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Críticas de Listocomics Puntocom
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Críticas 223
Críticas ordenadas por utilidad
9
6 de diciembre de 2005
79 de 90 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno de los motivos por los que nuestra sociedad todavía no ha colapsado enmedio de sangrientas revoluciones es la muy optimista creencia de que las fronteras entre clases sociales ya no son infranqueables.
Nos gusta creer que cualquier persona puede llegar a presidente de los Estados Unidos, que cualquier persona puede aparearse con un miembro de la Casa Real, que los pobres son pobres porque quieren, que si trabajamos progresaremos, que si jugamos a la lotería nos haremos ricos sin trabajar, que los malos tendrán su merecido, que Diós existe.
Y así vamos tirando.

Y el Laurent Cantet dice que se sorprende de que no haya más pelis ambientadas en las intrigas del mundo laboral si trabajando es cómo pasamos más horas de nuestra vida.
Vamos a ver, señor Cantet, TRABAJAR ES UNA MIERDA y EL MUNDO ESTÁ MUY JODIDO, pero nos da pereza lanzarnos a las barricadas y preferimos pensar en otras cosas y que nadie nos quite la ilusión de que todo se arreglará por sí solo... queremos desconectar nuestros cerebros, por muy cobarde que parezca.

Y el prota de los Recursos Humanos es otro de esos matados que cree estar trepando socialmente por el procedimiento de ir a empollar a la capital y volver al pueblo con un título, un traje y una corbata.
Ha conseguido un contrato (de becario) en el departamento de RRHH de la fábrica en la que trabaja su padre, su hermana y casi todo el pueblo (de obreros alienados en una cadena de montaje, eso sí); y de repente se da cuenta que se ha convertido en el enemigo de sus semejantes y que su trabajo es putear sutilmente a su família y a sus amigos de toda la vida.
El dramón está servido... Y lo peor es que su corbata le pone en el bando de los directivos (cerdos burgueses) pero el pobre sigue cobrando una mierda pinchada en un palo.
Lo que más duele es ver que los masas obreras tampoco salen retradas como valientes héroes al estilo de la propaganda soviética, sinó como lo que suelen ser: gente ignorante en callejones sin salida... gente ignorante pero trabajadora, eso sí, que no sea que algún día venga alguien y valore su trabajo y les aumente la paga.

Como dirían los neoliberales (que son los que más cine social tendrían que ver para enterarse un poco de como está el mundo): esta peli es pura propaganda sindicalista...
¡Pero es propaganda sindicalista de la buena, ojo, no en plan Michael Moore!

Nota: excelente.
Listocomics Puntocom
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6
12 de enero de 2006
255 de 444 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando uno hace una peli y los espectadores abandonan la sala a centenares, podría pensarse que algo ha fallado, pero Gaspar Noé lo lleva con orgullo y presume de ello en la carátula del DVD (al menos en la edición francesa)... ¡Menudo tipo duro!

Gritos, palabrotas, una violación anal, un par de homosexuales masturbándose, un brazo dislocado y la cabeza de un proxeneta que se convierte en pulpa a base de golpes de extintor, nos dan la bienvenida a esta joya del Arte y Ensayo.

Pero el Rey Gaspar debió pensar que todo eso era poco atroz porque también nos regala media hora de atronadoras vibraciones atmosféricas a 28 Hz (lo que se conoce técnicamente como ruido cojonero de baja frecuencia, algo casi inaudible pero con la divertida propiedad de causar mareos, nauseas y cagalera a los humanos).

Y todo está oscuro y la cámara va loca, así como en busca de algo entre el Movimiento Dogma y el Grillo Loco de la feria de mi pueblo... La madre que los parió. Para putear un poco más al espectador, sólo faltaría que Vincent Cassel y Albert Dupontel se metiesen entre el público y empezasen a tirarse pedos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Listocomics Puntocom
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2
9 de octubre de 2007
134 de 202 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estaba con mis amigotes fumando heroína con papel de plata en la vía del tren, pero el cercanías siempre viene con retraso y mi amigor Rodrigo en lugar de gritar su tradicional "el último que se aparte maricón!" va y dice "a que no hay huevos de ir a la filmoteca ahora que están dando un ciclo de Jean-Luc Godard!" y somos demasiado duros como para no aceptar un desafío tan loco, así que levantamos el culo de los raíles, nos tomamos unos cafés y nos encaminamos hacia el horror de la nouvelle vague y la madre que la trujo.

La peli era sobre unos burgueses que estaban en un atasco.

Un día leí un texto de Alain Bergala que decía que el cine de Godard era demasiado complejo y profundo para que los espectadores ocasionales tuviésemos derecho a juzgarlo. Que hay que enfrentarse a él sin impaciencia. Que hay que aproximarse a su mundo de forma lenta, viendo todas sus películas una y otra vez hasta acceder a su intimidad. Y que esa intimidad es la que lleva al gozo. Que sus películas sueltas pueden parecer refractarias pero que vistas en conjunto son la repolla.

Y bueno, confieso que Week End me pareció refractaria, absurda y tontísima, y que me quedé con la misma cara que se me pone cuando llamo al servicio de atención al cliente de telefónica, pero confieso también que es que me falta ver el conjunto global de su obra.
La pregunta es ¿tendré agallas para ver algo más de este genio del séptimo arte?

A la salida del cine teníamos hambre y fuimos a un bar en el que nos sirvieron una tapas caras, minúsculas y rancias. Le dijimos al camarero que no nos godardeara así, que ya nos habían godardeado en el cine. Y a la salida nos paró un punki pies-negros solicitando monedas y le dijimos que se fuese a godardear a su puta madre.

FIN.
Listocomics Puntocom
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7
12 de junio de 2006
124 de 184 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los cinéfilos documentados descubrirán (metidos por ahí, entre lineas, supongo) los habituales retratos de una burguesía decadente, o símbolos sobre la ceguera que sufren los poderosos al intentar ver más allá de sus propias narices, o presagios sobre los últimos días del sistema capitalista...
Pero los cinefílicos despistados se toparán de morros con una grotesca (y un tanto misógina) caricatura del calientapollismo encarnado en una moza enervante y caprichosa que se enamora (y se desenamora y se vuelve a enamorar y así sucesivamente) de un patán que basa sus técnicas de seducción en el viejo método de ofrecer dinero y bienes materiales.

Resulta gracioso que la actriz protagonista se identificase tanto con su personaje que a medio rodaje se dio cuenta de que la película no le gustaba y abandonó el proyecto.
El cachondo Buñuel, pragmático y gandul como los buenos comunistas, se negó a rodarlo todo otra vez con una nueva actriz y contrartó a una chica nueva sólo para las escenas que faltaban.
De manera que Carole Bouquet y Ángela Molina interpretan el mismo personaje a ratos, alternándose ahora una ahora la otra, deconstruyendo el personaje de Conchita en periodos en apariencia caprichosos, y los enteraos tampoco pueden resistirse a esta provocación del azar y le encuentran simbolismos intencionados sobre las fluctuaciones del IPC o el ciclo menstrual o la violencia contenida o las fases de la luna o qué se yo.

Nota: notable.
Listocomics Puntocom
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8
4 de febrero de 2009
104 de 144 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tontería 1:
A mucha gente le parecerá razonable que los robots esclavicen a los humanos para robarles la energía eléctrica generada por sus impulsos nerviosos.
Pero dicen los empollones que la energía ni se crea ni se destruye, se transforma. Por ejemplo, en el Sol se producen reacciones de fusión que transforman la energía de los núcleos de los átomos (energía nuclear) en energía radiante que llega a la tierra y es absorbida, entre otras cosas, por las lechugas que, mediante el proceso de la fotosíntesi, la usan, entre otras cosas, para construir moléculas (energía química). Luego viene por ejemplo un conejo y se zampa la lechuga y usa la energía química de ésta para correr y saltar (energía mecánica) y se pasea por ahí hasta que lo pillo yo y me lo zampo con allioli. Y obtengo así mi dosis de energía para realizar diversas funciones corporales. Pero esa energía es sólo la pequeña parte de la energía nuclear del Sol que se transformó en energía radiante y luego en energía química lechuguil y luego en energía química conejil. Y entre transformación y transformación, la mayor parte de la energia originaria se ha disipado por el universo en forma de calor.
Vamos, que si eres un robot te sale más a cuenta zamparte el conejo al allioli que zamparte el impulso nervioso de un humano, pero mejor aun si te zampas una lechuga o, en un alarde tecnológico, te montas una placa solar en la cabeza y de dejas de complicaciones.

Tontería 2:
En la antiguedad la gente desconocía los intríngulis de los fenómenos atmosféricos básicos y las tormentas y las sequías se atribuían a dioses y otros seres mágicos y poderosos... Pero los empollones descubrieron que casi todos los fenómenos de la naturaleza podían también explicarse de forma científica. Aunque han pasado los años y mucha gente prefiere aferrarse a la mística y las supersticiones, que tienen la ventaja de que no hace falta saber mates para entenderlas y además te prometen vidas eternas y otras maravillas. Incluso hay quien considera la ciencia como una religión más, pero la ciencia tiene la ventaja de que permite hacer predicciones comprobables sobre qué pasará en el futuro.
Bueno, es que no hay color: la Bíblia nos da las Profecías de Fátima, la Ciencia nos permite predecir los eclipses y el tiempo que hará mañana y además viene con inventos chulos de regalo como la electrónica, el cine o los desagües sifónicos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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