Con actuaciones logradas y una historia dura bien contada en toda su crudeza, esta película engancha desde la primera escena, y lleva al espectador a un ritmo trepidante de thriller de acción por caminos previsibles, pero no por ello mal ejecutados. Una buena película cuando sabes a lo que vas, y no esperas grandes mensajes trascendentales.

Cuando uno lee una novela de la talla de Patria, se hace difícil imaginar cómo se adaptará al lenguaje cinematográfico de manera solvente, dada su sencillez, su honestidad y su reflejo tan bien explicado, a través del sufrimiento de dos madres, de la compleja realidad de Euskadi. Y, sin embargo, creo que Aitor Gabilondo lo ha conseguido con creces. Fiel adaptación, en la que se nota el respeto a una obra magnífica, a su autor y a la historia reciente de un territorio que marcó a tantas personas. Recomiendo verla sin prejuicios.

La BBC suele ser sinónimo de calidad cuando se habla de series y, en este caso, no defrauda. Con una interpretación extremadamente cuidada por parte de Maggie Gyllenhaal (la protagonista, Nessa, una mujer fuerte, pero muy sensible a la vez, que tiene momentos realmente exquisitos en alguno de los episodios), un guión complejísimo, pero muy bien urdido y montado, y un tema apasionante (el conflicto entre Israel y Palestina y los intereses ocultos de todos los actores en la zona), es quizá la revelación del año. Es de aquellas series que no quieres que acaben, por lo bien hechas que están, más aún si te gustan las de espías. Y, encima, no simplifica las realidades complejas como hacen muchas otras películas o series, y te hace reflexionar sobre la manipulación de unos y otros en el mundo en que vivimos, y eso inquieta.

Hay pocas películas que hagan un retrato tan feroz de la alta sociedad francesa, las complicadas relaciones de toda familia y la complejidad humana como este thriller, que tampoco lo es del todo, pero que tiene ases guardados en la manga. Huppert, que siempre hace papeles inquietantes y poco habituales, aquí borda el personaje, y Verhoeven navega con delicada sutileza y a ratos con descarnado realismo por aguas nada cómodas para el espectador, pero que te hacen salir del cine con la historia en la cabeza un buen rato. Cruda y brutal, pero también cómica y descarada, ésta es para mí una de las mejores películas del 2016.

Gelb, con su pasión por los detalles, su profundo respeto y su paciencia en la elección de las secuencias, nos muestra en este delicado documental algo tan intangible como la experiencia y el buen hacer del gran maestro del sushi Jiro Ono. La belleza de las imágenes están a la altura de la depuración y el perfeccionismo sin fin que muestra este maestro que, por suerte para los amantes del buen sushi, ha sabido transmitir sus conocimientos a sus hijos. Una delicia.