Uno de los directores más prolíficos y curiosos del cine moderno, Wim Wenders, nos documenta la vida de un magnífico fotógrafo, Sebastiao Salgado el cual nos confiesa toda su experiencia vital a partir de un viaje por todas las fotografías que realizó; desde el horror de los conflictos, pasando por el retrato de tribus autóctonas y llegando hasta la belleza de la naturaleza en sus últimos años.

Un documental relatado en primera persona por el propio Salgado además de las confesiones de su hijo, que codirige el film junto a Wenders. Una vida mostrada en las propias fotografías del brasileño y a partir de las cuáles vemos una cruel (y sincera) muestra de la condición humana, que se ve siempre reflejada en las guerras y destrucción que nos emanamos unos a otros.

Tras esta parte, el documental termina siendo una carta de amor hacia nuestro planeta, y a que nosotros lo protejamos y admiremos abrumándonos de lo que la naturaleza nos brinda.

Los impresionantes paisajes, el descubrimiento de un admirable y aventurero hombre, y la honestidad de su mensaje sobre nosotros y la naturaleza lo convierten en un documental de obligado visionado para cualquier espectador concienciado y que mantenga los ojos abiertos ante el mundo, maravilloso y cruel, que tenemos delante.