Esta es la 5º película basada en el personaje de Jack Ryan, un personaje que quizás no sea tan conocido por todo el mundo ya que ha sido representado por varios actores muy diferentes entre sí (Alec Baldwin, Harrison Ford, Ben Affleck y por último en esta ocasión por Chris Pine) y quizás por eso no tenga una imagen definida y reconocible para la mayoría de la gente pero que podríamos resumir de una forma directa y clara como el James Bond americano, o incluso más cercano al personaje de Jason Bourne.

En esta ocasión nos encontramos ante los principios del personaje representados en unos primeros 30 minutos muy directos y explícitos que dejan muy claros las bases en la que se asienta el personaje introduciéndonos a continuación en lo que se podría decir que es su primera misión.

Estamos ante una película de acción sin duda pero a diferencia que otras del mismo género que encadenan una escena espectacular una detrás de otra en este caso no es así, se vuelca más en la historia y se centra más en la tensión y emoción de los actos y sucesos que ocurren más que en la pirotecnia de las explosiones y disparos, aunque también tiene las típicas escenas espectaculares de persecuciones y disparos pero más en un segundo plano. Algo que ayuda mucho a todo esto es un plantel de secundarios muy importantes más de lo habitual en este tipo de películas encabezados por su “mentor” (Kevin Costner) su novia (Keira knightley) y el “villano” (Kenneth Branagh, que además es el director de la película) y dejándonos momentos de mucha tensión y emoción en los que intervienen los cuatro o algunos de ellos.

Por lo que no sé si será porque mis expectativas no estaban muy altas o no esperaba mucho de esta película por lo que me ha sorprendido gratamente encontrándome algo mejor de lo que esperaba y en una buena oportunidad de asentar al personaje con una buena base para futuras secuelas que en mi opinión consigue de forma muy eficaz.