Aún estoy recomponiendome... ¡Qué desmesura! ¡Qué derroche de medios! ¡Qué barbaridad!
Lo han vuelta a hacer, señores. Es un no parar...
Siempre que leo Asylum en los créditos iniciales de una película, un escalofrío recorre mi espalda, vaticinando algo, algo brutal, algo extraterrenal...
Siempre innovando, buscando vueltas de tuerca, cambios de sentido, zig zags imposibles, ¡un tiburón con dos cabezas, amigos! Hay que ser un jodido genio para que se te ocurra semejante delirio.
Un guión férreo, irreverente, imprevisible e idiosincrático sienta las bases del magnífico filme. El trabajo de los actores es...,como decirlo..., no tengo palabras..., me emociono solo recordando algunas escenas. Me gustaría destacar el trabajo de Carmen Electra, protagonista indiscutible. La buena de Carmen suele brillar por sus incontestables dotes físicas, pero en este caso, por lo menos a mí, me ha impresionado lo metida que estaba en el papel, sufriendo los ataques del tiburón bicéfalo como si fuese a fenecer de verdad. Espeluznante...
El tiburón parece que ha sido esculpido por el mismísimo Miguel Ángel. Una maravilla.
88 minutos de impagable entretenimiento, y encima con moraleja. Es una ácida crítica al capitalismo canibal en el que estamos sumidos. ¿Evolución ó Involución evolutiva? El director lanza esas preguntas como quien no quiere la cosa, haciendo reflexionar al espectador y poniendo en el aire temas de actualidad como son el cambio climático y los experimentos con animales.

Máxima nota para una máxima obra.

¡Un saludo, amigos!

Filme de excelenta factura. Un guión sólido que no decae en ningún momento, personajes definidos que tienen una profundidad sin precedentes y por si fuera poco unos efectos especiales que quitan el hipo, incluso hay momentos en los que crees que el caimán va a aparecer en el salón y se te va a comer.

El director consigue crear una atmósfera de tensión agobiante que te impedirá apartar los ojos de la pantalla de la televisión. No esperaba menos de él, un clásico de la prestigiosa productora Asylum.

No entiendo las críticas negativas a esta obra de arte, aunque he de decir que no es una película apta para todas las mentes. Es muy compleja y obliga a seguir la impredecible trama con los cinco sentidos.

Jamás entenderé como semejante joya del séptimo arte no fue tomada en cuenta en los premios Oscar.

Absolutamente recomendable.

Hoy he sacado tiempo para visionar un filme que me recomendó hace tiempo un amigo. Me dijo que era un películon, una de esas joyas olvidadas por la industria cinematográfica. Sin duda, mi amigo estaba en lo cierto. ¡Qué maravilla!
La película comienza cadenciosa. Poco a poco vamos entrando en la historia que nos propone Paul Ziller, director fabuloso y desconocido por muchos, que no duda en imprimir su sello en esta portentosa obra.
El ambiente se torna irrespirable, himalayesco. Todo es hostil. El frío entumecerá tus huesos aunque no quieras. Y ahora voy a comentar la clave del largo. El yeti. ¡Qué yeti amigos! Qué derroche de realismo. Resulta atroz ver caminar a semejante ser por la tundra tibetana.
Un diez sin paliativos. Un saludo, amigos.

Robin Williams vestido de Bono+Niño de 12 años ¿virtuoso? nooo!, lo siguiente (Mozart era un pringao al lado del chavalín este)+Dramón sensiblero, patético y pasteloso que no viene a cuento+Movidas rollo la música es la unión entre los pueblos de la Tierra y las estrellas y demás patochadas para gilipollas= Puta mierda.

Saludos.

¿Qué tal, amigos?

Hoy he decidido decicar unos cuantos minutos de mi frénetica existancia a reseñar un documental que marcó un antes y un después en la historia de esa gran maravilla llamada cine.

Qué cantidad de buenos recuerdos vinieron a mi cabeza al finalizar el visionado de este maravilloso documental! Victoria, Emma, Mel B, Mel C y Geri Halliwell... Qué guapas y qué majas!! Con esas estudiadas pintas entre ingenuas colegialas y casquivanas chonis de barrio consiguieron conquistar la industria musical a finales de la década de los 90.

Editaron tres obras maestras imprescindibles en la colección de cualquier melómano que se precie. Canciones llenas de matices, de profundidad y, como no podía ser de otra forma, canciones repletas de esas armonías vocales a las que solo ellas nos tenían acostumbrados.

Quería hacer mención especial al himno generacional que nos regalaron. Ese imperecedero y eterno "Wannabe" que fue brillantemente versionado por Ralph Wiggum en los Simpson: "te diré lo que quiero, lo que quiero de verdad. Dime lo que quieres lo que quieres de verdad..." Épico.

El trabajo de Bob Spiers es sublime, propio de directores de la talla de Scorsese e incluso de Paul Ziller, director de "La maldición del demonio blanco". El bueno de Bob consigue mostrarnos a las "chicas picantes" tal y como eran. Consigue, de una forma llana, sincera y espontánea, introducirnos en el idílico universo de este irrepetible quinteto.

Documental de obligada visión.

Un saludo, amigos.