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España España · Madrid
Voto de Feisal:
6
Aventuras. Acción. Ciencia ficción Año 1957, en plena guerra fría. Indiana Jones (Harrison Ford) consigue de milagro salir ileso de una explosiva situación con unos agentes soviéticos en un remoto desierto al que llegó detenido junto a su amigo Mac (Ray Winstone). El decano de la Universidad (Jim Broadbent) le confiesa a su amigo el profesor Jones que las últimas misiones de Indy han fracasado, y que está a punto de ser despedido. Mientras tanto, Indiana conoce a Mutt ... [+]
15 de noviembre de 2011
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Indiana Jones le decía a una joven Marion en su aventura del arca perdida "no son los años, son los kilómetros". Pero como a todos, los años terminan por pasar. A Indy, a Spielberg y a Lucas. Y me temo que sobre todo, a éste último. Lo cierto es que la idea de traer de vuelta al héroe del sombrero y el látigo, al profe de arqueología con mucho tiempo libre, era demasiado tentadora, y Lucas, ahora en la sombra tras culminar su segunda trilogía galáctica, se moría de ganas por volver al escenario. Spielberg le fue dando largas año tras año, ocupado con sus proyectos con Tom Cruise y Tom Hanks, y también porque ningún guión conseguía reunir el encanto y la jovialidad de la trilogía mítica indianajonesca. Pero Lucas insistía hasta que, quizá para quitarse la cosa de encima, Spielberg terminó por aceptar.

Y lo que aceptó fue un guión de David Koepp que, estoy casi seguro, no le debió de convencer demasiado. El guión y, en fin, la película misma, sigue a rajatabla el esquema de las Indy-películas: prólogo, visita al Marshall College, detonante de la aventura y despegue del avión. La película cuenta con muchas de las simpáticas fantasmadas de las otras, solo que esta vez se les ha ido un poco la mano. Sí, me refiero a la nevera voladora, a la explosión nuclear y a unos rusos un poco de opereta. El caso es que tras un prólogo atómico, la historia da un giro interesante, presentando a Indiana como un profesor seguido por el FBI, cansado, algo desamparado tras la desaparición de dos amigos y apoyos como eran su propio padre y Marcus Brody. Alguien que escoge el exilio y cambiar de vida. Un leve tono crepuscular, solo apuntado, que podría haber enriquecido al personaje, interpretado muy bien por un ajustado Harrison Ford.

Pero entonces llega Marlon Brando. Perdón, Shia LaBeouf, y se cae un poco el invento crepuscular. El macguffin de turno no engancha tanto como el arca, las piedras Sankara o el Grial, y es por ahí por donde el guión de Koepp empieza a hacer aguas. Se cambia el tono crepuscular por una comedia trufada de toques sobrenaturales livianos. Por que lamentablemente no. No terminan por convencer ni la mala Cate Blanchett, ni los ggggusos ni las dichosas calaveras de cristal que le vuelven tonto a uno (que le pregunten al pobre John Hurt) ni casi la vertiginosa persecución por la selva. Toda aventura de Indiana tiene su persecución memorable (y la más memorable entre las memorables fue la del desierto egipcio con el camión transportando el arca), pero aquí Koepp se empeña en introducir toques cómicos que rebajan el ritmo, la emoción y el peligro. Luchas de esgrima, tarzanianos desplazamientos por lianas, caídas a lo parque de atracciones por cataratas... Todo rebaja el tono serio y trepidante a un tono directamente adolescente y casi infantil. Por otra parte, como si de un abuelo con problemas de próstata se tratara, Indy acaba siendo acompañado al final en su aventura por ¡4 personas!, diluyendo al protagonista y sus decisiones.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Feisal
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