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España España · Cines Astoria Alicante
Voto de Bloomsday:
8
Drama Blanche, que pertenece a una rancia pero arruinada familia sureña, es una mujer madura y decadente que vive anclada en el pasado. Ciertas circunstancias la obligan a ir a vivir a Nueva Orleáns con su hermana Stella y su cuñado Stanley (Marlon Brando), un hombre rudo y violento. A pesar de su actitud remilgada y arrogante, Blanche oculta un escabroso pasado que la ha conducido al desequilibrio mental. Su inestable conducta provoca ... [+]
1 de noviembre de 2009
35 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
De recios márgenes teatrales, la peli contiene multitud de enfáticos apuntes, ya sea una realización centrada en actores y decorados, puesta en cuadro de pocas tomas y pocas cámaras, o la dirección artística de escalera, que sirvieron como confirmación de un Kazan enteramente embebido en su status de “autor”.

Se supera así en parte el sedimento de evolución y aprendizaje de su primer cine, como es el caso de “Lazos humanos”, de morfología clásica -en el sentido más excluyente del término-, e incluso propuestas extrañas como “El justiciero” y su desarrollo periodístico y policiaco poco habitual en un director como Elia Kazan, quizás encasillado en la memoria del aficionado dentro de un cine de composición manierista (o churrigueresco, también, como apuntan por ahí) de personajes.

Kazan había dirigido poco antes la obra de teatro, así que empleó un reparto muy similar, lanzando al estrellato a un Brando que fue también protagonista sobre las tablas. Recurrió a V. Leigh para tener, al menos, un nombre de cierta repercusión comercial.

En el borrador de proyecto de adaptación el director trató de dotar al guión de un hálito más cinematográfico, presentado el pasado de Blanche DuBois y recurriendo a una pluralidad de localizaciones. Finalmente, optó por respetar la configuración teatral ciñéndose casi por completo a la unidad de espacio que podemos ver en la película.

Desde luego, este tipo de propuestas, con toda la carga sensual y de obvia aunque potente simbología de Tenesse Williams y su visión del sur estadounidense -como las figuras de cristal o iguanas que habitan sus obras-, encajaban bien en Kazan y su tendencia de “método” hacia la introspección psicológica. Características que habrían de ser, sin duda, sello de estilo en buena parte de su filmografía. Pues bien, quizás de todo ello sea esta cinta pistoletazo de salida. Quizás también máximo exponente.

El “Método” obtuvo perfecta promoción gracias a esta película. Gracias a Kazan y a Brando. Los cuerpos se retorcían en el contorsionismo de un abrazo, los primeros planos proyectaban mohines con la misma exageración con que las voces se dirigen a los palcos de teatro, y surgían del blanco y negro (en color después) omóplatos que se arqueaban hundiendo el pecho -Brando, Newman o Monty Clif-. Así, surgió el método Lewis&Strasberg, como emergió abisal la revolución bop en el jazz. Con fraseo emotivo, punzante, de gestos e improvisación.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Bloomsday
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