que la originalidad y la imaginación de los creadores japoneses no tiene fin, por el diseño de personajes y por los diferentes espacios, y "El castillo ambulante" es una prueba más de ello. Si merece la pena verla es precisamente por todo aquello que ves. Lo mejor, de largo, el castillo.

Magnífica serie que podrían haber firmado perfectamente los hermanos Coen. Una estructura simple, unos personajes nada corrientes y una particular visión sobre la vida y el destino. La mezcla resulta tan extravagante y en ocasiones absurda, que es difícil no arrancar un par de carcajadas. Además, el entorno sureño americano añade un toque todavía más "cutre" que contribuye a la genialidad de los guiones.

Earl es un hombre que ha cometido muchos errores durante su vida, pero un inesperado giro en su vida provocado por una serie de sucesos en cadena y una revelación delante del televisor hará que cambie su enfoque de la vida. Con la ayuda de su... indescriptible hermano Randy y su amiga Catalina, se dispone a enmendar todos sus errores del pasado, uno a uno, a veces con un estilo no muy ortodoxo.

El tipo de humor y los personajes parecen salidos de una mezcla entre Zombies Party y El Gran Lebowski. Un gran punto a favor es que se trata de capítulos de 20 minutos, con un montaje muy dinámico y un ritmo rápido, lo que permite disfrutar cada capítulo de principio a fin, casi sin que uno se entere.

Junto con Arrested Development, sin duda de las mejores series que han salido de Estados Unidos últimamente.

Si algo nos enseñó Tarantino allá por el año 94 es que existía otra forma de hacer cine, que una película tenía que suponer algo más que un planteamiento, un problema, una solución y un desenlace, que había que cambiar las normas y romper los esquemas. Y lo hizo con Pulp Fiction, y revolucionó el cine actual.

Seguramente es imposible explicar de qué o cuál es el tema principal que trata, pero es que, en este caso, esto es lo de menos. Es más, se podría decir que Pulp Fiction no tiene ni principio ni final. Los hechos simplemente transcurren y te van deleitando a medida que avanza la acción, por los personajes, por los diálogos, por el ritmo, por todo. Y si, además, uno se da cuenta de como van encajando las piezas y se va formando el ingenioso espiral en el que se acaba convirtiendo la película, no queda más opción que quitarse el sombrero.

Que se aparten las historias pre-fabricadas y los argumentos previsibles, Pulp Fiction está hecha para disfrutarla segundo a segundo, sin tener que buscar un sentido a todo, sin que B tenga que ir a continuación de A. Porque se nota que está hecha sin ningún complejo, porque Tarantino hizo lo que le dió la gana (como siempre ha hecho), pero siempre con las ideas super claras, y porque conecta con la gente, porque es como la gente. Aparte de todo eso, es una película que no se acaba con los títulos de crédito, ya que permanece en tu mente durante mucho tiempo y acaba conduciéndote a una necesidad imperiosa de verla otra vez.

A todos los que bajan del 8, les pido esto: que la vuelvan a ver. A mi me funcionó.

Participó en el Festival de Sitges 2005 y consiguió el premio a la mejor banda sonora, pero creo que hay más cosas que destacar en esta película. Puede recordar un poco al estilo de Park Chan-wook (Oldboy, Sympathy for Mr./Lady Vengeance), pero esta la consideraría más estrictamente una peli de cine negro protagonizada por mafias yakuzas koreanas, con un estilo bastante refinado (el protagonista prácticamente no se quita la americana en todo el filme y tampoco llega a despeinarse demasiado) y muy cuidado en todos los aspectos. Se pueden econtrar algunos toques "tarantinescos" mezclados con detalles más cercanos al "savoir faire" de James Bond, junto con grandes escenas de acción. En conjunto, una muy buena película.