La película empieza con buen ritmo, se nos presenta a Ricki como estrella acabada, su familia estructurada con la madrastra, desestructurada con ella, los diálogos tienen fuerza y una vis cómica (si te gustan las puñaladas traperas, sin llegar a rozar el ser mala gente) muy potente. En ocasiones parece una comedia de risas enlatadas, con risas en directo, lo cual es genial. La hija es lo mejor del mundo, el odio generalizado hacia la protagonista es fantástico y la madrastra buena es la guinda del pastel.

A partir de ahí todo decae en la segunda parte, que parece más un concierto de la señora Meryl Streep, o la parte rockera de Into the woods (la segunda parte también). Descafeinada, aburrida, con ese regustillo de moralina barata y de "todo va a salir bien porque... bueno... hubo una epifanía espiritual... y... gente... y cosas... y... bueno" bastante inexplicable. El final era MUY predecible, pero es que lo cerraron fatal. Una pena, porque la película hubiera sido una gran comedia si no, al menos una buena comedia algo diferente.