Muy buena. Un ejemplo de lo que el cine de suspenso y de terror debería ser.
La recomiendo porque entre otras cosas indaga en una patología real: la psicosis postparto.
Es evidente que el guionista investigó (bien) dicha patología antes de ponerse a escribir la historia (es lo que yo mismo hago antes de escribir un guión).
Las actuaciones, contenidas, trasmiten claramente la angustia que sienten los personajes principales.
La música merece un capítulo aparte. Acompaña de forma perfecta cada escena logrando crear una atmósfera inquietante.
Una película de miedo, que no necesita de golpes bajos para conmover al espectador.
La confusión de esa madre (que podría resumirse en las últimas frases que pronuncia en la película) permite que empatizemos con ella, a pesar de las cosas que podrá hacer.
Cuántas veces mas estaremos confundidos en esta vida?

Una de las mejores películas de suspenso/terror de los últimos años.
Un guión inteligente. Y una puesta en escena elegante.
Lena Headey.
La recomiendo.

Que no hayan invertido mas tiempo en la (re)escritura del guión, en el desarrollo de los personajes. Porque el punto de partida me pareció muy interesante.
Creo que todo se viene abajo con la aparición del médico. Se nota que el actor que lo interpreta no sabe lo que decir: no por su incomprensión de la enfermedad que aqueja a su joven paciente, mas bien por la absurda actitud de su propio personaje.
Rescato el comienzo de la película, la actuación de la protagonista y el trabajo de maquillaje.
A invertir mas en lápiz y papel para la próxima.

11´10´´es exactamente el tiempo que visioné este film, no pude soportar mas.
La cámara "nerviosa" intentando captar el "exagerado" dolor del protagonista, el monocorde tono de voz de éste, la innecesaria explicitez al desvelarlos a los zombies.
Recurso gastado, facilongo, y falto sin duda de respeto por los muertos, el de intentar rellenar un guión con monstruosos hombres y mujeres que se niegan a permanecer en sus tumbas.
No me gustan las películas de zombies, no me gusta la idea de asociar la maldad con hombres y mujeres que han muerto. No tiene nada de gracioso ni de ingenioso.
Sin embargo no sería tan malo que un grupo de estos casi invencibles zombies pudiera desembarazarse de las invisibles cadenas que los unen con sus creadores, los señores guionistas y que sin piedad les devorasen los cerebros. Aún a sabiendas que su apetito no será saciado.
Los muertos no son monstruos. O en todo caso, no son mas monstruos que los vivos.