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Críticas de Luis Guillermo Cardona
Críticas 3.333
Críticas ordenadas por utilidad
8
21 de agosto de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Partiendo de “Electra”, la clásica obra de Eurípides, el dramaturgo francés Jean Giraudoux, escribió su propia versión de la tragedia y su, “Électre”, se estrenaría en 1937, en el Théâtre de l’Athénée de París, con notable éxito. La obra se cerraba con un diálogo entre la señora Narsés y un mendigo, en la cual ella preguntaba: “¿Cómo se llama cuando surge el día, y aunque todo anda mal y pareciera al revés, sin embargo se respira…?” A lo que el mendigo responde: “Eso se llama la aurora”.

Esta última frase, la tomó el escritor y, por entonces, directivo del movimiento Pueblo y Cultura, Emmanuel Roblès, para titular la novela que publicaría en 1952, la cual sería la base para la película del mismo nombre que realizaría el director español, Luis Buñuel. Co-escrito en compañía de Jean Ferry, como bien puede esperarse, el guion está cargado de toques buñuelianos y los dardos apuntarán hacia los habituales estamentos a los que siempre fustigó el movimiento Surrealista. Los detalles, ya han sido mencionados en las numerosas obras que se han escrito sobre Buñuel, pero, por su contrastante significado, necesario es mencionar lo que puede verse en el despacho del comisario Fasaro: Colgada, una reproducción de, “El Cristo de Port Lligart” de Salvador Dalí, y sobre su escritorio un volumen de las obras de Paul Claudel, siendo ambos autores de inclinación franquista durante la época del fascismo. En contraste, “El Cristo Electrificado”, que conserva el Doctor Valerio en su consultorio, pretendiendo iluminar lo que, en su ejercicio práctico (la iglesia), poco ilumina a la sociedad.

Esta sería la segunda de tres películas que podríamos llamar, Trilogía de las Islas, junto a “Robinson Crusoe”, y posteriormente, “La Joven”, títulos que podemos recordar por sus muchos valores intrínsecos. En, <<ASÍ ES LA AURORA>>, el protagonista es un médico norteamericano (George Marchal) quien ejerce sus labores en una isla del Mediterráneo donde se siente muy a gusto sirviendo a las personas de bajos recursos que allí habitan y mucho lo valoran. Tras marcharse su esposa -quien no se siente a gusto en la isla-, el médico conocerá a Clara Bernacci (Lucía Bosé), una joven viuda, irresistiblemente bella, de la que quedará totalmente prendado… y con ella enfrentará los nuevos problemas que pronto se avendrán en aquella olvidada isla.

De nuevo, en micro queda planteada la lucha de clases y, Buñuel, se servirá de precisos detalles y de sus habituales presencias animales (gallinas, gatos, tortuga…) para mostrar la moral y el camino que cada quien sigue ante las circunstancias que surgen en el día a día, y cómo a la clase obrera a veces se la arrastra a la desgracia cuando se le cierran las oportunidades. El médico será un hombre de posiciones muy claras y tomará partido, sin reserva alguna, cuando sienta que es preciso hacerlo.

Es muy probable que la censura interviniera de cierta forma, pues, la escena del fusilamiento al que juegan los niños presenta un corte abrupto, y la muerte de uno de los personajes era más fácil presentirla de otra manera… pero, lo que el director quería decir ha quedado clara-mente dicho y, esta película, entra en esa amplia lista de muy valiosos títulos que nos legara el maestro Buñuel.
Luis Guillermo Cardona
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7
11 de agosto de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
De la misma manera que encuentro lamentables a aquellos individuos que, teniendo unos padres honrados e íntegros, eligen el camino del mal y no les duele empañar su nombre; también admiro a los hombres que, no obstante haber recibido un inapropiado ejemplo de sus padres, en vez de seguir su mismo oscuro sendero, se disponen a hacer el bien y a vivir del lado de la justicia contra todos los obstáculos que surjan en el futuro, pues, tienen bien claro que hay personas que solo sirven de mal ejemplo y que, con un mínimo de inteligencia, seguir el camino correcto es lo natural. Infortunadamente, en nuestra absurda sociedad nos marcan los errores de nuestros más allegados y no se comprende que cada individuo es uno y único, y que, en justicia, nadie puede ser juzgado por las acciones de los demás por más familia que sean, sino, y únicamente, por lo que él mismo haga. Muchos seres humanos se preservan dignos entre familias deshonestas… y también hay seres muy desubicados que surgen de entre familias intachables, pues, no es solo la familia la que puede influir en nuestros planes y criterios, también lo hace el entorno, los amigos, el conocimiento que adquirimos y las experiencias que cada uno tiene.

Manuel Saldívar “El Texano”, se siente, él mismo, un hombre tan bien puesto del lado de la justicia, que no consigue creer lo que dicen de su padre, hasta en un corrido que ahora cantan en las calles. Por esta razón, decide cabalgar hasta San José, el pueblo donde habita un temido pistolero llamado Río Kid, de quien se dice que solo busca a los mejores pistoleros para matarlos. El Texano confía en que él podrá responder a la pregunta: “¿Quién fue realmente mi padre?”… Pero, lo que no imagina, es que está entrando en un pueblo casi abandonado porque la gente teme al misterioso e invencible pistolero que ahora habita en su territorio.

Me animé a ver, <<EL PUEBLO FANTASMA>>, porque la protagoniza otro actor mexicano al que tuve en muy alto aprecio cuando era niño. Se llamaba, Rodolfo de Anda, era hijo de un reconocido actor, productor y director llamado Raúl de Anda, y aunque inició su carrera en el cine desde que tenía tan solo dos años, yo lo conocí cuando hizo, “El Charro Negro contra la Banda de los Cuervos” (1963), una película que proseguía las aventuras de un personaje que primero interpretara su padre, y que, aunque estuvo muy pobremente realizada por alguien que fuera mejor actor que director, con mi visión de niño logré emocionarme y me animé a seguir viendo otras películas de, Rodolfo de Anda, quien comenzó a llegar a nuestro Cine México con bastante frecuencia.

Curiosamente, <<EL PUEBLO FANTASMA>>, fue una de las películas que nunca había conseguido ver, pues, es una suerte de western un tanto adulto en el que se tocan temas sensibles que, en aquellos tiempos nos estaban vedados. Aquí, Rodolfo de Anda prosigue con el personaje que ya había interpretado en, “El Texano” (Alfredo B. Crevenna, 1963) y es el mismo, Crevenna, quien pronto retomaría a este personaje en dos secuelas más.

El guion de, Alfredo Ruanova, resulta muy entretenido y está bien dosificado con acciones del más puro western; también hay espacio para algunos toques de comedia (incluidos los colmillos del chupasangre de turno) y un cierto suspenso cada que aparece el temido pistolero… y lo que más nos atrae, es que el protagonista (entonces un muchacho que aún no cumplía la mayoría de edad) es una suerte de Audie Murphy a la mexicana: Con una figura menuda; sin ínfulas de héroe; con ciertos temores que no teme expresar; en ocasiones irrespetado… y uno siente que está ante un ser de carne y hueso con el que puede identificarse y aprender, como él, a vencer nuestros propios miedos.

Me agradó ver otra vez a Rodolfo de Anda. Lástima que no pudiera leer este artículo, pues, falleció el 1° de febrero de 2010… seguramente cansado de haber estado 65 años de su vida entre los sets cinematográficos.
Luis Guillermo Cardona
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10
23 de julio de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Es difícil explicar cómo se siente un indio sobre la tierra -dice Lance Poole-. Es el bombeo de nuestra sangre... el amor que queremos tener. La tierra es nuestra madre. Me crie en el valle y ahora soy parte de él. Como las montañas y los cerros, los ciervos, los pinos y el viento. En lo profundo de mi corazón sé que pertenezco a la tierra. Si la perdemos ahora, bien podríamos estar todos muertos”.

Para los indígenas de cualquier cultura, la tierra no es posesión, ¡es protección! Al ser ella la ‘pacha mama’, los indios saben que ella es nuestra protectora, la que nos alimenta, la que nos recrea y nos acoge. Protegerla es, pues, devolverle agradecidos un poco de lo mucho que ella nos brinda cada día. Mantenerla floreciente, productiva y limpios los ecosistemas, es asegurar el futuro de todos y no de unos cuantos; y proteger grandes reservas naturales, es asegurar el oxígeno y el agua que nos son imprescindibles para poder vivir.

Creo que, con <<LA PUERTA DEL DIABLO>>, Anthony Mann también abrió la puerta para convertirse, desde entonces, en uno de los más valiosos realizadores de westerns de los Estados Unidos de Norteamérica. No siempre logró ser totalmente acertado, pero, cuando como en este caso dio en todo el centro de la diana, sus filmes quedan para la posteridad como películas imprescindibles y dignas de cualquier antología.

Con, <<LA PUERTA DEL DIABLO>>, Mann asumió un alto riesgo, pues, se trata de un filme que demuestra la reprobable discriminación, los abusos y el exterminio que los supremacistas blancos han asumido a lo largo de la historia contra los pueblos indígenas. Con un guion muy cuidado –escrito por Guy Trosper-, en el que se procura dar también razones a los ganaderos con afanes colonizadores, la película se desenvuelve con la mayor pulcritud, pero, sin dejar de tomar partido por la Verdad histórica.

Los apuntes dan siempre en el blanco… y basta un mínimo de sensibilidad y de sentido crítico – como el que revelará la preciosa y sensata abogada Orrie Masters-, para comprender que la existencia de las culturas indígenas ha sido harto mancillada por la avaricia y la prepotencia de la mal llamada “gente civilizada”. ¿Cómo puede ser -se pregunta uno inevitablemente- que a un hombre como Poole, que sirvió tres años durante La Guerra Civil Estadounidense, que fue condecorado por el congreso debido a la heroicidad de sus servicios y que sirvió con gran valor al sublime propósito de abolir la esclavitud, por el simple hecho de ser un indio soshone, enseguida se le deniegue el derecho a la tenencia de una tierra que protegerá para bien de su cultura y de la humanidad? Y también se preguntarán algunos: ¿Cómo puede ser tan egoísta, Poole, de no ceder al menos parte de sus tierras para los ovejeros que las necesitan? La respuesta es bien simple: Porque la ambición de los ganaderos no conoce límite… y luego querrán más y más tierra, y entonces comenzarán a correr las cercas poco a poco… o, muy probablemente, decidirán que hay que acabar con los indios para quedarse con sus posesiones.

Con una eficiente fotografía de John Alton; una rigurosa edición que solo preserva lo significativo; y con calificadas actuaciones de Robert Taylor, Paula Raymond, Louis Calhern y Edgar Buchanan, a la <<LA PUERTA DEL DIABLO>>, nada de esto le sirvió, y por las razones antes expuestas tuvo serias dificultades para su exhibición… pues, de no ser por el éxito que ese mismo año obtuvo, “Broken Arrow”, pudo haber seguido guardada durante largo tiempo. No obstante, sigue siendo una de las películas de Mann de más difícil acceso… y ¡qué triste que pasen estas cosas con una película impecablemente realizada y que dice la verdad con más deseos de esclarecimiento que de cualquier otra cosa!
Luis Guillermo Cardona
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7
7 de julio de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recuerdo que fue en la novela, “Lejos del Nido” de Juan José Botero, donde encontré esta frase que me interesó enseguida: “Querer atajar el paso a dos que se quieren bien, es como echar leña al fuego y sentarse a verla arder”. La leí cuando todavía era un adolescente de carnes y bolsillos flacos, pero se me quedó tallada en la memoria porque, en varias ocasiones, me sirvió para alentar a algunas chicas que necesitaron mi consejo.

Es precisamente de esto que trata la película, <<EL CIRCO SANGRIENTO>> (un título bastante escabroso para lo que, realmente, es más una historia de amor que cualquier otra cosa). El título en inglés es un poco más diciente. Traducible como, “Los Camiones Ruedan en la Noche”, hace referencia al traslado de los circos que, como gitanos, van de un lugar a otro irremediablemente. Por esta precisa razón, el propietario del circo, Nick Coster, mantiene a su muy joven y preciosa hermana, Mary, en una burbuja. No quiere que conozca a la gente del circo, porque teme que la utilicen como un pasatiempo, pues, él anhela para ella el mejor de los futuros.

Pero, muchas veces lo que más temes lo atraes… y justo cuando conozca al joven domador de leones, Matt Varney, quien recién se ha incorporado al plantel del circo, la joven se va a sentir atraída y correspondida… y lo que hará, Coster, a partir de entonces; y lo que harán, los chicos, desde que se conocen, es lo que vamos a ver en esta sufrida historia en la que, el amor y la amistad, estarán muy gratamente servidas en la mesa.

La historia de, Francis Wallace, que, en 1937, sirviera al director, Michael Curtiz, para rodar esa obra maestra titulada, “Kid Galahad”, vuelve a ser el punto de partida para una readaptación que, la Warner Bros., asignara ésta vez a los guionistas, Fred Niblo Jr. y Barry Trivers, los cuales convirtieron al personaje del boxeador en un domador de leones y el escenario lo sacaron de los cuadriláteros para ubicarlo en un circo, donde se preserva la sólida historia de amor y de pasión que es lo que da solidez a la historia.

También aquí, los personajes son gente muy definida, y entre la ambición y la irresponsabilidad de uno que otro, brota la solidaridad y el empeño por hacer bien las cosas de otros tantos… y será el destino el que, al final, decida si pone las cosas en su justo lugar, aunque para eso tenga que servirse de los leones que ahora aparecen como una calculada y efectiva metáfora.

Humphrey Bogart, tiene en este filme unos de sus primeros roles protagónicos y sería, desde entonces, cuando su nombre estaría por siempre en la cabecera de los créditos. Su rol, mezcla del tipo duro y a la vez encantador que, luego, haría en numerosas ocasiones, resulta muy atractivo… y su presencia tiene ya ese magnetismo y esa virilidad que lo convertiría en uno de los grandes. A su lado, Sylvia Sidney (como Florina), nos da un ejemplo de mujer íntegra que vale la pena imitar; Eddie Albert, es el joven carismático que despertará los mejores sentimientos… ¡y los peores deseos!; y Joan Leslie, es la adorable chiquilla que dará ejemplo de carácter y buena voluntad.

Con una composición de escenas bien interesante que, en las acciones, obligará a servirse de dobles, trucajes e insertos, el director Ray Enright, tiene logros muy positivos, especialmente en la escena del clímax. El resultado final, es un filme con una emotiva historia y unos personajes que hay que darse el gusto de conocer.

Título para Latinoamérica: LA TRAGEDIA DEL CIRCO
Luis Guillermo Cardona
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7
24 de junio de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con aceptable acogida, ya los hermanos, Paolo e Vittorio Taviani, habían adaptado cinco cuentos del escritor Luigi Pirandello, en su película, “Kaos” (1984), y ahora retoman la obra de este celebrado autor, para contarnos dos cuentos más que han recogido con el título, <<TÚ RÍES>>. Un guion en versión libre -escrito por los propios hermanos Taviani- sirve para contrastar el miedo y la incertidumbre que envuelve a los seres humanos en el sueño y en la vigilia, en el presente y en el pasado… aunque a veces esto se alterne con pequeños momentos de complacencia.

El primer cuento, “Felice”, nos acerca a la vida de, Felice Tespini (muy bien interpretado por Antonio Albanese), un calificado barítono que siente que su vida es un absurdo, porque, en la noche tiene sueños muy gratos en los que ríe sin parar… pero durante la vigilia no pasa nada que le genere satisfacciones. Ya su esposa comienza a creer que está teniendo sueños infieles… y Felice (un nombre paradójico) comienza a tener ideas preocupantes.

El cuento resulta muy bien trazado y con una contrastante situación, también dará cuenta de que, no todo lo que se llame risa resulta edificante. A, Albanese, lo acompaña Luca Zingaretti, quien, como el cruel Gino Migliori, mostrará ese contraste donde la risa adquiere otro significado. Elena Ghiaurov es la perturbada esposa del atribulado barítono y Giuseppe Cederna (Rambaldi) será el hombre que nunca se explica de qué se ríen algunos.

Creo que, si los Taviani hubiesen decidido ampliar este cuento hasta convertirlo en una larga historia, quizás hubiesen alcanzado otro de esos filmes relevantes que ya nos han dejado como herencia; pero, decidieron complementarlo con, “Due Sequestri” -otro cuento de Pirandello- y el resultado se vuelve un poco dispar al contrastar la historia de, un niño y un anciano, secuestrados en diferentes épocas. El caso del niño se basó en un hecho de la vida real que se le atribuye a la mafia italiana; y esta sería la última actuación del actor, Turi Ferro, el cual fallecería tres años después de un paro cardíaco, y quien, curiosamente, había tenido su primer rol en un largometraje de los Taviani, (“Un Uomo da Bruciare”), 36 años atrás. También, Ferro, había dirigido y protagonizado en el teatro la obra de Pirandello, “Liola”, lo que demostraba su aprecio por el escritor. Su interpretación en, <<TÚ RÍES>>, como el Doctor Ballaro’, resulta muy emotiva… y se extraña a un actor que tenía marcado talento.

La música de la película es otro notable acierto, y lo mismo los temas compuestos por Nicola Piovani, como los extractos de, “Las Bodas de Fígaro” de Wolfgang A. Mozart y “L’Italiana in Algeri” de Gioacchino Rossini, resultan muy afortunados.

En el festival de Mar del Plata, Argentina, la película fue nominada a Mejor Filme y los hermanos, Paolo e Vittorio Taviani, recibieron el premio por Mejor Director.
Luis Guillermo Cardona
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