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Voto de Pablo Redondo:
9
7,2
666
Documental La National Gallery de Londres, uno de los mayores museos del mundo, alberga 2.400 pinturas que abarcan desde el siglo XIII hasta fines del XIX. Casi todas las experiencias humanas se encuentran representadas en esas pinturas. En distintas galerías, se muestran al público los programas educativos y a los estudiantes, científicos y restauradores estudiando, restaurando y organizando las exposiciones de la pinacoteca londinense. También ... [+]
29 de marzo de 2015
16 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras interesarse por el psiquiátrico Bridgewater de Massachussetts, el Hospital Metropolitano de Nueva York, el famoso parque de Central Park, el Ballet de la Ópera de París, el parisino cabaret "Crazy Horse" o la prestigiosa Universidad de Berkley, entre otros lugares, el documentalista Frederick Wiseman, a sus 85 años, nos traslada en esta ocasión a la National Gallery de Londres, proyectando ante nuestros ojos un recorrido que nos convierte en espectadores privilegiados. El director nos transmite en este documental su visión sobre la prestigiosa fundación londinense y todo lo que ella alberga, desmenuzándola en un compuesto de historias que, intercaladas entre sí, forman un conjunto que permite al espectador sentirse por unas horas parte del museo. De esta forma, Wiseman nos hace partícipes de la actividad interna de la institución, desde la preparación de una nueva exposición hasta la toma de decisiones por parte de sus dirigentes, centrándose, sobre todo, en las explicaciones de los expertos del museo, que nos muestran el sentido de las obras interpretándonos tanto las historias representadas en los lienzos como las que han envuelto a algunos de estos valiosos cuadros a lo largo de los siglos, transformándose el metraje a su vez en una apasionante lección de historia del arte. Todo ello para centrarse en cómo estas antiguas pinturas se comunican con la sociedad contemporánea, un público muy distinto al que originalmente estuvieron dirigidas. De esta forma, el cineasta nos narra mediante imágenes la reacción del público actual ante la obra de arte, un producto cultural de civilizaciones anteriores con el que interactúa la sociedad moderna, mostrándonos como prueba de ello la influencia que estas pinturas ejercen sobre otras formas artísticas. Wiseman parece reivindicar en este filme la importancia expresiva de la pintura, cada vez más olvidada en una sociedad en la que predomina la imagen en movimiento. Consigue con todo ello que, lo que a priori puede parecer un tedioso documental sobre el museo londinense, resulte ser una obra maestra, indispensable para todo amante del arte en general y de la pintura en particular, que será seducido durante tres horas por el encanto del museo, la hermosura de sus obras y las historias que sus paredes albergan.
Pablo Redondo
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