Crudo no es una película gore. Que no te engañen.
Crudo es la enésima muestra de lo que es tener los contactos necesarios, los productores adecuados, los amigos o conocidos precisos, para que un producto que no debería destacar demasiado, consiga que todo el mecanismo de la industria del marketing y sus aceitados engranajes giren a su favor.
Crudo, como película de terror, es un excelente videoclip.
Imaginen que MTV (en su buena época), produjese una peli cuyo único objetivo sea vender su soundtrack, con personajes estereotipados pero a la vez transgresores, y con momentos en los que la fotografía es muy buena (no "majestuosa"). ¿lo imaginaron? Pues eso es Crudo.
Crudo utiliza su última escena para dos cosas. Primero, dejar a punto de caramelo una secuela. Segundo, para explicar lo que tendría que explicar al principio. Explicación que llega soporíferamente tarde, por otro lado.
Es como si hubiesen tenido esa idea que cuentan al final, pero al ser incapaces de desarrollarla, rellenasen los interminables minutos anteriores con fiestas, sexo, droga, bullying, feminismo... ah, sí, y canibalismo soft (mis acompañantes a la proyección bien señalaron que más bien era vampirismo, pero se come un dedo, así que no seré tan malo y aceptaré "canibalismo").
El guión no se molesta en explicar ninguno de los interrogantes que abre. ¿Compartes con tu hermana una afición poco ortodoxa, y ni la mayor explica ni la menor pregunta? ¿nada? Inverosímil, más allá de la inverosimilitud que un espectador de cine de terror-barra-fantástico puede aceptar. ¿Tu hermana te expone delante de toda la universidad en un vídeo que, a fin de cuentas, tampoco evidencia tu debilidad por la carne humana sino que simplemente te deja a la vista de todos como una adolescente perdídamente borracha, y tú no pides explicaciones? increíble. Y, sobre todo, ¿por qué hay cadáveres humanos en una facultad de veterinaria? ¡Necesito una explicación! ¿Tu reacción al video es pelearte en el campus y acabar con la cara medio comida por tu hermana y tus dientes hincados en su brazo y la universidad no te expulsa al día siguiente? No fuí a la universidad, no puedo decir si esto es una licencia de la directora o no. ¿Tu compi gay de piso odia a tu hermana pero en la escena siguiente está jugando a la playstation con ella y a tí no te parece raro, hasta que tu compi gay te penetra y entonces le pides expliaciones? Pfff....
Otra escena digna de ser olvidada es la que transcurre en el parking de la gasolinera. Esta escena en particular contiene todos los errores que puede contener. Ella ni se entera de lo que está pasando entre el camionero y su amigo, porque está embelezada zampando un bocata de lomo. El camionero escuchó las palabras racistas del moro gay (esto demuestra que todos podemos ser racistas, aunque pertenezcas a una -o dos- ramas marginadas), ejecuta una amenaza que es más bien acoso sexual o propuesta de felación en la cabina del Scania, y es de suponer que el camionero tiene un oído superdesarrollado, ya que antes, mientras el amigo hablaba despectivamente de su gremio, no pudimos verlo ni siquiera de lejos.
La impresión que tengo es que la gente que abandonó la sala, dando una herramienta de márketing fabulosa para que este videoclip largo llegue a los cines, lo hizo por encontrarla terriblemente aburrida, más que por asco. Yo mismo me hubiese ido si no hubiese estado con amigos. De los cuatro, solo a uno le gustó. Pero bueno, a él le gustan los cómics indies.
Por si todo lo expuesto no fuese ya suficiente agravio al género en general, y a mis expectativas de ver una buena peli de miedo en particular, la genial directora novel riza el rizo, y nos regala una escena innecesaria (suma y sigue, Julia!), en la que una sábana blanca que cubre el cadáver de un pobre perrín muerto, cae sola intentado generar drama y poesía, pero dejando ver bien el hilo que la mueve. Nada de poner una tela ligera con algún contrapeso cosido y filmar la escena 300 veces hasta que queda como quieres, no vaya a ser cosa que algún desalmado te tache de perfeccionista. Un hilito negro, y listo.
Definitivamente, Crudo necesita una cocción.

Me pregunto hace tiempo, qué es lo que lleva a los estudios a adaptar tramas, más allá de las lógicas diferencias entre medios. Me pregunto, después de eso, a qué público apuntan cuando adaptan, y de esta manera, un clásico del cómic como The Killing Joke. Si el objetivo es aquel público que conoce la historia, desde luego se han equivocado tremendamente. Si el objetivo es atraer un público nuevo, entonces se han equivocado irreversiblemte. Han creado otros Batman, Joker, Batgirl, que interactúan, y hablan, y sienten, como los originales de los que vienen jamás lo harían. Quizás es esta la Killing Joke de alguna de las tierras del recientemente resucitado Multiverso. Y ciertas cosas, específicamente todo lo referido a la protagonista femenina del film, ni siquiera así podría ser aceptable o de buen gusto en el siglo XXI.

Con el discutible argumento de que el cómic, llevado a la pantalla, quedaba demasiado corto (ahora las películas tienen que durar una eternidad, a cualquier coste), se necesitó agregar una trama. Este es el principal fallo de la película, aunque no el más terrible. Lo agregado, no solo no aporta, sino que cambia completamente el sentido de la novela gráfica y la motivación del protagonista. No conformes con este despropósito, este agregado, se ocupa muy bien de dejar a Barbara Gordon A.K.A. Batgirl, a la altura del betún, en todos los aspectos de su personalidad que el guión le permite abarcar. Y no son pocos. A Batman también le afecta, y esos largos silencios a los que nos tiene acostumbrado, ya no lo dejan en tan buena postura, y lo retratan como un tío machista cualquiera.

Después de presenciar estas escenas, entonces comienza la verdadera adaptación de la novela gráfica. Pero ya es demasiado tarde, y el veneno de la nueva trama lo ha invadido todo. Incluso al Joker, que de pronto parece, durante una milésima de segundo, mucho más interesado en el sexo de lo que nunca lo hemos visto/leído.

La adaptación transcurre de manera correcta, respetando los flashbacks (y aquella paleta de tonos sepias de la edición original, que DC Comics decidió borrar de la memoria de los fans, con la reedición del 20 aniversario, cambiando todo lo que las nuevas tecnologías permitían, epezando por los colores -ahora chillones- de los flashbacks). Es como si, debido a que estamos en la era de la comunicación digital, se reescribiera El Quijote, y este se comunicara con Sancho Panza por WhatsApp. Por que ahora se puede y antes no existía.

Y así llegamos al momento Disney del Film. Disney, Disney. No Disney Pixar. Disney clásico. A cualquier fan de los cómics o de los personajes, este momento tiene que causarle una tremenda vergüenza ajena. Pero después del atentado del principio, ya no quedan fuerzas siquiera para preguntar ¨¿por qué?¨.

Y así, cuando creíamos que nada podía empeorar, que todo el mal estaba hecho... llegamos al final. Y, nuevamente, la adaptación, se ocupa de cambiarlo todo. Todo. Se ocupa de mostrarnos un héroe que no conocemos, y que, personalmente, no quiero conocer. Podría llamarse de cualquier forma, pero ese no es Batman en ninguna de las encarnaciones de sus 75 años.

Por suerte, aunque se pueda descagar, leer en el iPad y ampliar viñetas y hacer virguerías, ahí, en un estante, junto a otros tesoros que me conviertieron el en friki que soy hoy, ahí tengo la edición impresa. La original. La de los flashback en tonos sepia. Y joder, como mola. Así sí.

Asumo ya con resignación que prácticamente ninguna adaptación de libros o cómics me deja contento (salvo honrosas excepciones como Misery o Watchmen, por ejemplo).
Reconozco que no he leído (aún) los libros en los que se basa la película, pero ahí es donde considero que ha sido efectiva. Quiero leerlos.
Aunque, conforme avanza la cinta, es inevitable hacer un paralelismo con la historia del niño mago, pronto nos damos cuenta que hay bastante más oscuridad en esta película que en las 3 primeras juntas de Harry Potter.
Por supuesto, no veremos nada nuevo con respecto a nuestro héroe, que no hayamos visto ya con Luke, Frodo o Harry. Es el típico viaje del héroe del que hablara Campbell, una vez más. Pero lo interesante es que, aunque todo pueda estar ya contado, la historia logra enganchar al introducirnos en una revisión interesante de una mitología que creíamos conocer.
No hay que esperar FX de última generación, de hecho son bastantes desparejos, habiendo algunos muy flojos (como la escena del cementerio, en la primera mitad), y los pequeños personajes encapuchados que viven en el campamento, ciertamente muy bien logrados y con un regusto a Gollum.
La banda sonora no está mal, aunque echo en falta un poco más de música incidental y alguna melodía que pueda llegar a ser característica de la saga (por que deberían continuarla), antes que canciones que parecen colocadas para vender el CD a los adolescentes.

Lo mejor: los créditos de inicio y la necesidad que despierta para cualquier persona aficionada a las sagas, y que le guste leer, de conocer la historia "oficial".
Lo peor: Saber que esta cinta adapta el arco argumental de la primer trilogía (y un poco de la segunda), y tener ya para siempre una imagen en la retina de interesantes personajes como Mr. Tiny o Snake Boy.