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España España · Oviedo
Voto de Esteban:
4
Drama Josey Aimes (Charlize Theron), una madre soltera, regresa a su pueblo natal en el norte de Minnesota y, para salir adelante, busca empleo en las minas de hierro, un trabajo dominado completamente por hombres y donde hay una gran discriminación por género. Pronto Josey se verá sometida a todo tipo de humillaciones por ser mujer. (FILMAFFINITY)
8 de abril de 2006
55 de 96 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo que es tener pasta para colocarla encima de la mesa. Charlize Theron productora. Ya, si se ve a la legua. No hay nada mejor para que te nominen al Oscar que agenciarte una peliculita para tí sola, decirle al guionista que coloque tu personaje (supermujerona luchadora que avanza contra viento y marea a pesar de las múltiples zancadillas que le meten a lo largo del camino) en el 97% de las escenas y que minimize las caracterizaciones de los otros personajes que te rodean para poder brillar con luz propia. ¿Argumento? De culebrón. Lo tiene todo, oye: embarazos no deseados, maltratos, acoso laboral, broncas familiares, enfrentamientos paternofiliales, enfermedades degenerativas y, tachán, tachán, ¡un juicio! Por supuesto está basada en hechos reales. Todo menos el final, supongo, que no se lo cree ni el tonto de mi pueblo.
Por otro lado (y es que a veces el dinero se traduce en otro tipo de cosas) sería injusto negarle a la película una serie de virtudes que la consiguen hacer bastante más llevadera de lo normal. No se puede obviar (al menos no todo el rato) el tufo a melodramón que desprende, pero es cierto que se sitúa por encima de la media (tampoco era muy complicado) de este tipo de subproductos de sobremesa. Para empezar se puede ver de principio a fin, algo que es bastante más complicado de conseguir con los culebrones de Antena 3, auténticos espantos narrativos que minan la paciencia del espectador más aguerrido, y quien no me crea que lo intente si tiene lo que hay que tener.
La película hace gala de buena factura técnica (no se ven los micros ni nada de eso) y, aunque es más previsible que el sermón de un cura, el buen hacer de su reparto consigue que al menos estés entretenido hasta ese desenlace de (nunca mejor dicho) juzgado de guardia en el que casi toda la película se va a la mierda por la autopista.
Recomendada especialmente para feministas de nuevo cuño, de esas que se sienten cantidad de comprometidas con la causa leyendo el Cosmopolitan todos los meses.
Esteban
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