Tenemos aquí entre manos una película “menor” en la ya amplia carrera de Richard Gere. Una película de “espías de andar por casa”… pero que, al mismo tiempo, también es una cinta que entretiene en sus casi 90 minutos de duración y que resulta cuanto menos “curiosa”. Y resulta “curiosa”, en tanto en cuanto, es de esos films que viene a romper con las “normas establecidas” de preservar el misterio de la identidad del “villano” hasta el final. Y es que aquí, en ‘La sombra de la traición’, la identidad de Cassius queda desvelada más o menos a los 30 minutos de metraje. Ahora bien, el director Michael Brandt se las apañó para mantener el interés en el espectador, viendo como Cassius lucha por seguir ocultando su identidad al resto de protagonistas del film, al mismo tiempo que intenta colar la misma a otros personajes que van apareciendo en pantalla.

Richard Gere interpretó a Paul Shepherdson haciendo un trabajo correcto y sin lucimientos innecesarios más allá de desenvolverse bastante bien en las pocas escenas de acción de la película. Por su parte, el joven Topher Grace interpretó a Ben Geary y no me desagradó en demasía la pareja de agentes que formó junto a Gere. Una pareja en la que el respeto es la principal característica de su relación. Relación en la que no caben las típicas bromitas ni los graciosos molestos.
Finalmente, el rol de Martin Sheen como Tom Highland fue para él un mero papel para seguir “manteniéndose vivo” en la pantalla grande de cara al gran público.

En definitiva: ‘La sombra de la traición’ es una “película de espías” de “perfil bajo” e ideal para no estrujarse mucho el cerebro y para visionar especialmente una tarde lluviosa sin mucho más que hacer. A mi me resultó curiosa, y la verdad, y pese a mis malas impresiones y reticencias iniciales hacia el film, lo cierto es que me entretuvo lo suficiente para considerarla aceptable.

-Lo mejor: La pareja formada por Richard Gere y Topher Grace.

-Lo peor: No es de las grandes películas de "espías".

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