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España España · santa cruz de tenerife
Voto de argonauta:
6
Comedia. Romance. Drama Cal Weaver (Steve Carell), cuarentón y puritano, tiene una vida perfecta: un buen trabajo, una bonita casa, unos hijos estupendos y está casado con su novia de la adolescencia. Sin embargo, cuando se entera de que su esposa (Julianne Moore) lo ha traicionado y quiere el divorcio, su vida se desmorona. (FILMAFFINITY)
10 de diciembre de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo renocemos: hemos sentido cierta aprensión al encarar “otra” comedia americana. Tan sólo el tándem Carell-Gosling nos “tiraba” un poco, aunque.. ¿qué hacía Ryan Gosling en una comedia “hollywoodiense”? Era un misterio que había que resolver. El desarrollo inicial de la historia es eficaz, definiendo con pocas pinceladas los caracteres de los personajes, y situándonos muy pronto ante el primer conflicto que mueve hacia delante todo el “entramado”. La contención del actor Steve Carell acentúa, en principio, el tono humorístico de los dramáticos acontecimientos a los que se enfrenta su personaje. No es el único. Casi todos ellos parecen afectados por la misma enfermedad: “cupiditis aguda”, es decir, “mal de amores”, aunque sin las resonancias poéticas y profundas de El Bardo de Avon. No importa. Resulta conmovedor y “empatizante” escuchar los soliloquios del abandonado marido en la barra de un bar. Pese al tono humorístico, consigue provocar cierto grado de compasión en nosotros, en especial desde la aparición de su nuevo “maestro y guía” en el arte del “amor”. A partir de ese momento, se inicia una espiral de torpezas, malentendidos, intentos de reconciliación, relaciones varias, que provocan la necesidad en los personajes de “pararse” y “analizar” qué es lo que pasa con sus trastocados corazones. La acción se va embarullando hasta desembocar en una desternillante escena cómica que consigue un culmen narrativo brillante y muy eficaz, invirtiendo algunos de los roles que hasta ese momento se habían mantenido. Algunos giros del guión consiguen sorprender, y cabe destacar la habilidad de los directores y guionista, para utilizar “clichés”, darles una vuelta de tuerca y mostrar nuevos ángulos con los que explorar el alma de los personajes. Destacar la actuación coral de todos los actores, aunque resulta deliciosa la escena de “amor” entre Ryan Gosling y Emma Stone. Estamos ante una comedia, por lo tanto, que se aleja de los parámetros habituales de Hollywood, y aunque no posee un nivel tan alto como para clasificarla de “rompedora”, sí podemos afirmar que está hecha desde la inteligencia y el respeto por los espectadores. Un gesto que siempre hay que agradecer.
argonauta
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