Si te gustan las series, no puedes dejar de ver esta. He de decir que al principio cuesta un poco cogerle el gustillo y acostumbrase a tanto muerte, pero en cuanto coges su ritmo, te enganchas a sus personajes. A sus vivencias, sus locuras, sus alegrías, sus depresiones, sus problemas, sus arrebatos...

Quizá no me llegó a cautivar tanto como A dos metros bajo tierra, pero sin duda esta serie supuso un punto de inflexión en mi visión de las series. Una serie policiaca que se despega totalmente de las fantasías de CSI o cualquieras de estas series de super-hombres que no existen. Aquí se plantean policías reales, casos reales, corrupción real, y un personajes de la calle con coches y casas acordes con su trabajo. Ya era hora que alguien hiciese una serie en la que un detective de mierda no tuviera un coche del nivel de un jugador de la NBA. Cuanto daño hizo corrupción en Miami.

A veces los americanos saben cómo tirar su dinero a la basura. Hay que tener valor para derrochar esa cantidad de dinero en efectos especiales y asociarlos a un guión de una mente de tercero de primaria. Por favor, que Americanada más vomitiva.

Qué gran actor está hecho este chico. La serie de por sí es buena por original. El personaje principal te enamora con cada capítulo. Y cada temporada sube el nivel del guión. Espectacular.

Me parece una obra de arte más de Clint Eastwook. El guión te cautiva nada más comenzar la película. A pesar de su duración se me hizo corta. Clint en su clásico personaje de viejo cascarabias que acaba conquistandote el corazón, qué bien lo hace, lo borda.