El principio, la trama, los personajes, el argumento; todo en esta película es muy bueno y esta mezcla debería hacer de ella una película interesante y que merezca la pena ver. Desgraciadamente, todo eso suena muy bonito para ser verdad, y cuando el director y el guionista empiezan a meter todo tipo de datos y cosas absurdas e increíbles en el filme (en el sentido negativo de la palabra), el interés del espectador, (y hablo por lo menos de la mayoría de los que la hayan visionado), se evapora completamente. A partir más o menos del minuto 45, la película se tacha de aburrida y, si tienes la suerte de estar en casa, puedes cambiar de canal, pero si has sido de los ingenuos que han pensado que era un buen thriller y han ido al cine a verla, te toca aguantarla hasta el final. Neeson se esfuerza en hacer que el público le "ayude" mentalmente, en que intente reconstruir ese inverosímil rompecabezas en el que está metido, y en que siga la película sin bostezar transcurrida más o menos la mitad, pero, a pesar de su noble intento, por lo menos en mi caso, no lo ha conseguido.
Lo único que hace que esta película sea meramente visionable es el hecho de que en ella participen Frank Langella, el protagonista Liam Neeson, y el genio suizo Bruno Ganz, que, a pesar de tener un papel secundario, logra colarse entre los actores principales (la mayoría, con una mediocre actuación) y adquirir, en algunas escenas, más protagonismo que el propio Neeson.

"Forrest Gump" es una de ésas películas que, además de contar con un reparto y un director de lujo, te llega al alma y despierta sentimientos ocultos. El protagonista, aparte de ser un ejemplo a seguir de superación, pone tanto de su parte en entretener al público que es prácticamente imposible aburrirse viendo el filme. La historia es increíblemente original y muy elaborada, la trama es manejada sensacionalmente y, qué más decir, el filme perfectamente podría catalogarse de obra maestra.

Buen argumento, personajes complejos y unánimes y una trama relajada pero causante de interés. Es increíble la sensación de proximidad que hay entre los personajes con los espectadores, el carisma de los jóvenes actores Mia Wasikowska (Joni) y Josh Hutcherson (Laser) y la gran química entre Julianne Moore (Jules) y Nic (Annette Benning). La película es un soplo de aire fresco al público amante del buen cine frente a la gran cantidad de películas mediocres que han salido este año. Nunca se sabe cuándo una película es capaz de hacerte reír y conmoverte al mismo tiempo.

Esta película llama la atención desde su primera escena, empieza intentando conmocionar al espectador con escenas de violencia y claro maltrato físico y psicológico, para avivar nuestro interés por verlo ya que trata un tema tan actual y triste como éste. ERROR. A pesar de su buen comienzo, el argumento empieza a hundirse a partir de más o menos la media hora pasada, básicamente por la pobre actuación de Lopez, por las inverosimilitudes de la película (como que la protagonista, supuestamente "atemorizada permanentemente" por su marido, se eche novio; o las enormes cantidades de dinero que se manipulan...sin contar coches y casas...); pero sobre todo por la violencia y la brutalidad con la que se pretende "solucionar" el problema de Slim, la protagonista. ¿Lo que intenta decir el filme es "si tu ex-marido te persigue, maltrata e intenta matarte, mátale tú a él antes, aunque te rebajes a su nivel con mentiras y violencia"? ¿La única solución es ésa? ¿Es que no existe otro método, aparte del conocido y primitivo "ojo por ojo"?

En serio. La película aplasta los límites de la ridiculez hasta lo insospechado. Lo que se suponía que era una película sobre y contra el maltrato a la mujer, se vuelve un thriller con sangre, huídas que pretenden emular "Misión Imposible" y luchas a lo Jackie Chan, con pataditas y tortas incluidas. De nuevo, el tema se ve eclipsado por las acciones...

Bueno, empezaré diciendo que me esperaba que la película fuese mucho, mucho peor. Por lo menos no contiene palabras malsonantes ni chistes verdes, porque en ese caso le daría la peor nota posible. Pero tampoco quiero decir que me haya sorprendido. Nunca me he decantado por Selena Gomez, me parece una actriz que es poco más que una cara bonita, y a Katie Cassidy la conocía solo por Gossip Girl, donde tuvo un papel temporal. Pero me parece increíble (en el mal sentido, por supuesto) que alguien con el talento de Leighton Meester, se haya involucrado en este proyecto tan infantil y previsible, tan monocromático y exento de originalidad, de pasión por la actuación, de todo. En cualquier caso, comentaré el argumento: trata sobre una chica que acaba de graduarse y se va con su mejor amiga y su hermanastra a París. Esta chica SORPRENDENTEMENTE es igual, igualita, casi gemela, a una heredera británica (me gustaría saber desde cuando Selena Gomez tiene cara de británica, cuando sus rasgos indican muy bien que su ascendencia es hispánica), de la que por supuesto, no tenían ninguna de las tres idea de su existencia (porque ella vivía aislada en su burbuja y la socialité europea no interesa a la prensa americana, no) y que además da la casualidad de que se marcha a Mallorca dejándolas en un viaje de ensueño, se van a Monte-Carlo (Mónaco) en un jet privado e ingresan en un hotel lujoso (no les hace falta enseñar los pasaportes ni nada, claaaaro), y además, tienen acceso a todo tipo de comodidades, como vestidos de Oscar de la Renta y joyas de Bulgari. Hasta aquí todo perfecto. Pero lo mejor de todo es que cada una se echa un novio (casualidad), la protagonista y su hermanastra refuerzan su relación, todo muy bonito y pintado de rosa (qué ironía, en la película se hace referencia a la canción "La vie en rose") y la verdadera heredera vuelve, las denuncia, y, milagrosamente, escapan sin ningún cargo porque la policía francesa y monegasca es muuuuy indulgente, sobre todo ante las denuncias de la realeza (nótese el sarcasmo). Y ellas vuelven a casa y viven felices para siempre cada una con su novio. Precioso, ¿verdad? En fin, sobran las palabras.
No entiendo como en esta película, que es como una de esos filmes estilo Hannah Montana o Camp Rock que echan en Disney Channel, completamente destinados al público infantil/preadolescente, se hayan involucrado personajes del cine tan importantes como Andie MacDowell, Catherine Tate o Nicole Kidman, que es la productora ejecutiva. Tal vez estas actrices cotizadas se hayan dado cuenta de que son mayores y quieran dejar su trono a sus predecesoras, tal vez la crisis también esté afectando al cine y necesitan actrices mediocres para rellenar huecos, o tal vez yo sea una anticuada que no entiende como estas pésimas películas sean apoyadas por grandes actores, o tal vez el mundo se haya vuelto loco, o las cuatro cosas juntas.