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Críticas de Luis Guillermo Cardona
Críticas 3.333
Críticas ordenadas por utilidad
7
26 de septiembre de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La infelicidad de un sinnúmero de mujeres, tiene su raíz en un hecho incontrovertible: su dependencia económica. Al depender, la mujer comúnmente se siente subyugada, incompetente y obligada a reclamar un apoyo para poder hacer sus cosas que, con cierta frecuencia, le negarán con toda suerte de objeciones o se lo concederán de mala gana y con una que otra pulla. Otras mujeres, no dispuestas a soportar reproches o rechazos, esperarán siempre a que su pareja se acuerde de ellas y voluntariamente les dé algún dinero sin que tengan que pedirlo. Éstas, se verán abocadas a que esto ocurra de vez en cuando, porque sus maridos suelen suponer que “si no pide es porque no necesita”.

Emanciparse es hallar la autonomía, una mayor libertad de acción y decisión, y evita deber favores que luego el otro se cobrará con exigencias improcedentes o con malos tratos porque no se hace lo que él espera, pues, es una regla socialmente aceptada que, si dependes, obedeces.

Karen (una convincente Ángela Carrizosa en su debut cinematográfico), debe tener muy claro todo esto, porque ha tomado la firme decisión que deberían tomar tantísimas mujeres y, contra todo riesgo, se ha marchado a la capital ávida de pintar su propia vida.

A su posterior proceder se le podría señalar, quizás, algunas objeciones, pero, en cualquier caso, Karen no es más que un ser humano, y lo que hace, de cualquier forma la pone en camino de sentirse dueña de su propia vida. ¿Lo logrará? Ya ustedes verán todo lo que se inventa esta muchacha para salirle al paso a las barreras y tropiezos que le prepara la vida, mientras en su camino conoce también la amistad sincera, y al lado de Eduardo, siente que la vida tiene sentido y que aún hay muchas cosas lindas que se pueden disfrutar.

Creo que es un afortunado debut el de Gabriel Rojas Vera como director y guionista, y le congratulo por su decidido compromiso en pro de la emancipación femenina, pues, que esto provenga de una mujer, se entiende, pero, cuando proviene de un hombre que se ha criado en una sociedad machista hasta la coronilla, sencillamente se aplaude.

La recomiendo a toda mujer que no se sienta conforme con la vida de pareja dependiente que ahora lleva, y a todo hombre que sienta, en su corazón, que su pareja se siente sometida y/o subvalorada.
Luis Guillermo Cardona
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3
12 de septiembre de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me entusiasmé con el arranque: Primero, conmovedoras imágenes documentales de una de las tantas tragedias naturales que ocurren en nuestro territorio. Después, esas montañas teñidas con los colores que marcan y determinan a nuestra nación… pero, lo que parecía ser el drama de una colectividad, se convierte enseguida en las andanzas de un investigador privado que indaga sobre el asesinato de una joven en un hotelucho de la capital. ¿Lazos con lo anterior? Con algún esfuerzo y buena voluntad, quizás puedan encontrarse.

Sí, la película tiene una historia, la relación de Pilar, también conocida como Golondrina, con varios hombres. Los afanes de una esposa por evitar que su marido se vea involucrado en el caso. Los amores de la “María Félix” del hotel con el inescrupuloso John Jairo… pero el único y gravoso problema es que está muy, pero muy mal, contada.

Primero: los diálogos son fatales. Parecen haber sido escritos en forma de verso y además de que, en la película se ve a un montón de gente recitando, todos hablan de manera agónica y con un lenguaje tan parecido, que es como si hubiera seis o siete sebastianospinas, y no personajes con caracteres disímiles.

Después, la puesta en escena no aporta nada. Los sets fueron escogidos por requerimiento inmediato y no por sujeción a lo que se cuenta. La iluminación va de interesante… a desencajada… hasta pasar por la pobreza absoluta. Y la fotografía, ingenuamente contrastada entre el color del ahora y el blanco y negro de los recuerdos… pero, curiosamente -quizá por lo atractiva que lucía Flora Martínez caminando descalza- , el recuerdo también recobra sus colores y ya no sabemos si la Golondrina está muerta o es que todavía sigue viva.

El rítmo no podía ser más plano, no hay ni una sola escena emotiva, todo fluye con una parsimonia bostezante y abundan los largos desplazamientos que, además de metraje, no aportan absolutamente nada.

Y las actuaciones… dejan en claro que, alguien dio órdenes, pero no sabía darlas, porque gente con talento como Marlon Moreno, Álvaro Ruiz, Robinson Díaz o la misma Flora Martínez, lucen tan desencantados como un perro arrastrado por un cochero.

Lamento decirlo, pero creo que este “SOPLO DE VIDA” sólo es apto para enseñar lo que no debe hacerse en cine.
Luis Guillermo Cardona
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9
7 de septiembre de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Qué gratísima sorpresa me he llevado con esta película! Así es el cine que nos merecemos los colombianos… los latinoamericanos… y el mundo entero. Cine como el que hacían los grandes de otros tiempos: Con una historia cuidadosamente craneada en la que… cada ficha… se adelanta paso a paso… luego de tener perfectamente visionada toda la estructura de lo que se ha venido haciendo. Algo así como cuando Anatoli Kárpov se jugaba una partida de ajedrez contra su fuerte rival Gari Kaspárov. Es un hecho: un guión sólido es la gran viga sobre la que se sostiene una buena película.

Después, “BLUFF”, tiene forma: su puesta en escena, fotografía, banda sonora, edición… denotan cuidado, sobriedad y correcta adecuación, hasta cuando las voces comienzan a oírse en la escena previa o terminan en la escena posterior. Es evidente que, así como la preciosa actriz -a la que interpreta Carolina Gómez- se formó con el método de “Un actor se prepara” de Stanislavki (un divertido apunte), el director Felipe Martinez, también se bebió la imprescindible obra cinematográfica de Billy Wilder, John Huston, y quién sabe que otros grandes directores, para poder hacer una obra responsable, con hondo sentido de la trascendencia, y con más ganas de hacer arte que de hacer dinero, cosa que es harto, pero harto escasa, en el cine de los últimos años.

La historia es deliciosa y está estupendamente interpretada: El fotógrafo Nicolás Andrade (el argentino Federico Lorusso muy bien encajado), descubre a su novia Margarita con el empresario Pablo Mallarino (impecable Víctor Mallarino), en una situación que no deja dudas de su romance, y entonces, decide seguirlo por más de un año hasta conseguir unas fotos que lo comprometan y con las que pueda sacarle dinero o arruinarle el matrimonio con su exnovia. Lo que sigue no hay lugar a imaginarlo, pues está lleno de sorpresas, enredos, humor negro y toda una lección de jugadas karpovianas absolutamente deliciosas.

De las pocas películas colombianas, donde los roles secundarios son cuidados de tal manera que uno consigue recordarles gratamente, pues juegan breve, pero con la precisión de los peones de ajedrez: ¿Cómo olvidar a Pérez, a Rosmery o al portero del hotel?

Un sólo desacierto: el poster, que sugiere cosas de las que, muchos, ya comenzaron a cansarse y esta película, además de que no tiene nada de eso, está llena de color, de gracia e inteligencia.

Bien por Felipe Martínez, pues con “BLUFF”, le añade futuro al cine nacional y su película le abrirá el camino a otras grandes cosas.
Luis Guillermo Cardona
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8
26 de agosto de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sorprende muy gratamente que, la exquisita e inmortal suite “El lago de los cisnes”, compuesta en 1875 por Piotr Tchaikovski, basada en un pequeño ballet que él mismo escribió pensando en los niños de su familia, haya inspirado esta novedosa y sensacional historia de amores y obsesiones, en la que se envuelve al espectador en un incesante juego de signos, ensoñaciones y fantasmas mentales, que le obligan a tomar partido en la interpretación del complejo proceso que afronta Nina Sayers para lograr sus anhelos en el mundo de la danza.

El director Darren Aronofsky, vuelve a impresionarnos con su vigor narrativo, su creatividad en la imagen y en la edición, y sobre todo, en su capacidad de llevar a condiciones extremas, góticas, hiperrealistas y chocantes, las emociones humanas.

Impacta la eficaz compenetración y la total desinhibición que Aronofsky consigue de Natalie Portman, una chica que asciende incesantemente dados los estimables progresos que se viene apreciando en sus actuaciones. Aquí, es innegable que ha alcanzado la cumbre, y los galardones que ha recibido -Oscar a la mejor actriz entre ellos-, sólo ratifican este tour de force donde ella, la actriz, y Nina la ballerina, son casi gemelas en su férrea compenetración con sus personajes.

Muy lograda, desde los efectos especiales, la gradual transformación en auténtico cisne negro que se produce en la protagonista y las ocasionales visiones que tiene la chica cuando proyecta sus propias ansiedades o sus temores sobre aquellos que la rodean. Y en el terreno de la actuación, eficaz revelación de Mila Kunis como Lily, y muy correctos Vincent Cassel como el instructor de baile y Barbara Hershey como la inflexible madre.

Creo que, el arte cinematográfico está de plácemes cuando una obra como ésta deja entrar un halo de luz por entre las frecuentes nubes que han cubierto su firmamento en las últimas décadas.

Pero, ojo, no puede verse como ejemplarizante la obsesión traumática asumida por la protagonista de este filme. El arte reclama compromiso, disciplina, preparación, rigor e incluso una cierta dosis de riesgo, pero, en ningún caso, puede sobreponerse a la salud mental y a la dignidad, un afán exacerbado de éxito… porque entonces, no traerá alegría sino…
Luis Guillermo Cardona
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7
31 de julio de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Curioso saber que Jerry Lewis aparece en la adaptación cinematográfica de una obra del novelista, ensayista y también guionista Gore Vidal, un personaje harto conocido en el mundo de la farándula por su labor en filmes como “Yo acuso”, “El zurdo”, “De repente, el último verano” y posteriormente, “¿Arde parís?”, “Myra Breckinridge” o “Calígula”. Sin embargo, me parece que el resultado ha sido muy agradable y que “UN MARCIANO EN CALIFORNIA” puede inscribirse como un calificado filme de ciencia ficción. Contiene bastante atractivo visual recurriendo a los mejores efectos especiales y visuales de la época; resulta muy aceptable desde sus aspectos de comedia; y no está exenta de un franco cuestionamiento al llamado progreso norteamericano.

La primera pregunta que se hace el escritor Gore Vidal al escribir esta suerte de vodevil es: Si un visitante de otra galaxia visitara la tierra y pudiera observar a la gente de los EEUU ¿Qué impresión se llevaría de la especie humana?

El personaje que siente curiosidad con la Tierra es Kreton, un joven que se escapa de la escuela porque cree que hay cosas que podría aprender de la gente que habita este lejano y pequeño planeta. Mientras es observado por su evolucionado y perturbador profesor Delton, el chico viaja a la tierra confiando en que llegará en tiempos de la Guerra Civil… pero aterriza en la época actual y precisamente en casa de un presentador de televisión llamado Roger Spelding, quien, en su programa, se está haciendo el propósito de dejar “muy en claro” que el cuento de las naves espaciales es sólo eso: puro cuento.

En compañía de Ellen, la linda hija de Spelding, de su celoso novio Conrad, y de los padres de la chica, Kreton podrá ver el caos vehicular, las peleas de perros y gatos, la posesividad y el egoísmo, el miedo que la guerra ha dejado en los corazones, el horror maccarthista… y el atraso que todavía sufrimos como especie. Pero, al tiempo, se sentirá complacido al experimentar un sentimiento que no existe en su planeta… ¿a ver si adivinan cuál?

Jerry Lewis consigue una interpretación bastante simpática y aunque el filme no tiene tantos momentos divertidos como hubiésemos querido, resulta en definitiva muy agradable de ver. Y surge una pregunta inevitable: ¿por qué un filme con tantos propósitos futuristas, fue realizado en blanco y negro, siendo que el technicolor y el vistavision le hubiesen venido de maravilla? Y ya Lewis, al igual que el director Norman Taurog, sabían bastante de esto.

Que se sonrojen… digo, ¡que se diviertan!

Título para Latinoamérica: “NOVIO DEL ESPACIO”
Luis Guillermo Cardona
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