Hablar de BLADE RUNNER a estas alturas, resulta ya reiterativo y recurrente, pero hablar de cine y no nombrar esta película es casi, casi un crimen. O sin casi.

No voy a hacer una crítica, ni tampoco una exaltación de esta, para mí, obra maestra del cine en general y del cine de ciencia ficción en particular. Es sólo mi opinión: no os fiéis: haced caso sólo de la vuestra.

Me voy a limitar a dar datos, unos cuantos, sobre la película, pero antes me osaré recomendarla. Es más, recomiendo verla varias veces, ya que una de sus mayores virtudes, y también de sus principales problemas para hacerse querer, es que soporta, e incluso requiere varios visionados. Todos ellos enriquecedores.

Una historia sencilla, confeccionada con múltiples capas, en que se insinúa más que se enseña.

Un guión perfecto que se desarrolla con una selección de escenas aparentemente banales y estáticas, que sirven de puente nexo entre varias acciones que no aparecen, y que nos convierte irremisiblemente en cómplices y en partícipes, instándonos a rellenar esos huecos con nuestra imaginación.

Disfrutarla en su plenitud, requiere o bien un ejercicio de atención extrema por parte del espectador que no quiere perderse nada (cosa imposible dado su barroquismo innato), o bien todo lo contrario: poner la mente en blanco y dejarse arrastrar a este universo oscuro, decadente y asfixiantemente hermoso, donde la apabullante humanidad de esta historia de robots, puede llegar a hacer daño.

Y si su belleza sola no fuera suficiente para doler, la magistral partitura compuesta por Vangelis y el acierto y la precisión de cirujano de Scott al introducirla en los momentos no justos, sino exactos, te arrancarán espasmos de placentero dolor.

Todo en ella es hermoso y es decadente. Es familiar y extraño. Es oscuro y brillante. Toda ella es inspiración en estado puro, es innovación y es revolución. A pesar de haber sido copiada hasta el hastío, solo se sigue pareciendo a sí misma

Evidentemente, quiero a esta película, y por ello desearía que todos la quisierais como yo, ...pero no lo necesito. El amor, generalmente, es cosa de dos.

33 años juntos ya, y mientras yo me siento atropellado por el tiempo, ella está más guapa cada día, sin una arruga.

En todo este tiempo ha sufrido ediciones, reediciones, remasterizaciones, montajes, remontajes, reestrenos en cine y ahora nuevo re-reestreno en salas comerciales, a oscuras, en pantalla grande (que es como hay que degustarla) remasterizada, en V.O. y con montaje definitivo (por el momento), para que sus enamorados sigamos enamorándonos, y que las nuevas generaciones descubran (si quieren) un futuro contundente en que nada es digital.

Toda mía y toda vuestra...para siempre: BLADE RUNNER