"Dos mundos con gravedades distintas donde la parte superior se caracteriza por tener toda serie de lujos y la parte inferior parece el vertedero de la superior, mientras que una megacorporación rige el camino de ambos mundos." Leyendo esta idea de la sinopsis me fue suficiente para ponerme a ver una película de la que me esperaba otra cosa, y menos mal, porque no estoy yo muy dado a ver dramas románticos ni nada que se le parezca. Probablemente si hubiera descubierto que existía esa vertiente hubiera visto la película de otra manera.

Pero me llevé la sorpresa precisamente por eso y gracias a ello he visto una de las películas más curiosas en mucho tiempo. Aunque no soy muy fan de Kirsten Dunst, Jim Sturgess tiene el suficiente nivel como para que te olvides de que la otra no es gran cosa. De todas formas las actuaciones no son lo que más destaca en una película de un espectáculo visual irrepetible. Las imágenes continuas con los contrastes emocionan más incluso que muchas de los derroteros argumentales por donde entra la propia película.

La primera parte es para disfrutar de ese espectáculo, para empezar a adentrarse en esos dos mundos tan diferentes. Sin embargo, poco a poco te vas dando cuenta de que es probable que la cosa se quede en una buena idea y ya está. Por supuesto, te dejas llevar por Juan Diego Solanas e ignoras todas las preguntas sobre física que a ti mismo te haces. No pasa mucho tiempo hasta que el director se adentra en la película y hace lo mejor que puede hacer, convertir esa idea tan fenomenal en algo contextual y meternos de lleno en la historia imposible entre los dos protagonistas.

Te hueles casi todo, pero no quita para que te emociones y te parezca bonita. Lo mejor es que se aleja mucho del melodrama y, aunque no da lugar a sorpresas te mantiene atento toda la película. Duración ideal, sobre todo para los que no estamos acostumbrados a los romances, aunque el final parece demasiado precipitado. Se dejan algunos cabos sin atar y es casi como si se hubieran fijado una duración máxima y la hubieran alcanzado obligándose a sí mismos a acabarla cuanto antes.