Una película única. Llevo muchísimos años queriéndola ver y por fin ha llegado el momento. ¡Qué maravilla! Lo primero que quiero destacar es que ha sido un absoluto placer saber que es de Stephen Frears, este director que en mi imaginario fílmico es el responsable de "Las amistades peligrosas", película cuyo guion, y no exagero, casi puedo recitar de memoria. Me ha dado la sensación de que estoy ante un ecléptico Scorsese o un polifacético Kubrick. Todo un descubrimiento.

Acabo de cumplir treinta años y la película habla de gente de treinta, pero hace ahora diez años. La música, personaje principal de la película, te hace ver la importancia del pop como concepto cultural y como pilar indispensable de varias generaciones entre las cuales se encuentra la mía. El pop está presente, se hace notar, significa algo y da significado a todos esos momento especiales de la adolescencia que van allanando el camino de la madurez, el camino de los treinta, el que estoy empezando recorrer. Lo que tiene esta película de especial en ese aspecto es que nos hace ver la importancia de la música, del pop, en nuestras vidas. Podemos -y, de hecho, lo refiere así el protagonista- equiparar la música a la literatura y el cine por que son los principales pilares culturales que nos van a formar como persona y eso es innegable. Y no hay que estar avergonzado o menospreciarse a uno mismo por lo que escucha, lee o va a ver al cine, ya que eso, eso será de lo que más te apasione hablar, de lo que más entiendas, lo que hará que conectes con una persona y llegues y a enamorarte o lo que servirá para reconocer a un amigo con el que puedes compartir mucho más que un rato de risas, o de lágrimas. Ese es el gran mensaje de esta maravillosa comedia, que la pasión viene dada por el gusto cultural y artístico y por eso hay que disfrutar de lo que te guste, sí, de lo que te apasione, ya suene bien, ya suene mal, ya lo lean millones de personas o sólo unas pocas; por que el disfrute de esa estética que te va formando cuando eres joven no es más que el inicio de la pasión de la edad adulta, del recuerdo de lo vivido, de la emoción.

Escucha, canta, critica, comprende, lee, detesta, alaba, goza, ríe, llora... Todo eso es el pop, el cine, la literatura... Todo eso nos más que la esencia de uno mismo.

"Libros, discos, pelis, eso es lo que importa. Puede que sea cínico, pero es la puta verdad"

Maravillosa y sublime. No le falta un detalle y creo que roza la perfección en todos sus aspectos. La música es espectacular, la fotografía es indescriptible, el guión es sorprendente y los actores, en especial Keira Knightley, están en estado de gloria. La primera media hora de película nos va contando el mismo acontecimiento desde el punto de vista de la realidad objetiva y desde el punto de vista de una niña que no logra entenderlo, mostrando ya desde el principio un modo de narrar que en pocas películas he visto y que se acerca mucho al tiempo y a la realidad de la literatura. Esta es la llave para mostrarnos una historia de celos, amor, guerra, realidades y fantasías que acaban redondeándose en unos inolvidables diez minutos finales que sorprenden y sobrecogen. Estos últimos años sólo muy pocas películas como, por ejemplo, Las Horas, me han dejado incrédulo ante la pantalla y Expiación es una de ellas. Absolutamente recomendable.

Maravillosa. Sublime. Única.

Aún recuerdo como un día especial aquel en el que fuí con mi amiga de toda la vida a ver una rara película en versión original, de la que sólo habia oído que estaba cargada de violencia y que la protagonista principal tuvo que estar tres días llorando para recrear en el rostro la tensión que el maquillaje no podía reflejar. Por aquel entonces yo tenía 16 años y ni por asomo había escuchado hablar de Michael Haneke, ni me imaginaba a lo que me iba a enfrentar.

Jamás he sentido tanto miedo viendo una película. La degradación a la que son sometidos los protagonistas, la impasividad de los asaltantes, el realismo del guión, la crueldad del tiempo narrativo en sí... Incluso nos engaña con un mando a distancia que rebobina la cinta para que no suceda justo aquello que estás esperando que ocurra, para luego retomar el ritmo, ignorando ese acontecimiento y prosiguiendo la historia por el peor de los derroteros...

Lo que más miedo me daba de todo lo que veía era imaginarme que yo era el niño pequeño, que estaba seguro bajo la protección del seno familiar, que nada me podría ocurrir en casa, con mi padre y con mi madre, que siempre me protegerían, que nada malo con ellos me sucedería... Dios mío, que miedo pasé.

Ahora, cuando ya han pasado más de 12 años desde la tarde en que fuí al cine a ver Funny Games y que he conocido y admirado la obra de Haneke, sigo creyendo que no se ha hecho una película similar; la realidad más real mezclada con el terror más terrorífico.

Una auténtica obra de arte. Maravillosa, recomendable y única, por no citar también que las interpretaciones, resaltando a Susanne Lothar, no se le olvidarán al espectador en mucho tiempo.

En la versión que hace unos años salió, por fin, en D.V.D, Haneke afirmaba que rodó esta historia recordando el miedo que le hacían pasar unos abusones en el colegio cuando era pequeño y que se sentiría eternamente agradecido a todo aquel espectador que no acabara de ver la película por no soportarla, ya que precisamente es este tipo de sentimientos de los estuvo intentando huir contando la historia. Así que creo que hay que ver esta película para saber hasta donde podemos llegar, ya sea como espectador, como persona, como padres, como hijos... y saber que la frialdad no tiene límites. Siempre estará Haneke para recordarnos que la crueldad humana es infinita.

Yo aguanté. Es increible el placer que muchas veces transmite la auténtica maldad.

Estaba deseando de ver al fabuloso James McAvoy en acción después de la catarsis que me supuso su papel en "Expiación" y fui a ver la película sin fijarme apenas en el argumento, o tratándolo a priori como banal por lo dificultoso que tiene a primera vista. Estaba claro que me equivoqué. Excelente guión el que se nos presenta, que cuenta la historia personal de los últimos años de vida de Tolstói y que nos muestra la dicotomía entre el amor y la conciencia social de un comunismo ruso con reminiscencias a Doctor Zhivago.

Si adoráis, como yo, a James McAvoy, este un momento para disfrutar de esta gran promesa del cine. Pero si flipáis con Helen Mirren estáis de suerte. Yo es el mejor papel que le he visto, con un histrionismo contenido que está en la misma linea que artificiosidad técnica de la película, humilde y sin pretensiones, pero bella y muy trabajada.

Agradabilísimo rato es el que he pasado esta tarde en el cine. Una película bella, más que agradable y sin un ápice de dramatismo exagerado, incluso con ciertos toques de humor bien dosificados y planteados que te alejan de la -a primera vista- densidad del planteamiento inicial de la historia.

Los amantes de Tolstói estarán encantados con el retrato de abuelo lúcido y feliz que se hace del escritor pero no se contentarán, como ha sido mi caso, con los pocos guiños que se hacen acerca de la obra del escritor. Yo adoro a Tolstói y soy filólogo, por eso iba con una idea preconcebida de encontrar respuestas literarias en una película semibiografista; aún así, el retrato del escritor es impecable y el fondo de la cuestión está muy alejado de su obra como tal. Por eso, que nadie se asuste ante ideas del tipo "película de escritor" o cosas así. En "Las Horas" hay una Virginia Woolf trabajadísima como personaje cinematográfico; en "La Última estación" podemos decir que ocurre lo mismo con el personaje de Christopher Plummer.
En la película de Daldry hay más relación entre autor-obra; cierto es que si esa relación se hubiese dado de forma más estrecha en "La Última estación", nos estaríamos alejando, como digo, del meollo de la historia, por lo que califico este hecho como acierto del guión. Lo que nos cuenta es más sencillo que un universo literario como tal. Nos habla de la fuerza del amor ante las imposiciones ideológicas y el absurdo de los ideales políticos exacerbados.

Estupendos Christopher Plummer y Paul Giamatti; MARAVILLOSOS JAMES MCAVOY Y HELEN MIRREN!!!

¡Maravillosa! Hacía años que no veía esta película y sólo recordaba que, en su momento, me gusto algo más que a la media de mis amigos, que la aborrecieron. Ahora puedo decir que me parece espléndida, inteligente, con sentido del humor y originalísima. Pe haciendo de ángel del infierno, Victoria de ángel del cielo, Fanny Ardant como consejera divina, Gael García Bernal como consejero infernal, París en francés, que es el cielo, un maravilloso cielo en blanco y negro, un desierto sin nombre que es un infierno inglés, una bossanova en portugués interpretada "celestialmente", Carlos Jean de repente por ahí sonando, frases lapidarias cada cinco minutos, si nos ponemos serias hablamos en latín, un poco de boxeo, algo menos de toros (muy propio del director), humor, tiros, besos, miradas lascivas, prohibiciones sagradas... En fin, que si mezclamos todo esto con una espléndida Victoria Abril y una desconocida Penélope en su etapa española nos sale esta película, rara donde las haya, desconcertante, increíble en sí misma desde el minuto uno pero grande en todas sus intenciones, ya que no pretende en ningún momento que te la creas, sólo que disfrutes. Lo maravilloso que tiene también es su simple mensaje, el choque de fuerzas entre el bien y el mal y la maravilla de ver que por una vez el mal es devorado por el bien y el bien... bueno; el bien es el bien!!