En las marismas del Guadalquivir, a finales de Septiembre de 1980, dos hermanas de 15 y 17 años desaparecen. Pedro y Juan, policías de Madrid, son enviados a resolver el caso ayudados por la Guardia Civil. Una vez allí se encontrarán con un escenario con un contenido criminal más amplio del que creían en un principio.

Película policíaca en un ambiente adverso como resulta el del lugar escogido para la acción; con distintas dificultades como las de la trama en sí cuyo guion va sorteando, muchas cosas no son lo que parecen, y venciendo paso a paso dejando, como buen film de género, sorpresas para el final. Se puede decir que de alguna manera, teniendo en cuenta la fecha en que se desarrolla la acción, estamos ante un western crepuscular.

Queda bien reflejado a lo largo del metraje que el mundo del crimen ni es limpio ni deja actuar con limpieza si se quiere resolver el caso, sobre todo cuando el tiempo acucia. Los intereses de cada uno, aunque estén en la misma trinchera, se pueden contraponer; casi todos los medios resultan justificados para obtener el deseado fin, y poco se puede exigir a quien le debes la vida.

Ambiente sobrio muy bien conseguido con secuencias eficaces ausentes de efectismo; bella fotografía; excelentes imágenes aéreas y ajustadas interpretaciones, mereciendo destacarse la de Javier Gutiérrez.