Quién haya visto la maravillosa producción de la BBC basada en la obra de Austen, no verá en esta una versión menor, si no solo una con un lenguaje más cinematográfico y más poético, y no más fiel, que para eso está dicha serie. La elección de los personajes es acertada con sus defectos: Matthew Macfadyen es un actor grandioso pero para mi su mejor papel es en la versión televisiva de Little Dorrit, aquí es difícil identificar al frío y distante Darcy con el suave ojos azules Macfadyen pero aún así lo hace muy bien; otro caso es el de Keira Knightley cuyo rostro está bellamente retratado pero que utiliza en exceso una sonrisa irónica que en ocasiones desentona. Para mí lo mejor de esta película es la combinación de fotografía crepuscular y música envolvente que acentúa el lirismo de la obra. Hay una escena que destaca sobre las demás y que cuando la vi por primera vez me impresionó y es un traveling de un solo plano en una sala de baile repleta de personajes y atravesando estancias, donde la cámara no abandona ni un momento la vista de la protagonista. Otros personajes deliciosos son los padres de Lizzy interpretados por D. Sutherland y Brenda Blethyn.