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Voto de Perséfone:
10
Drama. Thriller Una noche, James Ballard estrella su coche contra el de Helen y ambos son ingresados en un hospital. Lo sorprendente es que inmediatamente después del choque los dos experimentaron una extraña atracción mutua. A partir de entonces, la vida de James se precipitará hacia un mundo oscuro y prohibido, dominado por el peligro, el sexo y la muerte. (FILMAFFINITY)
29 de septiembre de 2011
1 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El sexo que se plantea en Crash también es explicable a través de las cartografías deseantes en el escenario capitalista. Los personajes de Crash vagan por el paisaje de las autovías buscando el sexo y la muerte en los no-lugares de la ciudad, como marcas de coches con los coches y por eso no dudan en tatuar sobre sus cuerpos el logotipo que los identifique como máquinas humanas cuyo deseo es ser marcadas por la máquina coche, para errar como ellos y con ellos en el paisaje de una ciudad cuyo tráfico crece constantemente. Los rumbos de estos personajes son indiferentes, su estatus ontológico, maquínico, su orientación, el deseo. En este sentido la película se alinea con la teoría de Deleuze en el Antiedipo, al considerar que el deseo es visto como la contrarréplica a la máquina social, lo primigenio, lo que puede impugnar el funcionamiento de la maquinaria social constituyéndose en línea de fuga. En este sentido las trayectorias erráticas de los personajes de la sociedad del tráfico, movimiento maquinizado, siguen en el fondo el proyecto de la consumación del deseo y la satisfacción del instinto que emana de sus subconscientes y esto se constituye en una línea de fuga, en una “psicopatología benévola”. ¿Hasta qué punto sus conductas pueden ser traducidas como meros movimientos erráticos en la red de carreteras o como líneas de fuga en el territorio del capital cuyo objeto es el inaprensible deseo?
Perséfone
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