Esta es la primera crítica que servidor escribe acerca de una película, y la última hasta que sienta de nuevo, el mismo cúmulo de emociones que en su día me hizo vivir este estupendo film que nos ocupa hoy, titulado Cadena Perpetua. Para quien a estas alturas lo desconozca, el guión, es una adaptación de la novela “Rita Hayworth and Shawshank Redemption”, escrita por Stephen King, y publicada en el año 1982.

Doce años después, los personajes surgidos de la mente de King, cobran vida en la gran pantalla de la mano de Frank Darabont, su director. El largometraje, narra la vida de Andy Dufresne, (Tim Robbins) un banquero, que tras asesinar a su esposa a sangre fría junto a su amante, es condenado a cumplir doble cadena perpetua en la prisión de Shawshank. En su estancia en la cárcel es donde conoce a Red, en este caso interpretado por Morgan Freeman, que poco a poco crea lazos de amistad con Andy, y nos cuenta sus aventuras y desventuras del principio al fin de esta hermosa historia.

Dos protagonistas, maravillosamente encarnados e interpretados, por estos dos grandes actores. No quiero pasar por alto, las interpretaciones de Gunton, y Whitmore, el malvado Alcaide Norton, y el entrañable abuelo Brooks. Todos ellos encerrados de alguna manera, en un universo carcelario, frío y sórdido.

Bajo mi punto de vista, la esencia de esta película, reside en hacer ver el lado bueno de las cosas, por imposible que parezca verlas así en un lugar tan gris, y el valor de la amistad y la fraternidad entre dos personas. Consigue sumergirte en su argumento totalmente, de tal manera que te tiene irremediablemente enganchado segundo a segundo, sentado frente a la pantalla. El entramado es absolutamente brillante, pero no llegas a poder imaginar el apoteósico desenlace que está por llegar, un deleite para todos tus sentidos, que no te dejará indiferente. Un cierre de telón por todo lo alto, como dios manda.

Por último plantar un 10 como la copa de un pino a este peliculón, y recomendaros por no obligar, el visionado de esta obra maestra, para quien no haya tenido aún oportunidad de disfrutarla.

P.D. Recordad que, la esperanza es lo último que se pierde.