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Críticas de Herodoto
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Críticas 19
Críticas ordenadas por utilidad
9
10 de febrero de 2011
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Los duelistas” no es una novela histórica. El imperio Napoleónico, su génesis, auge y decadencia; su posterior época, la Restauración, son el marco ambiental donde se desarrolla esta enigmática y misteriosa aventura entre dos personalidades diferente y contrapuestas, D’Hubert y Feraud.
Historia épica que se hace interminable en el tiempo y que se convierte en un duelo sin fin, obsesivo, obcecado. Duelo que desembocará en un orgullo y en una envidia entre dos oficiales del mismo ejercito.
El relato corto de Conrad, el escritor se centra en las motivaciones y los sentimientos de sus protagonistas, Feraud (meridional, impulsivo, rencoroso, violento,... un cabezota en toda regla) y D’Hubert (norteño, reflexivo, sensible,... más atrayente como ser humano) sólo coinciden en su amor al ejercito y a Napoleón ya que son arquetipos opuestos.
Ridley Scott exprimió el jugo de este relato corto hasta su último gota. Su calidad visual recuerdo al maestro Kubrick en su obra maestra "Barry Lyndon". Cada fotograma nos remite a los cuadros de pintores británicos del siglo XVIII. Y en cuanto a la narración no excede el tiempo marcado en la obra escrita en negro sobre blanco, salvando las distancias entre el tiempo fílmico y el tiempo literario.
Metáfora sobre lo inútil de las guerras, de las luchas. ¿Cuál es la causa del inicio de un enfrentamiento?, ¿A qué se debe?.
Dos personalidades enmarcadas en un contexto histórico que sirven al escritor y al realizador para explorar el alma humana.
Herodoto
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9
15 de enero de 2011
13 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muerte en Venecia es una obra de arte ya que sólo hay un camino, la búsqueda de la belleza absoluta, idea que todo artista intenta plasmar al final de su proceso de creación. Pero la obra de Thomas Mann y de su posterior representación en el cine llega a lugares insospechados pero gratificantes: el devenir del tiempo, la juventud y la vejez, sucesos vitales que marcan toda existencia, de ahí la creación artística como un deseo de alcanzar la inmortalidad que se nos escapa en nuestra vida real y racional.
El film de Visconti es reflexivo y contemplativo, respetando el espíritu de la obra literaria. La decadencia invade toda la obra fílmica y literaria, y no hay mejor lugar para recrear ese ambiente que la deteriorada, brumosa y poética Venecia.
Pero también muestra la decadencia de una burguesía conservadora y de una aristocracia declinante y ampulosa. Sociedad que conoce muy bien Visconti y donde el barroquismo está perfectamente representado en los ambientes arquitectónicos y en los ricos ropajes de los personajes.
El enamoramiento platónico de Gustav Von Aschenbach por el joven Tadzio que contrastará con la decrepitud que sufre la ciudad producida por la peste que corrompe toda existencia. No es un simple deseo homosexual: es la fascinación del hombre maduro por la belleza y que descubre en la última etapa de su existencia.
Herodoto
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5
7 de noviembre de 2010
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Delirante, desternillante, hilarante!. Desconocíamos que en la extinta URSS tuvieran un cine setentero, landista, "escojonista", adornado con aspecto cinematrográfico cutre, ¿naïf?...; alejado de los koljós, sovjós, stajanovismos, burocratismos poliburistas varios.
Y me pregunto, ¿que le sucedía a los soviéticos, que no rusos por aquellas fechas, para reírse hasta de su propia Historia?. Posiblemente la respuesta es inefable, o como diría un alquimista: "es como hallar la cuadratura del circulo" .
Bueno, pero puede que halla un explicación (ya expuesta por "Lupo" en su crítica), o por lo menos se puede intuir algo.
Recordemos que nos encontramos en el comienzo de la etapa dura de Leonid Ilich Brézhnev, que siguió al anterior período de coexistencia pacífica con occidente, dirigiendo el país un tal Nikita Sergéyevich Jrushchov alias "Khrushchev", "inquilino" de la Casa Roja (Kremlin).
Y por eso de que estamos en plena Guerra Fría, ¿por qué no hacer un cine donde se aprecie las moderneces de occidente?, por que aquí ,en nuestro paraíso socialista, también se destila la ambientación "pop" a la rusa, ¡¡¡uff!!..., perdón, a la soviética.
Y en esa estamos, mal rodada, con toques humorísticos absurdo, encuadres kafkianos (mi abuela le habría dado un toque "parkinsoniano" a esta película digno de ser seleccionada en festivales internacionales de cine). Pero no podemos negar que tiene gracia, o por lo menos hemos realizado un ejercicio abdominal al troncharnos de risa cuando la hemos visionado, sin necesidad de tener que ir a un gimnasio. Y descubrimos que los rusos, ¡vaya!, siempre se me olvida ahora son rusos y antes eran soviéticos; pues eso, que los soviéticos tenían gracia y sentido del humor fuera del estereotipo que nos han vendido de "la triste alma eslava", y que las horteradas de aquella época en el otro lado del Telón de Acero, también existía.
¡Pobres soviéticos!, necesitaban reírse de algo porque con tanta disciplina burocratizada, y tanta ideología de partido...,¡quién lo puede soportar!.
En fin, que podíamos hacer un esfuerzo en buscar alguna joyas de estos directores (creo que hay un director ruso de genero fantástico que es como Ed Wood. Sería interesante visionarlo. Investiguemos. La mente ya me hace "chiribitas" sólo de pensarlo). Lo digo por que después del estrés semanal, ¡os podréis creer que tras ver la película dormí mejor después reírme como una hiena!. Es una buena terapia, os lo aseguro.
Y ¿por qué un 5 de nota?, ¡no está bastante claro!, pues por le pelo del embajador sueco, un toque de Llongueras a la rusa, ¡uff!..., ¡perdón!, a la soviética.
Herodoto
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9
5 de septiembre de 2010
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Andrzej Wajda se acercó a la Revolución Francesa adaptando una obra teatral de Stanislawa Przybyszewska, pero claramente plantea la situación de Polonia en la década de los años 80. Recordemos la dictadura comunista de general Jaruzelski y su enfrentamiento con el sindicato Solidaridad, y los intentos de aquél para controlar el país con mano de hierro evitando una nueva invasión soviética que frenara cualquier disidencia en el Bloque comunista-Hungría año 56 y Praga año 68 son un triste recordatorio-.
En ese contexto se sitúa este film que nos acerca al terror político del Estado. Un momento de cambios convulsos que afectaron al pueblo francés, y también a destacados protagonistas políticos que serían arrastrados hacia la "igualadora" guillotina.
En septiembre de 1793, el Comité de Salud Pública, instigado por Robespierre, instaura el "Terror". El hambre reaparece y con ella las revueltas. El pueblo es utilizado por los burgueses para conseguir sus objetivos y Wadjad plantea claramente la parálisis de una Revolución agotada. ¿Cómo lo hace? a través de dos personajes que serán victimas de esa misma Revolución que han defendido desde el principio: Dantón, lúcido y desencantado, y que tal vez presintiendo su final, expone vehementemente y con elocuencia la verdad de todo lo que sucede. Enfrente, su adversario político, Robespierre, obsesionado con la virtud y el terror; la negación de la vida. El duelo actoral está servido; sencillamente magistral.
Lo que asombra de esta película es la sensación de ese "Terror", de esa inseguridad por lo que puede suceder y que se genera en acontecimientos históricos que marcan un antes y un después en la historia de nuestra humanidad. No olvidemos que en estos proceso revolucionarios que se han dado en diversos países-Francia, Rusia,etc...- han pasado etapas oscuras marcadas por temor a perder todo lo que se ha conseguido.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Herodoto
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8
5 de junio de 2010
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Según el director “después del Antiguo Testamento no hay historias nuevas (…) por lo tanto, el argumento es sólo una parte de la película junto a otros elementos como el tempo, el ritmo, los sonidos, la música (…) la gran cuestión es cómo se plasma la historia”. Las películas de Bela Tarr tienen mucha enjundia y es un interesante ejercicio profundizar en el microcosmos de estas almas errante. Hay que ir más allá de los fascinantes planos secuencia (a veces asocio las películas de este director a los cuadros del pintor Chirico; sobre todo evoco su período metafísico con imágenes y atmósferas desoladoras y las asimilo a las escenas minimalistas y oníricas de las películas de B. Tarr). Sí, se ha escrito mucho sobre su puesta en escena en todas su películas, sus planos secuencia, su luz y su contraluz, el tiempo y el espacio, su sentido marcadamente narrativo, etc.... Todo ello sirve a un fin, crear esa melancolía que se aprecia en el film pero sin caer en contenidos simbólicos (para Bela Tarr "sólo se puede registrar las cosas reales").
"La condena", al igual que sus realizaciones posteriores, profundiza claramente en la condición humana. En esta historia nos muestra a un personaje solitario, taciturno y de alma plomiza como el cielo que aparece en al película. Y ahí reside el mundo del director Húngaro: fascinado por la forma estética pero mostrándonos unos seres que cargan una culpa por el simple hecho de ser humanos; infinita tristeza en un mundo sin sentido. Todo ello contado con una belleza estilizada y arrebatadora donde la música, las condiciones climáticas, el sonido, hasta los hieráticos edificios, nos transmiten el estado de ánimo de cada personaje.
El fluir de la existencia, los amores no correspondidos, los anhelos, los fracasos vitales marca todo el film; para muestra un botón: “Créeme, no hay nada como encontrarse mutuamente cuando hay música que reconforta el corazón. Dos manos que se cogen, un pie siente donde pisará el otro. Y le sigue, sin importar dónde le guíe el otro. Porque se cree que cada giro y vaivén será como volar a partir de ahora. Quién sabe. Quizá es volar.”
¿No es es el deseo de todos nosotros por lo menos una vez en la vida?
Herodoto
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