Symbol es una película extraña, y no simplemente porque la historia que cuenta es rara, si no porque es un extraño caso en el que aunque no te enteres de nada vas a disfrutar igualmente la película. Por supuesto, si encuentras la simbología de la película todo se torna más profundo y con sentido, por lo que la acabarás disfrutando mucho más, pero si la ves sin ninguna de esas intenciones tampoco te va a hacer mal.

Hitoshi Matsumoto crea una historia fácil de ver, que capta la atención desde el primer minuto. Uno se tira media película intentando saber qué pinta en todo eso esa familia mejicana, y la resolución la verdad es que es un pelín decepcionante. Matsumoto interpreta un papel más complicado de lo que parece, y a veces se le va de las manos. Si bien en términos generales me pareció bsatante divertido, le sobran unos cuantos gritos de más, que hacen que en algunas partes den ganas de aniquilarle directamente.

Las interpretaciones a Symbol son bastantes, aunque las conclusiones finales no deberían de ser tan diversas. Si bien estamos ante una película con ideas surrealistas no debemos afrontarla como un tedioso experimento. Symbol es lo suficientemente sincera como para llenar a cualquier tipo de espectador.

Quien quiera ver algo diferente se verá bastante recompensado. A mi particularmente se me hizo muy corta, lo cual es una señal inequívoca de que Matsumoto dio con la fálica tecla. Eso sí, quien vea esto como una frikada es que directamente no tiene ni idea de lo que va la cosa.