Si existe algo que pueda llegar a causar más verguenza no quiero llegar a conocerlo. Esta producción tan peculiar tiene el principal e imperdonable objetivo de intentar ser seria con semejante puesta en escena. No estamos ante una de esas películas freaks, rodadas por aficionados con efectos de risa, no, aquí nos encontramos una película hecha y derecha y el resultado es triplemente más catastrófico que si se hubiera hecho con una doceava parte del presupuesto.

La película, que cuenta con el acabado Lorenzo Lamas entre sus filas, aburre hasta la saciedad. A pesar de que el título pueda invitar a un entretenimiento por lo menos visual no hay que dejarse engañar por él. Casi toda la película transcurre dentro de submarinos, escenarios limitados y llenos de carencias por todas partes, acompañada por una sucesion de efectos hechos por ordenador que un Amstrad CPC 464 podría haber hecho mucho mejor. Si ya esto no fuera poco, todas las escenas de este tipo se repiten sucesivamente durante toda la película, y cuando no se repiten es porque están simplemente invertidas. Si pusieramos todas las escenas eliminando las repetidas la película llegaría a la hora como mucho (que ya es bastante para lo que ofrece). Por si todo esto no fuera suficiente, se nos mete un bodrio de historia romántica entre medias.

Lo único salvable es el ataque de un tiburón a un avión comercial (si, no me he equivocado), aunque solo sea por absurdo, pero dura menos de un minuto. El tiburón es lamentable y su batalla con el ortopédico pulpo será recordada (al menos en mi mente) como una de las peores "batallas" en la "gran" pantalla. Está claro que cuando una película requiere de tantas comillas para hablar de ella es que algo no acaba de funcionar.

Película mala, aburrida y ni siquiera divertida visualmente (salvo ese minuto de oro). Lamentable el intento de hacer algo serio de esto, y más lamentable todavía quien haya permitido que esto vea la luz. Si la ven, preocúpense de hundirla en las profundidades y congelarla para que jamás pueda salir.