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España España · Barcelona
Críticas de Trevize
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Críticas 15
Críticas ordenadas por utilidad
10
24 de noviembre de 2007
51 de 61 usuarios han encontrado esta crítica útil
Unas aberraciones de capacidades sobrehumanas producidas por la ingeniería genética llamados Nexus 6 (replicantes, sintéticos) anhelan humanidad en sus prefabricados organismos y humanos deshumanizados pero temerosos intentan acabar con los primeros al comprobar que, en realidad, unos seres manufacturados por el hombre pueden llegar a ser más humanos que sus creadores, a sentirse más vivos que una persona de verdad, que es auténtica, pero que en realidad vive entre la cochambre social como un zombie, sin esperanzas ni ilusiones ni nada por lo que luchar. Y enmedio del fregado, el antihéroe, un tipo gris y poco escrupuloso aunque muy vulnerable, que desea hallar respuestas al origen y al porqué de su propia existencia, mientras intenta liquidar uno por uno a unos replicantes en busca de su sitio en el universo.

Una película llena de simbolismos. El creador, el dios imperfecto, el dios de los inferiores y de los repudiados, que vive en lo alto de la pirámide, rodeado de velas y de lujo, en el plano superior, elevándose por encima de toda la mugre y la decadencia de la ciudad. El hijo pródigo, líder de los demás de su estirpe. Una estirpe de seres luminosos aunque imperfectos que han tenido experiencias asombrosas y se han vuelto adictos a sentir cosas que los humanos errantes de la Tierra apenas pueden soñar. Y no disponen de tiempo. Sus vivencias se perderán irremisiblemente debido a su decrepitud acelerada mientras que seres oscuros y patéticos como los humanos de la Tierra, que apenas se contentan con poder comprar animales sintéticos para amenizar sus conformistas y mundanas vidas, pueden gozar injustamente de una alta y decadente longevidad.

Blade Runner es sin duda, una enorme experiencia visual para el espectador, pero también intelectual, pues da lugar a extensas conversaciones al salir del cine. Cada detalle plástico, cada suceso, cada escena, es digno de discusión a posteriori, en una prolongada cena o en un bar, igual da. Sobre la naturaleza y la personalidad inmoral de Deckard, sobre Rachel o el mismo Gaff, sobre lo que representan tanto Tyrell como Roy o la curiosa forma de vida de J.F. Sebastian. Temas dignos de mención son la arquitectura (o mejor dicho, la imbricación de distintas arquitecturas) de Los Ángeles, la decoración de los distintos interiores, la multiculturalidad y las incontables etnias que invaden toda la urbe y, en general, la visión sobre un delirante y decadente futuro plasmado en la ciudad y en sus gentes. Y es que eso es lo mejor de la ciencia ficción, que permite discutir eternamente sobre las visiones que sus autores tienen sobre el mundo del mañana y de como lo plasman, tanto en el cine como en la literatura.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Trevize
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3
10 de diciembre de 2007
66 de 93 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resulta que, ojo...el núcleo metálico de la Tierra...¡se ha parado! con lo cual el campo magnético de nuestro planetucho (generado precisamente por la rotación del núcleo) se desvanece y empiezan a ocurrir cosas raras, véase gente con marcapasos muriéndose fulminantemente, pájaros que pierden la orientación y chocan con los edificios, tormentas eléctricas ultra-destructivas capaces de volar por los aires el Coliseo de Roma, etc, todo muy espectacular y tal, pero cuidado, los protagonistas, a pesar de ser el fin del mundo, siguen charlando, yendo de aquí para allá, reuniéndose con este y con aquél, bromeando en vez de estar cagados de miedo, como si nada, vamos. Eso sí, la amenaza que pesa sobre la humanidad es muy muy muy grande. Bien. ¿Y quien va arreglar el desaguisado? Pues los americanos, obviamente. Tras la intro de catástrofes cuya utilidad no es otra que captar la atención del espectador vienen las típicas reuniones de militares tarugos rebozados de medallas multicolores (docenas), científicos geniales (un par) y quizá el presidente o algún secretario de estado para darle entidad al asunto. Discuten y discuten y al final pues lo típico: vamos a mandar a un grupo de gente (siempre heterogéneo al máximo) en algún ingenio super-futurista para que tiren cinco bombitas nucleares de mierda y solucionen el problema (para anular la energía cinética del núcleo de la Tierra harían falta unos 5000 millones de bombas, no cinco). No olvidemos incluir algún guiri para que no parezca que los yankees somos los más chachis (un francés en este caso, un ruso en Deep Impact) y algún negro (jamás de los jamases se podrá ver una tripulación de 10 negros y un blanco salvando al mundo). Ah, ¿y el ingenio? Pues se sacan de la manga una especie de zurullo modular, una suerte de tren de cercanías, hecho de un material experimental que (ay que me meo de la risa) se vuelve más resistente cuanto más calor y más presión exterior hay y que para abrirse paso a través de la corteza y del manto, en vez de usar el clásico drill o taladro, dispara un rayo que hace desaparecer la materia (ni la desmenuza ni la desplaza ni la transforma, simplemente "deja de estar ahí"). Vamos, que con semejante cacharro hasta yo soy capaz de ir al núcleo de la Tierra y darle forma de rosquilla si es preciso, sin despeinarme ni desintegrarme debido a los centenares de miles de atmósferas de presión y a los miles de grados de temperatura. Qué coño, en Hollywood todo es posible.

En resumen: truño. Dentro del género catastrofista "El día de mañana" o "Deep Impact" son infinitamente mejores (y eso que ya de por sí son muy petardas).
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Trevize
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8
11 de noviembre de 2007
32 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
A mis 32 años puedo "fardar" de haber visto, aunque siendo un crío, la vieja serie de los setentaylargos, con Dirk Benedict (el equipo-A) como Starbuck y Richard Hatch como Apolo. De niño me gustaba por el simple hecho de basarse al 80% en los combates espaciales y, a grandes rasgos, por ser muy infantiloide. Hoy en día produce risa de lo cutre que se ve absolutamente todo, empezando por los Cylon de hojalata y los uniformes Colonial, que parecían sacados de una fiesta de disfraces del colegio, con esa capita, los broches y tal.
El remake actual, obviamente, le da seis mil patadas. Se nota que hay pasta de por medio porque la puesta en escena, la producción, los efectos especiales...en fin, todo lo visual y auditivo, por así decirlo, brilla con luz propia. Los actores, sin ser la rehostia, aportan sobriedad y rigor a sus interpretaciones. Quizá hubiese cambiado Edward J. Olmos por alguien con más garra, teniendo en cuenta que su papel es nada menos que el de jefazo militar de todo el tinglado, pero vaya, uno se acaba acostumbrando. En síntesis, se nota que los actores no se lo toman a cachondeo, lo cual es de agradecer, teniendo en cuenta los tiempos que corren.
Más cosas. Me gusta la cámara. Se mueve constantemente, aunque sin la epilepsia galopante de Bourne Ultimatum. En las escenas de naves, anecdóticas dicho sea de paso, los zooms dotan al asunto de un realismo pocas veces visto en una película de combates espaciales (léase Star Wars ep. III, por ejemplo, donde la sensación de estar contemplando un videojuego ultrasaturado cromáticamente es total y absoluta).
El audio es impecable. Y se hace particularmente original en las escenas de espacio, donde ni ruge tan a lo bestia como podría suceder en...yo que sé...Star Trek (por no repetirme) ni intenta ser fiel a la realidad (ausencia de sonido), como en 2001. Se ha elegido un término medio, un sonido atenuado, suave, que sorprende, descoloca (e incluso jode) al principio, pero que acabas valorando como una característica totalmente genuina y necesaria de esta serie.
Los personajes están muy trabajados, derrochando personalidad: Starbuck, una (sí, he dicho "una") chulapiscinas-marimacho de reacciones violentas, Apolo, rígido y disciplinado como un palo, pero con pinceladas de vulnerabilidad, Tigh, borracho hijoputa, la presi, una tía que inspira serenidad nada más atravesar cualquier umbral, Baltar, un cretino egocéntrico, pedante y esquizofrénico...y encima los conceptos del bien y del mal no están muy bien definidos, la ética y la moral son realmente ambiguas en esta serie y los personajes cruzan la delgada línea roja sin parar.
En cuanto a los capítulos, y ya termino, ofrecen una variedad argumental más que suficiente para mantener el interés del personal, con abundantes "continuará", giros inesperados y no apartándose de la trama central de la serie, en definitiva, el hilo conductor principal, que no es necesario desvelar.
Muy recomendable y muy grata.
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Trevize
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6
9 de enero de 2008
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo que le sucede a esta película es tan y tan frecuente en la factoría Hollywood que acabar decepcionado o quejarse resulta todo un ejercicio de futilidad. Para qué, si ya sabemos de entrada QUE LA VAN A CAGAR. Es inevitable. Incluso me la pela bastante que sea más o menos fiel a la novela homónima (que no he leído, por cierto, pero me remito a otras críticas). Qué más da. Es el enésimo tráiler que veo en la web de Apple y es la enésima vez que las ilusiones se desvanecen, pero insisto, cada vez la decepción es menor. El ser humano se adapta, como nuestro amigo Neville se adapta a la jodida situación que esta historia nos cuenta.

Lo que empieza siendo una prometedora cinta de índole apocalíptica acaba siendo un cocktail de "Vanilla Sky", "Estallido" y "El Amanecer de los Muertos" con pinceladas de esto y aquello de más allá (dios mío que gran crítico estoy hecho) y algunas dosis de originalidad (pero pocas). Y digo que promete porque los primeros treinta segundos son interesantísimos, con el tema de New York abandonado, la aterradora desolación, etc, aunque luego la cosa fluctúa considerablemente hasta hundirse del todo en un final muy muy estúpido. Pero vaya, que la conclusión sea más o menos religiosa, que haya moralinas (no experimentéis con el ser humano) y manipulaciones (Dios es cojonudo, la ciencia no)...pues qué queréis que os diga, me da exactamente igual. Basta con no dejarse manipular y listos. Y con lo poco sutiles que son con los mensajitos pues resistírseles no es muy complicado. No creo que nadie salga del cine un poco menos ateo tras ver esta peli. No, no, no. Lo que de verdad me ha jodido son los puñeteros efectos especiales rústicos de hace siete años o más, que se cargan completamente el espectáculo, lo ridiculizan y lo dejan a la altura de cualquier peliculeja de serie B sobre extinciones precoces de la raza humana. Una pena...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Trevize
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6
16 de diciembre de 2007
16 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sexta película del impredecible Peter Hyams (recordemos que es el autor de "A Sound of Thunder", probablemente la peor película de la historia) en la que los EE.UU. mandan supuestamente una misión tripulada a Marte, que no es más que una pantomima orquestada en un plató para engañar a toda la masa social planetaria con la idea de que la supremacía yanki ha conquistado el planeta vecino. La idea es buenísima en tanto que se apoya, probablemente de forma no deliberada, en la corriente escéptica que pone en duda que la conquista de la Luna fuese un hecho real y que defiende que todo fue un montaje realizado en un plató con la ayuda de Stanley Kubrick (teoría conspiratoria extremadamente difícil de creer, aunque vaya usted a saber).

Cinta de factura más que correcta y muy honesta en el sentido de que en realidad no da aliento a los luna-escépticos sinó que simplemente expone un hipotético ejemplo de lo que un gobierno como el de EE.UU. sería capaz de hacer con tal de manipular al personal (que no es poco). Los actores dan muy bien el pego, sobretodo Elliott Gould en su rol de periodista metomentodo y a destacar, como curiosidad, la presencia de O.J. Simpson, cuya carrera cinematográfica concluyó muchos años más tarde en la tercera entrega de "Naked Gun" justo antes de ser acusado de cargarse a su mujer y al amante de la misma.
Trevize
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